La obsesión de la jerarquía católica romana contra lo LGTB raya a veces en el absurdo. Buen ejemplo es la útima carta pastoral del obispo de Córdoba (España), Demetrio Fernández, en la que descifra a los fieles cordobeses el significado del reciente discurso de Joseph Ratzinger contra la que los católicos más reaccionarios han dado en llamar “ideología de género”. Con menor finura que Ratzinger, Fernández carga contra las personas transexuales, el “feminismo radical” y los modelos familiares distintos al tradicional, que según el obispo es el único “inventado” por Dios. Fernández se remonta en su discurso a Herodes, el rey judío al que la tradición cristiana culpa de la “matanza de los inocentes”.
“¿En qué consiste la ideología de género, de la que oímos hablar continuamente? El Papa acaba de referirse a ella, con tonos suaves pero profundamente alarmantes. La ideología de género destroza la familia, rompe todo lazo del hombre con Dios a través de su propia naturaleza, sitúa al hombre por encima de Dios, y entonces Dios ya no es necesario para nada, sino que hemos de prescindir de Él, porque Dios es un obstáculo para la libertad del hombre. La ideología de género es una filosofía, según la cual el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar personalmente de sentido, sino un papel social del que se decide autónomamente”, expresa el obispo de Córdoba. “Ya no valdrían las ecografías que detectan el sexo de la persona antes de nacer. Esperamos un bebé. ¿Es niño o niña? La ecografía nos dice claramente que es niña. No. Lo que vale es lo que el sujeto decida”, explica Fernández como supuesto ejemplo.
“Si quiere ser varón, puede serlo, aunque haya nacido mujer. Y si quiere ser mujer puede serlo, aunque haya nacido varón. No se nace, se hace. Al servicio de esta ideología existen una serie de programas formativos, médicos, escolares, etc. que tratan de hacer ‘tragar’ esta ideología a todo el mundo, haciendo un daño tremendo en la conciencia de los niños, adolescentes y jóvenes”, añade.
Una “ideología” que según Fernández da pie también al feminismo “radical”, “un feminismo que se va extendiendo implacablemente, incluso en las escuelas”. “Ahora bien, si no existe la dualidad de hombre y mujer como dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad preestablecida por la creación. Y, sin embargo, una de las realidades más bonitas de la vida es la familia. La familia según su estructura originaria, donde existe un padre y una madre, porque hay un varón y una mujer, iguales en dignidad, distintos y complementarios. Donde hay hijos, que brotan naturalmente del abrazo amoroso de los padres. La apertura a la vida prolonga el amor de los padres en los hijos. Donde hay hermanos, y abuelos, y tíos, y primos, etc. ¡Qué bonita es la familia, tal como Dios la ha pensado! Dios quiere el bien del hombre, y por eso ha inventado la familia”, afirma.
“La familia necesita la redención de Cristo, porque Herodes sigue vivo, y no sólo mata inocentes en el seno materno, sino que intenta mentalizar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes con esta ideología, queriendo hacerles ver que hay ‘otros’ tipos de familia”, añade Fernández ya al final de su carta pastoral (que si lo deseas puedes leer íntegra pinchando aquí).
Un obispo homófobo… y tránsfobo
Las palabrar del obispo de Córdoba no son precisamente una sorpresa. A la ya tradicional homofobia de buena parte de la jerarquía católica (siendo obispo de Tarazona animó de forma entusiasta a a sus fieles a participar en la marcha homófoba de junio de 2005 en contra del matrimonio igualitario) Demetrio Fernández asocia una peculiar obsesión contra la transexualidad. En noviembre de 2006 publicó otra carta titulada “Dios ama también a los homosexuales” (sic) en la que calificaba a la ley de identidad de género como “contraria a la verdad del hombre”. “Es una extorsión del plan de Dios, no ayuda a las personas con dificultad en este campo y siembra la confusión en el ambiente social donde vivimos. A un niño o a un joven hoy le es más difícil vivir el plan de Dios con estas leyes que enrarecen el ambiente”, escribía entonces, en referencia a la ley que permite a las personas transexuales modificar su identidad registral mediante un procedimiento administrativo.
Demetrio Fernández también pidió en octubre de 2011, cuando ya se daba por segura la victoria del PP en las pasadas elecciones generales, que el nuevo gobierno que surgiera de las urnas pusiera fin a la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo.
Fuente: Redes Cristianas
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