lunes, 6 de septiembre de 2010

Según Hawking, el Dios tapagujeros no existe

Black-Hole

La noticia saltó a los titulares la semana pasada, a partir de un adelanto del último libro del famoso físico. Y en los titulares, que es con lo que se queda la gente, domina el simplismo: “Ciencia y Religión definitivamente incompatibles”, “La física prueba que Dios no existe”.

Así es como titulaba y explicaba esta noticia, de forma bastante más equilibrada, el diario El País:

Dios no creó el Universo, asegura Stephen Hawking

El científico británico explica en un libro que el Big Bang es una consecuencia inevitable de las leyes de la física.

Stephen Hawking afirma en su nuevo libro, The Grand Design (El Magnífico Diseño), que el Big Bang fue una consecuencia inevitable de las leyes de la física, que Dios no creó el Universo y que las teorías científicas más actuales convierten en redundante la figura de un creador. El libro, del que el periódico británico The Times adelanta hoy algunos extractos, señala: “Dado que existe una ley como la de la gravedad, el Universo pudo crearse a sí mismo -y de hecho lo hizo- de la nada. La creación espontánea es la razón de que exista algo, de que exista el Universo, de que nosotros existamos”. Por tanto, añade, “no es necesario invocar a Dios” para que haya cosmos.

Es indudable que Hawking ha tenido siempre una gran preocupación por la existencia de Dios, como hipótesis para explicar las leyes que rigen el universo. Su concepto de Dios ha sido siempre de ”actor cosmológico”, causa última del Universo, nunca de “misterio inefable”, acceso a un estado de conciencia que capta el sentido último de toda la realidad sin poder razonarlo. Desde su punto de vista cosmológico, en Historia del Tiempo dejaba una puerta abierta para una intervención divina en la eclosión del Bing Bang. Y esto fue calurosamente acogido por las diferentes religiones. Después trató más de ello en una conferencia de 1999: ¿Juega Dios a los dados? (En inglés).

No es novedad la ambigüedad y los vaivenes con que el mediático físico se refiere al concepto “Dios”. A ello se refería Hans Küng en un serio coloquio organizado por Spectrum en 2006 que publicó Investigación y Ciencia y reprodujo ATRIO:

Ciencia y Teología. Hans Küng en Investigación y Ciencia. 06-Junio-2006 Atrio

Spektrum: Ustedes dos utilizan con frecuencia metáforas, a veces las mismas palabras, pero, que por lo visto, tienen significados muy distintos. Hasta a cosmólogos como Stephen Hawking les gusta mencionar a Dios. ¿Qué función desempeña el lenguaje en el diálogo entre ciencia y religión?
Börner: En los libros de divulgación es una especie de deporte. Se intenta desarrollar una imagen del mundo que lo abarque todo. Es lógico que se utilicen conceptos teológicos. Pero carece de un significado más profundo. Cuando Hawking dice que Dios ahora ya no es necesario, porque ha encontrado unas condiciones iniciales que no requieren una gran explosión, no hay que tomarlo realmente en serio.
Küng: Estoy de acuerdo. Sólo que muchos caen en la trampa, porque los científicos hacen uso, en este caso, de la autoridad de su especialidad para improvisar afirmaciones teológicas, filosóficas o éticas. Afortunadamente, Hawking ha rectificado no hace mucho.

De todo ello se deduce que, a pesar del atractivo que puedan tener los recientes titulares, sobre todo si se pone en relación con la visita del papa al Reino Unido y el lanzamiento de un nuevo libro (que será más comprado que leído y entendido, como pasó con Historia del Tiempo), aunque Hawking diga ahora, con más claridad que otras veces, que la hipótesis “Dios” no es necesaria para explicar el nacimiento de este y otros posibles universos, a lo más que se llega es a algo que estamos cansados de leer en Atrio, sobre todo a Juan Luia Herrero del Pozo: la no intervención de Dios desde fuera de la realidad física para establecer o cambiar sus leyes de funcionamiento.

Me parece que quienes pueden ver como contraria a sus afirmaciones la tesis de Hawking son los partidarios del Diseño Inteligente, entendido como una nueva forma de afirmar el creacionismo y la validez, desde la moderna ciencia, de las pruebas racionales que demuestran la existencia de Dios. El mismo título elegido por Hawking (The Grand Design) muestra que son ellos (los conservadores reciclados de la teoría pseudocientífica del Diseño Inteligente), los destinatarios de su obra.

Pero sobre esta teoría ya publiqué un extenso artículo (DISEÑO INTELIGENTE Y EVOLUCIÓN, ATRIO 12-8-2005), que vale no sólo para el tema de la evolución de la vida sino para la de todo el cosmos. Tal vez pueda ser oportuno repasarlo con ocasión de la presente polémica. Aquí únicamente me voy a permitir reproducir el párrafo con que concluía el artículo:

Lo que más me subleva es que al querer imponerlo [el concepto de diseño inteligente] de esa manera, como una conclusión integrante del conocimiento científico y racional, están destruyendo y haciendo odioso un bello y útil concepto: el diseño inteligente, la inteligencia previa, el misterio como último enigma, la oscuridad luminosa…

Una inefable inmanente trascendente inteligencia en le cosmos. Sí, pero con estas condiciones:

-que se acepte como libre opción de fe o iluminación que puede sorprender interiormente a quien busca sentido último, no penúltimo.

-que no se nombre ni se identifique esta Inteligencia X con Dioses étnicos o conceptos históricos totalmente contingentes, limitados y que nos dividen.

-que nadie intente dominar y manipular esa Inteligencia para imponer autoridad o normas insignificantes. ¡Qué ridículo es decir que ese Diseñador Inteligente es el que expresamente ha dicho que no se utilice la palabra matrimonio para designar el amor homosexual o que no se acepten mujeres para desempeñar la dirección de una Iglesia que declara ser la única vía de salvación!

Fuente: ATRIO

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario