Mostrando entradas con la etiqueta redes sociales. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta redes sociales. Mostrar todas las entradas

jueves, 4 de julio de 2019

La era de los troles y los acosadores llorones.




Columnas de Opinión de The New York Times en Español 

A lo largo de los últimos años, las tasas de suicidios entre adolescentes han aumentado terriblemente. Los índices de depresión están incrementando y la salud mental en general en Estados Unidos se está deteriorando. ¿Qué está pasando?

Mi respuesta comienza con la tecnología, pero en realidad se trata del tipo de conciencia que induce la vida en línea.

Cuando los estilos de comunicación cambian, también lo hace la gente. En 1982, el académico Walter Ong describió la manera en que, hace siglos, un cambio de la cultura oral a la impresa transformó la conciencia humana. Alguna vez, la narrativa era una experiencia compartida, con énfasis en los proverbios, las parábolas y los mitos. Con el inicio de la prensa se convirtió en una experiencia más privada y el contenido de esa narrativa, más realista y lineal.

Como lo argumenta L. M. Sacasas en la edición más reciente de The New Atlantis, el cambio de la comunicación impresa a la electrónica está demostrando ser trascendental de manera parecida. Yo diría que la gran diferencia es esta: la atención y el afecto han pasado de ser vínculos privados a productos públicamente comerciables.

Es decir, hasta hace poco, la mayor parte de la atención que recibía una persona provenía de la familia y los amigos, y era bastante estable. Pero ahora, la mayor parte de la atención que recibe una persona puede provenir de muy lejos y es tremendamente volátil.

A veces tu publicación en línea puede volverse viral y ser admirada o ridiculizada de manera masiva, mientras que en otras ocasiones tu publicación puede dejarte solo y completamente ignorado. La comunicación en sí, que alguna vez fue en gran medida colaborativa, ahora a menudo es competitiva, con pujas para obtener afecto y atención. También es más manipuladora, con gestos diseñados para generar una respuesta.

Es más probable que la gente atrincherada en las redes sociales esté siempre en alerta: ¿cómo van mis índices de audiencia en este momento? También es más probable que sientan que la cantidad de atención que están recibiendo es inadecuada.

Como lo dijo David Foster Wallace en ese famoso discurso de graduación de Kenyon, si orientas tu vida hacia el dinero, jamás sentirás que tienes lo suficiente. De igual manera, si orientas tu vida hacia la atención, siempre te sentirás menospreciado; siempre te sentirás emocionalmente inseguro.

Los nuevos tipos sociales surgen en un régimen de comunicación como ese. El nuevo tipo más prominente es el trol y, de hecho, los estadounidenses han elegido a un trol como presidente.

Los troles buscan atención tratando de hacer que los demás se sientan mal. Los estudios de la gente que se dedica a trolear hallan que tienen puntajes altos en medidas de psicopatía, sadismo y narcisismo. Los medios en línea no los han vuelto despiadados; simplemente lo son: internet les ha dado una plataforma para usar ese salvajismo en todo su esplendor.

Los troles también tienen altos puntajes de empatía cognitiva. Intelectualmente, entienden las emociones de la gente y cómo hacerla sufrir. Sin embargo, califican más bajo en la empatía afectiva. No sienten el dolor de los demás, así que, cuando te lastiman, no les importa.

El troleo es una manera muy efectiva de generar atención en una economía competitiva y volátil de la atención. Es una manera de sentirse virtuoso e importante, sobre todo si afirmas estar troleando en nombre de algún grupo marginado.

Otro tipo prominente de personalidad en esta economía es el acosador llorón. Esta es la persona que toma su dolor y victimización y los utiliza para asegurarse de que todas las conversaciones giren en torno a sí mismo. “Esta es la era del acosador llorón, un híbrido horrendo de víctima y vencedor, llorón y atacante”, escribió Julie Burchill en The Spectator hace algunos años.

El acosador llorón comienza con un trauma genuino. Aquel suceso terrible que sucedió naturalmente hace que el acosador llorón se sienta poco seguro, en estado de alerta y cohibido a tal punto que está absorto en sí mismo. El trauma hace que esa persona esté preocupada de manera intensa por su autoimagen.

El problema proviene de la necesidad subsecuente de controlar cualquier situación, de no ser capaz de ver el panorama completo, la tendencia a reaccionar violentamente por miedo y furia como una manera de fijar la atención en sí mismo y anular a los demás. Este tipo de comportamiento está en el núcleo de muchos de los casos de cierres de plataformas y escándalos de censura en los campus.

El troleo, el ciberacoso y otras tácticas para llamar la atención surgen de un sentimiento de debilidad y fomentan un entorno que causa más dolor, en el que no es seguro dirigir con vulnerabilidad ni probar ideas ni hacer las cosas que generan compañerismo genuino.


El internet se ha convertido en un lugar en el que la gente se comunica con base en su ego competitivo: soy más fabuloso que tú (gran parte de esto se vive en Instagram). Eres más tonto que yo (gran parte de esto se vive en Twitter). No es un lugar donde la gente comparta información con el corazón y el alma.

Desde luego, es más probable que la gente involucrada en ese tipo de entorno se sienta deprimida, y sufra de problemas de salud mental. Claro, es más probable que vean las relaciones humanas a través de la óptica del abusador y la víctima, y que sean extremadamente sensibles a cualquier desequilibrio de poder. Imagina que tienes 17 años y que unas personas que apenas conoces están diciendo cosas amables o desagradables acerca de ti, alguien que aún no se ha creado una identidad. Eso genera ansiedad existencial y, por lo tanto, fanatismo.

Dos palabras nos acechan en este momento: trauma y equidad. El trauma es vivir con las consecuencias de un suceso negativo o, lo más importante: no tener un lugar adonde ir para sanar las consecuencias porque la conversación pública no es segura. La equidad es el sueño de un mundo en el que a todos les den el mismo nivel de atención y dignidad. El sueño aún es posible, pero se está desvaneciendo con cada ataque despiadado que se asesta en su nombre.

Fuente: nytimes.com


jueves, 5 de abril de 2018

Gafas que lo ven todo.


Silvia Ribeiro*

En la novela 1984 de G. Orwell (publicada en 1949) el Gran Hermano es una entidad omnipresente que observa a todos los ciudadanos, apoyada en una trama de instituciones de control, que vigilan acciones, pensamientos y lenguaje, instaurando el uso de una neolengua que reduce y elimina contenidos con el fin de vaciar las formas de pensar en libertad. La visión de la realidad está fuertemente distorsionada por los medios de comunicación.

Cualquier parecido con la realidad que vivimos no es coincidencia. Lo que denunciaba Orwell sigue siendo el objetivo de estados y empresas trasnacionales: conocer qué pensamos y qué hacemos para controlar a toda la población, sea para moldearla a consumir lo que vendan, para que voten a alguien, para que acepten condiciones de explotación, para adormecerla en mundos virtuales y distraerla de la realidad brutal que nos rodea, y si eso no alcanza, para reprimir a quien se rebele o no se adapte al statu quo dominante. El escándalo que sigue creciendo sobre el uso de información de millones de usuarios en Facebook y otras fuentes por Cambridge Analytica, es parte de ese contexto.

Orwell muestra una realidad opresiva, en la que los ciudadanos obedecen por miedo y formas de control agobiantes. Pero en realidad, la neolengua se está formando al castrar el lenguaje en mensajes hipersintéticos que eliminan vocales, sustituyen palabras por unas letras que evocan una frase. En el camino desaparecen tildes, eñes, signos que abren interrogación y admiración y quizá, al mismo tiempo, la apertura a interrogarnos y admirar el mundo real. Los sentimientos y el tejido infinito de compartirlos en palabras se sustituye por unas caritas estándar para todos los países, idiomas y culturas.

