Por Washington Uranga. (*)
Buenos Aires.
Es la primera vez que un presidente argentino recibe a una delegación de la organización que representa a las más importantes iglesias evangélicas del país. Los religiosos entregaron un documento en el que subrayan el crecimiento económico y la distribución de bienes.
Cristina Fernández de Kirchner recibió anoche en la Casa Rosada a una numerosa delegación de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), encabezada por su presidente, el pastor doctor Néstor Míguez. La Presidenta estuvo acompañada por el secretario de Culto, Guillermo Oliveri. Es la primera vez que un presidente argentino recibe formalmente a una delegación oficial de la organización que representa a las más importantes iglesias evangélicas del país, cuya fundación data de 1938, entonces bajo el nombre de Confederación de Iglesias Evangélicas en el Río de la Plata.
Al finalizar la reunión, que duró aproximadamente media hora, tanto los voceros oficiales como de la FAIE pusieron de manifiesto la trascendencia histórico-política del acto y se mostraron satisfechos para el “distendido clima de diálogo” que existió, señalando que la mandataria “estuvo muy contenta por el encuentro”.
El pastor Míguez destacó que “la Presidenta conoce el mundo evangélico, tiene un gran reconocimiento por la labor social de las iglesias y se mostró muy receptiva respecto de las propuestas que las iglesias evangélicas y otras comunidades pueden aportar en relación a la reforma del Código Civil”. Se supo también que, como resultado de la reunión, se continuará trabajando en la reforma de leyes que vienen desde la dictadura militar y que el mundo evangélico considera que no son igualitarias para todas las confesiones religiosas.
Durante el encuentro, los líderes evangélicos le entregaron a la Presidenta el texto del documento “Reflexiones de fin de año” que ya había sido dado a conocer y en el que plantean, entre otros temas, su alegría por la creciente participación de las generaciones más jóvenes en la vida nacional, subrayan la importancia del crecimiento económico del país y se congratulan por la mayor distribución de bienes entre los diversos sectores sociales.
En el mismo texto la FAIE consideró que estas realidades positivas no deben ocultarse “bajo las sensaciones subjetivas que tratan de imponer ciertos intereses comunicacionales”. Según el presidente de la FAIE, “la Presidenta conocía el texto, lo tenía leído y subrayado”.
La Presidenta les reconoció a los líderes protestantes “el sentido positivo” de su documento.
Junto a Néstor Míguez, la delegación de la FAIE estuvo integrada por Juan Gutiérrez y Ana María Velilla de De Medio (vicepresidentes primero y segundo, respectivamente) y por Héctor Petrecca, presidente de la Iglesia Cristiana Bíblica; Frank de Nully Brown, obispo de la Iglesia Evangélica Metodista; Susan Joyce McMillan, jefa territorial del Ejército de Salvación; Carlos Duarte, presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata; Mirta Angélica Leo de Solessi, presidenta de la Liga Argentina de Mujeres Evangélicas y por Héctor Aniceto Raimondo, presidente del Consejo de Educación Cristiana Evangélica.
En la oportunidad los y las dirigentes protestantes reafirmaron ante la Presidenta su “convicción sobre la pluralidad religiosa” reiterando su postura respecto de la necesaria separación entre la Iglesia y el Estado y subrayando la libertad de las iglesias, asociaciones y comunidades de fe “para cumplir sin distingos las funciones sociales que les son propias, desarrollar su misión y formación de fieles, darse su propio gobierno” sin que ello implique “desconocer nuestras responsabilidades hacia el conjunto social”. En el documento de fin de año y sobre el mismo tema, la FAIE sostuvo que “ello no implica ningún privilegio; no lo pedimos para nosotros ni lo queremos para nadie”.
La FAIE es una organización de carácter civil constituida en 1957, como continuadora jurídica en Argentina de la Confederación de Iglesias Evangélicas en el Río de la Plata, creada en 1938 y que entonces reunía a los evangélicos de Argentina y Uruguay. Entre sus fines se incluyen “manifestar la unidad de Jesucristo existente entre las iglesias y entidades evangélicas de la Argentina y promover la mayor cooperación entre ellas”; “estudiar las necesidades de la evangelización, la educación cristiana, la obra entre la juventud”, “las relaciones entre las iglesias y la sociedad” y “la defensa de los derechos humanos, en particular a los que atañen a las libertades de conciencia y religión”.
La mayoría de las iglesias evangélicas en el Río de la Plata remontan su historia de cooperación y unidad a los comienzos del movimiento misionero moderno de las iglesias evangélicas, con la creación de las sociedades misioneras, en el siglo XIX y del empuje misionero del movimiento pentecostal desde principios del siglo XX. Actualmente la FAIE conserva la representación de las más importantes iglesias protestantes históricas, pero existen otras agrupaciones evangélicas más recientes que reúnen numerosa cantidad de iglesias y de fieles, y representan, en términos generales, posiciones más conservadoras y, en algunas casos, fundamentalistas.
La FAIE se considera a sí misma como “un lugar de encuentro o foro de las iglesias, un nexo con organismos eclesiales internacionales e interdenominacionales, así como con autoridades nacionales y organismos no gubernamentales”. Durante el encuentro en la Casa Rosada los dirigentes de la FAIE expresaron su expectativa de que haya un reconocimiento oficial para la fecha del 31 de octubre como “Día de la Reforma y de las Iglesias Evangélicas” y le obsequiaron a la Presidenta una Biblia y una cruz de vidrio realizada artesanalmente por un grupo de niños del conurbano bonaerense.+ (PE/P12)
(*) El artículo de Washington Uranga fue publicado en el matutino argentino Página 12 en su edición del 11 de enero de 2012.
Fuente: Ecupres
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