Mensajeros de la Paz, en rueda de prensa en Barajas:
Irene López Alonso
Un grupo de niños hatianos llega a Madrid para recibir tratamiento. “Esto es un milagro”, dice el Padre Ángel al comienzo de la rueda de prensa. Nos encontramos en la Sala Turmalina de la Terminal 1 del aeropuerto de Barajas, preparada para recibir a autoridades políticas y jefes de estado. Sin embargo, a quien se espera hoy en la T1 es a un grupo de niños haitianos que vienen a España acompañados de sus familiares y del equipo de Mensajeros de la Paz para recibir tratamiento médico.
Por eso el Padre Ángel García, presidente y fundador de la ONG, felicita a todos los presentes y se reafirma en su fe: “Traer a estos niños desde Puerto Príncipe es como mover montañas. Por eso seguimos creyendo en Dios y en los hombres”.
Desde la mesa de ponencias, donde se encuentra sentado junto a la embajadora de Haití en España y a la concejala de la Junta de Barajas, el Padre Ángel da un mensaje de agradecimiento, “aunque hoy en día no está bien visto hablar bien de los medios de comunicación”. Pero es que muchos de los periodistas presentes en la sala tuvimos la oportunidad de viajar a Haití con Mensajeros de la Paz tras el terremoto de 2010, y por eso nos duele escuchar la afirmación del Padre Ángel: “Haití sigue necesitando una reconstrucción total”.
A continuación interviene Yolette Azor-Charies, embajadora de Haití en España, que asegura que se va de nuestro país “con la sensación del trabajo cumplido”: “Hoy es una gran victoria para el equipo del Padre Ángel y para la humanidad. Muchísimas gracias de parte de mi pueblo”, dice. Y mientras los niños recién llegados de Santo Domingo descansan en el regazo de sus padres o se entretienen con los juguetes que les han regalado las televisiones presentes en la rueda de prensa, la embajadora haitiana anuncia: “Me voy a jubilar de mis cargos para consagrarme a una organización que ayuda a los niños de mi país”.
Los niños de Mensajeros son unos privilegiados. Vienen a pasar unas vacaciones, como explica el Padre Ángel: “Vienen a jugar, a comer, a beber agua”, y también a ser tratados por especialistas médicos. “Los niños serán atendidos en hospitales de la Comunidad de Madrid, de Asturias, Toledo y Valencia. También algunos profesionales privados colaboran con nosotros”, cuenta el Padre Ángel. “Estarán en España durante uno o dos meses, depende la cura. No más, para que pueda venir otro grupo de niños con sus papás o sus mamás”.
Al recordar que la Sala Turmalina ha servido para recibir a multitud de políticos, el Padre Ángel afirma que “la dignidad de cualquiera de estos niños es igual de importante”. La de la pequeña Yolanda que come galletitas de chocolate, la del niño que juega con un camión entre periodistas y fotógrafos, o la del pequeño que se queda dormido en brazos de un voluntario de la ONG. Es por ellos que el Padre Ángel da gracias al Ayuntamiento de Madrid, a los trabajadores de AENA, “a la solidaridad y a la gente buena”.
Pero tampoco se olvida de reclamar: “Que los políticos que hablan en sus mítines de un mundo mejor lo hagan de verdad. Que no rebajen los servicios sociales ni las necesidades, y que no se olviden de las ONG”.
Mensajeros de la Paz cuenta en estos momentos con 3.200 trabajadores “con nómina y Seguridad Social”, como dice el Padre Ángel, que piensa que este tipo de organizaciones, junto a la Iglesia Católica, son quienes “están aguantando la crisis”.
Al ser preguntado por las necesidades más urgentes de Haití, el Padre Ángel contesta rotundamente: “Haití necesita que crean en él. Necesita de todo. Lo que podemos hacer es poco, pero lo que hacemos es imprescindible”.
La embajadora Yolette pide más escuelas públicas. “Hemos pasado la etapa de ayudas de emergencia, ahora necesitamos ayudas sociales. Hace falta que se mueva la economía, no podemos depender de la ayuda internacional”, explica. Pero en Haití hay todavía, según cifras de UNICEF, más de un millón de niños desfavorecidos en situación de esclavitud. “Yo no puedo consentir, ni como madre, ni como psicóloga, ni como ciudadana haitiana, que haya niños explotados durmiendo debajo de una mesa”, afirma la representante de Haití. “Hay que corregir esto inmediatamente. Devolver a los niños su corazón limpio”.
Por su parte, el coordinador de Proyectos en Haití de Mensajeros de la Paz, Vicente Álvarez Ambrinos, que ha viajado con los niños y sus familias desde República Dominicana, cuenta que todavía hay más de 800.000 personas en Haití viviendo en tiendas de campaña: “No se está reconstruyendo nada, todo sigue lleno de escombros. Estados Unidos prometió enviar 450 millones de ayuda, pero parece que hasta que termine la crisis no va a mandar nada”.
Sobre el gobierno de Michel Martelly, elegido hace apenas 6 meses, opina que “no tiene margen de maniobra”: “Martelly fue votado como un castigo a los políticos anteriores. Pero ahora también él está siendo cuestionado, porque no ha cumplido sus promesas electorales. En Haití no hay trabajo, no hay posibilidades de atención sanitaria, no hay agua potable, no hay comida”.
En cuanto al Primer Ministro de Haití, Garry Conille, Vicente afirma que “fue impuesto por la embajada de EEUU”. Conille, que perteneció al equipo de Bill Clinton, no es afín al presidente, “y esto hace que el gobierno haitiano aún no esté asentado”, opina Álvarez. “La mayoría de organizaciones se fueron del país poco tiempo después del terremoto. Ahora sí que se está pasando hambre en Haití”, concluye.
Los niños de Mensajeros se van con sus regalos. El Padre Ángel abandona la Sala Turmalina empujando la silla de ruedas de uno de ellos. Fritz, colaborador haitiano de la ONG, que viaja en calidad de traductor, agradece “tanto cariño”. Y quienes estuvimos en el país después del terremoto, no podemos sino lamentar que, casi dos años después, y fuera del foco mediático, Haití siga en ruinas.
Fuente: Redes Cristianas
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