Thabo Makgoba, arzobispo de la Iglesia Anglicana en África Austral, ha declarado que lamenta la manera en que muchas instituciones eclesiásticas han tratado a los infectados por el SIDA, al desaprobar su vida sexual e incluso calificar su enfermedad como “un castigo de Dios”. Son “historias horribles”, opina.
A través de estas declaraciones, el arzobispo de África Austral, con sede en Ciudad del Cabo, sigue la tradición liberal de sus dos predecesores en el cargo, Desmond Tutu y Njongonkulu Ndungane. Durante más de una década, la Iglesia Anglicana regional se ha comprometido seriamente en reducir los estigmas que la propia iglesia anteriormente había alimentado.
En declaraciones ante una conferencia de ONUSIDA en Holanda, Makgoba no sólo denunció la tradición histórica de su propia iglesia al tratar irrespetuosamente a las víctimas del SIDA, sino que también criticó el continuo conservadurismo en las sociedades eclesiásticas.
“Antes del final del siglo pasado, nos fuimos dando cuenta de que, con demasiada frecuencia, las iglesias eran, francamente, al menos en parte la mayor parte del problema, en lugar de una solución”, dijo el arzobispo. “Sí, nos habíamos comprometido a cuidar de los enfermos. Pero cuando se trataba de detener la propagación del VIH, gran parte de nuestra postura era, me temo, poco útil, ya que fomentamos el estigma, con todas las consecuencias negativas que ello conlleva”.
Thabo Makgoba afirmó que la “desaprobación del sexo fuera del matrimonio” por parte de las sociedades eclesiásticas y la descripción del SIDA como un castigo de Dios, ha conllevado que, tal y como es normal, muchos consideren a un clérigo como la última persona a la que acudir para buscar ayuda o apoyo.
“Las iglesias han fomentado la respuesta negativa de la sociedad ante el VIH y el SIDA. Todos conocemos historias horribles, que no se deberían repetir”, dijo el arzobispo Makgoba.
Thabo Makgoba recomendó la experiencia de África Austral, donde la Iglesia Anglicana desde el año 2002 “ha trabajado muy duro para cambiar la forma de hablar sobre sexo, sexualidad, VIH y SIDA”. Los líderes eclesiásticos han formado a pastores y líderes laicos en torno a todos los aspectos del virus.
“Luchar contra el estigma ha sido un objetivo concreto”, dijo el arzobispo durante la conferencia sobre SIDA. “Una encuesta independiente realizada en 2006 demuestra que hemos conseguido progresos. La gente en nuestras iglesias, en general, ha comprendido que el discurso en torno al ‘castigo de Dios’ es totalmente inadecuado”.
“Seamos honestos”, continuó. “No es fácil para la iglesia hacerlo bien - especialmente cuando nuestra enseñanza es espiritual, en efecto, mantener la fidelidad en el matrimonio y la abstinencia sexual fuera del matrimonio, como el ideal. Pero al mismo tiempo, no deberíamos aparecer predicando que sólo la perfección es aceptable, ni que el pecado sexual es peor que cualquier otro”, concluyó el arzobispo Makgoba.
A través de estas declaraciones, el arzobispo de África Austral, con sede en Ciudad del Cabo, sigue la tradición liberal de sus dos predecesores en el cargo, Desmond Tutu y Njongonkulu Ndungane. Durante más de una década, la Iglesia Anglicana regional se ha comprometido seriamente en reducir los estigmas que la propia iglesia anteriormente había alimentado.
En declaraciones ante una conferencia de ONUSIDA en Holanda, Makgoba no sólo denunció la tradición histórica de su propia iglesia al tratar irrespetuosamente a las víctimas del SIDA, sino que también criticó el continuo conservadurismo en las sociedades eclesiásticas.
“Antes del final del siglo pasado, nos fuimos dando cuenta de que, con demasiada frecuencia, las iglesias eran, francamente, al menos en parte la mayor parte del problema, en lugar de una solución”, dijo el arzobispo. “Sí, nos habíamos comprometido a cuidar de los enfermos. Pero cuando se trataba de detener la propagación del VIH, gran parte de nuestra postura era, me temo, poco útil, ya que fomentamos el estigma, con todas las consecuencias negativas que ello conlleva”.
Thabo Makgoba afirmó que la “desaprobación del sexo fuera del matrimonio” por parte de las sociedades eclesiásticas y la descripción del SIDA como un castigo de Dios, ha conllevado que, tal y como es normal, muchos consideren a un clérigo como la última persona a la que acudir para buscar ayuda o apoyo.
“Las iglesias han fomentado la respuesta negativa de la sociedad ante el VIH y el SIDA. Todos conocemos historias horribles, que no se deberían repetir”, dijo el arzobispo Makgoba.
Thabo Makgoba recomendó la experiencia de África Austral, donde la Iglesia Anglicana desde el año 2002 “ha trabajado muy duro para cambiar la forma de hablar sobre sexo, sexualidad, VIH y SIDA”. Los líderes eclesiásticos han formado a pastores y líderes laicos en torno a todos los aspectos del virus.
“Luchar contra el estigma ha sido un objetivo concreto”, dijo el arzobispo durante la conferencia sobre SIDA. “Una encuesta independiente realizada en 2006 demuestra que hemos conseguido progresos. La gente en nuestras iglesias, en general, ha comprendido que el discurso en torno al ‘castigo de Dios’ es totalmente inadecuado”.
“Seamos honestos”, continuó. “No es fácil para la iglesia hacerlo bien - especialmente cuando nuestra enseñanza es espiritual, en efecto, mantener la fidelidad en el matrimonio y la abstinencia sexual fuera del matrimonio, como el ideal. Pero al mismo tiempo, no deberíamos aparecer predicando que sólo la perfección es aceptable, ni que el pecado sexual es peor que cualquier otro”, concluyó el arzobispo Makgoba.
Fuente: Redes Cristianas
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