Orwell nunca imaginó que todo esto no sería impuesto, que usar esa neolengua y poner en público la información e imágenes de qué pensamos y hacemos, dónde estamos, qué comemos, con quién hablamos, lo que nos gusta y lo que opinamos de muchos temas no sería un proceso forzado y obligatorio, sino voluntario al participar en lo que paradójicamente se ha dado en llamar redes sociales. Muchísima gente en el planeta vivimos bajo la vigilancia e influencia de las empresas que manejan esas redes de comunicación indirecta, entre las mayores las llamadas GAFA: Google, Apple, Facebook y Amazon.

La información que reúnen Google y Facebook sobre cada usuario es mucho más de la que imaginamos. Un artículo reciente en The Guardian, enlista la cantidad enorme de datos que ambos cosechan al registrar y conservar históricamente, con indicación de tiempo y lugar, el uso que hacemos de sus sitios y otras aplicaciones, las páginas de Internet que vemos, los lugares donde estuvimos, dónde trabajamos, los mensajes que intercambiamos, el directorio de contactos, fotos, avisos que nos llaman la atención, la información que borramos y un largo etcétera. 


Google y Facebook juntos saben más de nosotros que nuestras parejas, familias y amigos. A esto se suma la información electrónica adicional que dejamos en instituciones, tiendas, bancos, etcétera. Todo lo que cargamos en Facebook va por defecto a la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos. Pero aunque no fuera así, el caso de Cambridge Analytica muestra que toda esa información puede ser vendida, comprada o conseguida para usarla con fines comerciales, políticos, militares o represivos. El manejo de datos masivos y el uso de inteligencia artificial es lo que permite conectar e interpretar tal cantidad de datos.

A esto se suma la omnipresencia de cámaras de seguridad en espacios abiertos, instituciones, lugares de trabajo y educativos, y el hecho de que las propias empresas como GAFA y similares, pueden vernos y escucharnos en nuestras casas mediante micrófonos y cámaras de teléfono, computadoras, pantallas de televisión y hasta drones, que en poco tiempo serán comunes para servicios de entrega a domicilio.

A nivel mundial, el líder de las tecnologías de vigilancia es China, que ha integrado el reconocimiento facial a las cámaras de vigilancia públicas y este sistema a su vez a lentes que usan policías en lugares públicos, que conectan imágenes con el historial de cada persona en archivos policiales y de instituciones públicas. China vendió a Ecuador en 2016 el sistema de cámaras de vigilancia Ecu911, que integra parte de estas herramientas.

El laboratorio de vigilancia extrema y control masivo de la población para China parece ser la provincia de Sinkiang, donde vive la población Uygur, mayoritariamente musulmanes, que han protagonizado protestas contra el gobierno desde 2009. Allí instalaron estrategias y tecnologías de vigilancia de punta. A la recolección de datos por cámaras y redes sociales –las permitidas en China, que no son de GAFA– han integrado la identificación de ADN, a partir de bancos genéticos recolectados y el muestreo obligatorio de los Uygur. Un dato significativo es que han cambiado su política de Internet y redes móviles. Mientras en 2009 silenciaron las redes por meses, ahora la estrategia es la opuesta. Necesitan que exista mayor conectividad para que la red de control pueda extenderse. (https://tinyurl.com/yars2nef)

El ejemplo de Sinkiang parece extremo, pero es el modelo que piensan seguir en el resto de China, además de venderlo a otros países. Estados Unidos, Europa, Rusia tienen ya opciones similares.

Ya conscientes, esta realidad se torna opresiva, como pensó Orwell, y eso es un buen paso. No es un ruta sin salida. Pero tenemos mucho que pensar y actuar para enfrentarla.

*investigadora del Grupo ETC

lunes, 20 de febrero de 2017

La radio, la primera red social que no pierde vigencia.

La Radio Bundelkhand, del centro de India, tiene unos 250.000 oyentes, de los cuales 99 por ciento son agricultores. Crédito: Stella Paul/IPS.

El 13 de febrero se celebró el Día Mundial de la Radio y un reporte de Lyndai Rowlands nos recuerda las ventajas de esta medio que sigue siendo ideal en zonas con bajos índices de alfabetización o para llegar a públicos especializados restringidos, como minorías lingüísticas o culturales.

