Por Jorge Pérez Rubio*
13 de noviembre, 2013.- En la última década los pueblos indígenas de américa lograron situarse, con perseverancia y milenaria personalidad, dentro del sistema de negocios del mercantilismo global y pusieron en órbita el mundo holístico y animista que recibieron del padre creador, con la divina instrucción de cómo cuidar su belleza, fertilidad, prodigalidad y fragilidad. En el camino hollaron signos de legendaria vitalidad relacionados con la reciprocidad y unidad, transición y adaptabilidad organizativa, vigencia de la espiritualidad saludable y productiva –recientemente tuve un inesperado pero aleccionador coloquio con el apu Alberto Pizango (Presidente de AIDESEP) donde logré reconfirmar la eficacia de la medicina propia que se logra a partir de una catarsis consumada, abstinencia prohibido de incumplir y con la permisión vigilada de los espíritus de las plantas curativas.
Esta panacea de orden inmanente que combina procedimientos, fórmulas primigenias y palabras simbólicas que invocan bondad, está devolviendo paso a paso la buena salud del apu Alberto en armonía con su propia fe y confianza en lo nuestro–, y los obstáculos o problemas recurrentes fueron convertidos en desafíos y por sí misma convocaron a una fuerza creciente de interés social y temática que podría yo distinguir en dos vías confluyentes: uno de vida local – comunitaria y otro de vida transfronterizo. La primera vía hizo posible la existencia de la segunda y éste migró hacia la necesidad de crear un espacio o varios espacios internacionales cuyos objetivos se tratan, actualmente, en una junta denominada “Cumbre”.
La vigencia del estatus de las cumbres –entendido como un escenario dinámico y vehículo de propuestas del pueblo hacia el mundo– está basado en la organización de voces e iniciativas que se han generado previamente en la vía local – comunitaria. En la vía transfronterizo las voces y propuestas son estructuradas por dirigentes indígenas y aliados teniendo en cuenta los protocolos técnicos y normativos de las corporaciones nacionales y supranacionales; luego según la naturaleza de cada materia son presentados al Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU, Convenio de Diversidad Biológica de la COP, Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otras instancias.
Actualmente, los pueblos indígenas cuentan con un lugar en los ámbitos donde los estados y empresas toman decisiones globales. Sin embargo, no siendo vinculante algunos de los acuerdos adoptados constituyen una plataforma de debate, aprendizaje, incidencia y un símbolo del esfuerzo y de la capacidad visionaria de los pueblos indígenas.
Esta plataforma de propuestas, sueños e incidencia sostenida por los valores ancestrales y por el enjambre social que exigen respeto de la vida y de los bosques proveedoras de bienestar, pondera y retrae el nivel de contaminación y destrucción, de las fuentes naturales de vida, perpetrada en la amazonía por las actividades de la industria petrolera, maderera, energética (hidroeléctrica, monocultivos), conectividad (carreteras) y otros.
Mientras discurre algunos efectos concretos y disuasivos los habitantes de la amazonía (bosquesinos y urbanos) articulan capacidades y conciencia de gran importancia con la finalidad de exigir transparencia, responsabilidad y límites en las actividades que amenaza el derecho del “buen vivir”.
Siguiendo el camino elegido en busca del bienestar y el respeto de los derechos fundamentales y colectivos, del 13 al 15 de diciembre COICA realizará en Villavicencio (Colombia) la “II Cumbre Regional Amazónica: Plan de Vida Plena frente al Desarrollismo y el IIRSA”; cuyos acuerdos serán presentados en la COP 20 (Lima, diciembre 2014). Y en Cauca (Colombia) inició ya (del 10 al 16 de noviembre del 2013) la V Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades del Abya Yala “Territorio de convivencia, diálogo y negocio”. La articulación, convergencia y unidad de propuestas y capacidades del mundo originario frente al “desarrollismo” abrirá progresivamente el camino de la libertad y el respeto.
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* Jorge Pérez Rubio es indígena del pueblo Huitoto y ex dirigente regional de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP).
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Fuente: Blog de Jorge Pérez
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Fuente: Servindi
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