Por Lyndal Rowlands

IPS, 20 de febrero, 2017.- Con menos de la mitad de la población mundial conectada a Internet, la radio mantiene su vigencia y es la principal fuente de noticias e información del mundo entre otros muchos beneficios más.

Para muchas de las 5.000 millones de personas que escuchan la radio en distintas frecuencias, esta es, en cierta forma, también una red social, porque muchos conductores hacen participar a los oyentes al aire con distintas propuestas.

El especialista Martin Scott, conferencista sobre medios y desarrollo internacional de la Universidad de Anglia del Este, dijo a IPS que suele pasarse por alto el aspecto social de la radio.

“Puede tener debates en vivo”, ejemplificó Scott. “En un diario es mucho más difícil, es mucho más fácil participar en la radio”, apuntó.

También destacó la importancia de los debates en vivo y al aire.

Festus Kaleli, de Radio Mang’elete, entrevista a un joven agricultor en el distrito de Nthongoni, en la región de Makueni, en Kenia. Crédito: Isaiah Esipisu/IPS.

“Si quiere que las autoridades sean transparentes, que se tomen en cuenta múltiples perspectivas y que las personas desfavorecidas reciban ayuda y participen en el proceso, la comunicación participativa es vital para lograrlo, y la radio es un medio que a menudo, aunque no siempre, se presta para ello”, explicó Scott.

En los últimos años, la carrera por llevar Internet a todas partes opacó el papel fundamental que sigue teniendo ese medio de comunicación para miles de millones de personas, en particular en los países en desarrollo.

De hecho, aproximadamente 75 por ciento de los hogares en las naciones en desarrollo tienen algún dispositivo para escuchar radio, muy por encima del 40 por ciento que tiene Internet, según datos de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Scott recuerda que la radio es un artefacto barato sin costo de funcionamiento, a diferencia de Internet. Pero hay más razones por las que llega a más personas, y en especial para a las más desfavorecidas.

La radio puede emitirse en muchos dialectos distintos y es una fuente de información para 1.000 millones de personas analfabetas, así como para las que tienen problemas de visión. También puede llegar a las poblaciones de áreas alejadas o de difícil acceso, donde todavía ni siquiera hay conexión inalámbrica a Internet.

El pronunciado aumento de los teléfonos móviles en los países en desarrollo no solo permite que más personas tengan conexión a Internet, sino también que tengan acceso a la radio, porque los dispositivos también vienen con receptores de radio.

De hecho, la expansión de la red de redes no necesariamente implica la muerte de las emisoras radiales porque ahora la gente escucha muchos programas de radio y podcasts a través de Internet.

Internet amplió de forma significativa el número de personas que pueden publicar y compartir noticias, pero eso no necesariamente implica que es más accesible que la radio, puntualizó Scott.

No todo el mundo tiene tiempo, conocimientos, teléfonos celulares o electricidad para conectarse a Twitter, recordó, en cambio, para escuchar la radio solo se necesitan baterías.

Con el fin de destacar la importancia de ese medio de comunicación, a pedido de la Academia Española de la Radio, se propuso celebrar el 13 de febrero el Día Mundial de la Radio, remarcándose que es “una tecnología de bajo costo, que permite recibir y transmitir, y que ofrece la posibilidad de llegar a audiencias mundiales, nacionales o locales”.

Además, en la proclamación del Día Mundial “se aduce que la producción radiofónica es sencilla y poco costosa, lo que resulta ideal en zonas con bajos índices de alfabetización o para llegar a públicos especializados restringidos, como minorías lingüísticas o culturales”.

El Consejo Ejecutivo de la Unesco recomendó que se proclamara el “Día Mundial de la Radio, que se celebrará el 13 de febrero, día en que las Naciones Unidas establecieron el concepto de Radio Naciones Unidas”.

Pero para que el mayor número posible de personas accedan tanto a la radio como a Internet es importante prestar atención a la gobernanza de esos medios, observó Scott.

“Las protestas de Facebook.org en India y Egipto ejemplica para bien o para mal que es crucial la gobernanza de las nuevas tecnologías”, indicó, refiriéndose a las manifestaciones contra un plan para abaratar la conexión a Internet en las naciones en desarrollo habilitando el acceso a un limitado número de sitios web.

El plan, calificado de “jardín amurallado”, fue muy criticado porque atenta contra los principios de los fundadores de la red de redes, de que fuera un entorno abierto a todo el mundo.

Históricamente, el número de canales de radio se acotó a las frecuencias y a las licencias disponibles para ellos. Y, aunque la radio digital permite ampliar el número de emisoras, Scott advierte que la transición del sistema AM/FM al digital debe gestionarse con cuidado.

La Radio NZ informó hace poco que miles de personas en las Islas Salomón quedaron sin acceso a la emisora Australian Broadcasting Corporation (ABC) a fines de enero cuando esta abandonó la amplitud modulada (AM) en beneficio de la frecuencia modulada (FM) y de servicios en Internet.

Respecto de la importancia y las consecuencias del hecho, Ruth Liloqula, de Transparencia Internacional, dijo a la Radio NZ que tras el último terremoto, los residentes de las zonas más alejadas de Islas Salomón se enteraron de que no habría tsunami gracias a la emisora ABC.

---
Traducido por Verónica Firme
----

Importante: Esta nota ha sido reproducida previo acuerdo con la agencia de noticias IPS. En este sentido está prohibida su reproducción salvo acuerdo directo con la agencia IPS. Para este efecto dirigirse a: ventas@ipslatam.net

Fuente: Servindi

domingo, 16 de octubre de 2016

Corporaciones de Internet y nuevas dinámicas capitalistas.


Imagen: ALAI 

Por Sally Burch*


ALAI, 15 de octubre, 2016.- Hace varias décadas que los movimientos sociales tienen en la mira a las corporaciones transnacionales, su injerencia en la gobernanza global y sus abusos de poder. Los sectores de la minería, petróleo, agro-alimentación, farmacéutica, finanzas, están entre los grupos que más son objetos de monitoreo, crítica y movilizaciones. Un logro importante al respecto es la decisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU de crear un instrumento internacional vinculante para las corporaciones transnacionales y otras empresas con respecto a los derechos humanos.

No obstante, la actuación en este plano suele pasar por alto a las corporaciones globales de Internet, tal vez porque se las ve como más “amigables”, por la utilidad de sus servicios en la vida cotidiana. Toda vez, desde hace una década, este sector es uno de los de mayor crecimiento y concentración monopólica, con nuevas dinámicas capitalistas, cuyo epicentro se ubica en Silicon Valley (California). Sus principales protagonistas, --Google, Facebook, Amazon, Paypal, Uber, Microsoft y similares--, extienden sus operaciones hacia cada vez más áreas de la economía y la sociedad, donde forman alianzas con otros sectores transnacionales, como parte del rápido proceso de transición hacia un nuevo paradigma tecnológico, que va a revolucionar nuestras sociedades, para mejor o para peor.


En toda la historia, la innovación tecnológica ha permitido a las sociedades humanas mejorar sus condiciones de vida. Pero cuando el control de estas tecnologías se concentra en pocas manos, ellas se suelen convertir en herramientas para controlar a la sociedad misma, consolidando el dominio de determinados grupos de poder.

En toda la historia, la innovación tecnológica ha permitido a las sociedades humanas mejorar sus condiciones de vida. Pero cuando el control de estas tecnologías se concentra en pocas manos, ellas se suelen convertir en herramientas para controlar a la sociedad misma, consolidando el dominio de determinados grupos de poder. Es particularmente el caso cuando se trata de tecnologías aptas para la organización social a gran escala, como sucede con las tecnologías digitales. En manos de la ciudadanía o de sistemas públicos bajo control democrático, podrían traer grandes beneficios; pero la tendencia dominante es a la privatización.





Por ejemplo, las actuales tecnologías de vigilancia, con cámaras, sensores, etc., no solo sirven para precautelar la seguridad de un lugar determinado. Al arrojar datos que permiten identificar a las personas (lectura de iris, reconocimiento de caras), o vehículos (lector de placas), otorgan a quienes almacenan estos datos el poder de rastrear los movimientos y el comportamiento de las personas. En ausencia de un marco adecuado de protección de derechos, son susceptibles de ser utilizados para otros fines, como la publicidad dirigida (según lo que uno mira en los almacenes), la discriminación (por ejemplo para solicitar un empleo) e incluso el hostigamiento o el chantaje(1).

Estas redes digitales inteligentes cuentan con ciertas características que las distinguen de tecnologías anteriores y que son justamente lo que favorece la concentración de poder. Primero, el “efecto red” (o sea, la concentración de usuarios en torno a las plataformas más populares) favorece a las empresas más grandes que forman monopolios, absorbiendo o eliminando la competencia.

En segundo lugar, la capacidad de estas redes de obviar el tiempo y la distancia permite que sean controladas en forma remota. El individuo que interactúa con su aparato tal vez encuentra más variedad de opciones que con tecnologías anteriores; pero solo puede escoger entre las que el centro de poder remoto le permite. Cuando son comunidades que cedan poder de decisión a estos centros remotos, el problema es mucho mayor. En todo caso, como primera condición, implica entregar a estas empresas el conjunto de datos generados, ya que constituyen su principal fuente de enriquecimiento (especialmente con la venta a anunciantes), pero sobre todo son la materia prima de los sistemas inteligentes que requieren alimentarse de enormes cantidades de datos a procesar y analizar.

Un tercer factor es que estas tecnologías inteligentes cada vez más llevan controles activos incorporados en su sistema mismo, como los algoritmos, que la mayoría de veces son opacos al usuario, y cuya programación tiende a favorecer los intereses de sus dueños. Con la diversificación vertiginosa de aparatos que contienen sistemas inteligentes, cuya explosión veremos en la próxima década, este problema se multiplicará casi infinitamente.
Control corporativo





Todo ello está ocurriendo, a escala mundial, principalmente bajo iniciativa de estas grandes corporaciones y en función de su propia visión del futuro, y ello prácticamente sin aportes desde una óptica de defensa del interés público, y mucho menos supeditado a mecanismos democráticos de decisión o escrutinio. Podría ser un problema manejable si se tratara de una función limitada, como la comercialización digital o los servicios de chat. Pero va mucho más allá, a medida que se abarcan y transforman sectores enteros –de transporte, educación, agricultura– o incluso comunidades enteras, como es el caso de las llamadas “ciudades inteligentes”.

En efecto, con la transformación de urbes en “ciudades inteligentes”, se trata de construir enormes sistemas cuasi-públicos, pero generalmente bajo control corporativo con fines de lucro, para administrar los flujos de tráfico, los sistemas de salud y de comunicaciones, la red eléctrica, el agua potable…. Un sinfín de funciones antes administradas, o por lo menos reglamentadas, por las autoridades públicas. Su ventaja sería mejorar la eficiencia y reducir costos. Su peligro potencial: la falta de control democrático y de garantías de derechos; además, los datos que se recopilan para optimizar la operación muchas veces quedan como propiedad de la empresa, y no son devueltos a la ciudad. Generan, además, vulnerabilidades cuando, para ahorrar costos, la empresa no invierte lo suficiente en mecanismos de seguridad de los sistemas y datos.

En distintos sectores de intervención social surgen diferentes expresiones de esta problemática, que será muy difícil de enfrentar en forma aislada. Para solo nombrar brevemente algunas: en lo laboral, la automatización que se ha visto en la industria se va a extender a sectores de servicios, con un impacto en el empleo también de sectores medios; con la “agricultura climáticamente inteligente”, los agricultores se volverán aun más dependientes de las grandes empresas, como Monsanto (que ahora se fusiona con Bayer) que está haciendo grandes inversiones en sistemas de datos e inteligencia artificial (en alianza, entre otros, con la Bill Gates Foundation). En transporte, los carros de auto-conducción ya están en la fase de experimentación en calles y carreteras; pronto serán los buses y camiones.

De mantenerse bajo el parámetro de control corporativo transnacional, será muy difícil enfrentarlo en forma aislada desde cada sector (...) El reto es cómo recuperar este control, algo que difícilmente se podrá lograr con luchas dispersas o solo en el plano nacional. Requiere un abordaje global y multisectorial, donde uno de los factores ineludibles es cambiar el régimen global de gobernanza de Internet. 

Si hasta ahora se destacan las tecnologías digitales principalmente en la comunicación, dentro de poco abarcarán casi todas las áreas del quehacer humano. De mantenerse bajo el parámetro de control corporativo transnacional, será muy difícil enfrentarlo en forma aislada desde cada sector. No es que estas tecnologías sean malas en sí: al contrario, manejadas por las comunidades humanas, podrían traer grandes beneficios. El reto es cómo recuperar este control, algo que difícilmente se podrá lograr con luchas dispersas o solo en el plano nacional. Requiere un abordaje global y multisectorial, donde uno de los factores ineludibles es cambiar el régimen global de gobernanza de Internet. Pero queda poco tiempo para emprenderlo(2).


Notas:


(1) Se han reportado, por ejemplo, casos de hostigamiento utilizando vigilancia tecnológica, por parte de Monsanto, contra agricultores en EEUU que no quieren usar sus semillas y agrotóxicos. Ver por ejemplo: BIN report, Farmer Who Defied Monsanto Mafia Beaten Down: Stalked, Terrorized, Ruined http://bit.ly/2cd5zKp


(2) Uno de los espacios que se propone abordarlo en forma amplia es la iniciativa del Foro Social de Internet (www.internetsocialforum.net).


---

*Sally Burch es periodista de ALAI. El presente artículo se basa en aportes de los debates en curso en el proceso del Foro Social de Internet y la Coalición Just Net (justnetcoalition.org).


Artículo publicado en la edición 517 (septiembre 2016) de la revista América Latina en Movimiento de ALAI, titulada “El poder transnacional y los nuevos TLCs”. http://www.alainet.org/es/revistas/517

Fuente: Servindi

sábado, 26 de septiembre de 2015

Niño refugiado sirio revoluciona Baviera y las redes con un dibujo.



El niño regaló a la policía un folio con las dos caras de su viaje El menor pintó el dibujo en un centro donde se inscriben los refugiados al llegar al país.

Un niño sirio, cuyo nombre se desconoce y que podría haber llegado, junto con sus padres, al Estado de Baviera en las dos últimas semanas, ha conmovido a la sociedad alemana y también a la policía del land con un dibujo que tiene la virtud de mostrar el horror que vive su país y la amable acogida que recibió cuando él y su familia fueron recibidos por la propia policía bávara. 

Este Estado federal alemán es el primero con el que se encuentran la mayoría de los refugiados que llegan a través de la frontera austriaca desde el sur de Europa. El menor, según Fabian Hüppe, portavoz de la policía en Baviera, habría pintado el dibujo mientras esperaba un centro donde las autoridades registran a los refugiados que llegan al país, un trámite que puede durar horas, incluso días. Para hacer la espera más agradable, la policía regala a los niños utensilios para dibujar. 

Por lo general, los niños regalan sus dibujos a los agentes o los cuelgan en las paredes de los centros de registro. El niño anónimo regalo su dibujo a los agentes de Passau, que reconocieron de inmediato el valor que tenia y lo difundieron a través de Twitter. 

 LAS DOS CARAS DE UNA VIDA 

El dibujo tiene dos caras: el horror y la esperanza. En una pagina el niño dibujó la situación brutal que existe en su país, destrucción, sangre y muerte. En la otra, la nueva vida que le espera en Alemania. Orden, tranquilidad y una bandera alemana. "El dibujo nos ha emocionado a todos”, admitió el portavoz de la policía de Baviera. "Por eso decidimos propagarlo. Muchos colegas aceptan los dibujos como un recuerdo emotivo, pero este dibujo ha sido una excepción”. Hüppe admitió desconocer el nombre del niño y tampoco pudo dar informaciones sobre su paradero actual.



viernes, 15 de agosto de 2014

Redes sociales, instrumentos de las transnacionales.


Contralinea

Promocionadas como herramientas garantes de la “libertad”, las redes sociales son propiedad de corporaciones y, por tanto, no están libres de intereses, opina el periodista Carlos Miguélez. En entrevista, el coordinador del Centro de Colaboraciones Solidarias –con sede en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid– reflexiona que aun sin acuerdos como SOPA, PIPA o ACTA los gobiernos de Estados Unidos y Europa ya controlan los flujos de información a través de internet y espían indiscriminadamente a los ciudadanos del mundo. Además, recuerda, esas mismas trasnacionales y gobiernos determinan los contenidos de los medios masivos de información

Madrid, España. “A las redes sociales las controlan grandes corporativos, no son libres de intereses”, explica en entrevista Carlos Miguélez Monroy, periodista y coordinador del español Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS). Su crítica responde a las campañas que las promocionan como garantes de la libertad y que, incluso, las identifican como herramientas libertadoras de sociedades oprimidas. Nada más alejado de la realidad.

En algunos casos, esos intereses trasnacionales han derivado en una estrecha cooperación con servicios de inteligencia y espionaje, como ocurrió con Google, Microsoft, Yahoo, Apple, YouTube, Skype, Facebook y las estadunidenses Agencia de Seguridad Nacional y Agencia Central de Inteligencia, según revelaciones hechas por Edward Snowden en junio de 2013. Cooperación que implicó el espionaje masivo e indiscriminado de los usuarios de esos servicios.

Miguélez Monroy reflexiona que “para comunicarnos tenemos que hacerlo por redes que no controlamos: Faceebok, Twitter, Google. El funcionamiento de Google, lo que aparece, lo que no aparece [en las búsquedas] es brutal. El peligro de todo esto es creer que somos más libres de lo que realmente somos: parece que puedes decir lo que quieras en las redes sociales pero lo importante es quién te va a leer”.

No obstante lo anterior, los ciudadanos sí deben y pueden hacer uso de esas herramientas: “Sabiendo las limitaciones y que no somos tan libres como creemos, sí hay que aprovechar las redes sociales que, aunque no son perfectas y alguien las controla, al menos nos permiten dar a conocer algunos temas. [Ellos] no nos controlan del todo”.

Gobiernos hegemónicos e información

Los obstáculos de comunicación para las mayorías no se reducen a los intereses que entrañan servicios virtuales como Twitter y Facebook. El flujo de información en internet depende en gran medida de redes que físicamente están asentadas en Estados Unidos y en Europa, observa Miguélez Monroy.

Nacido en México pero radicado en España desde hace 1 década, el periodista de 33 años de edad refiere que los gobiernos y las empresas que tienen a su alcance esa tecnología deciden qué se comunica y qué no en función de sus intereses nacionales y de seguridad. “Y para ello tienen carta blanca, por [medio de] edictos presidenciales, para espiar”.

Respecto de las iniciativas que buscan limitar o regular el uso de internet –como la Stop Online Piracy Act, la Protect IP Act y el Anti-Counterfeiting Trade Agreement–, Carlos Miguélez opina que quienes promueven esos acuerdos internacionales –tanto mandatarios y políticos como compañías trasnacionales– no van a controlar ahora las redes sociales y la información, sino que ya lo hacían y lo hacen de tiempo atrás.

Sobre los motivos que tienen, indica que “les preocupa que circule la información, porque una ciudadanía crítica e informada no va a apoyar una guerra en Irak, no va a apoyar ciertas decisiones, y va a cuestionar el poder del gobierno, de las multinacionales, los tratados de libre comercio como el de Estados Unidos con Europa, del que casi nadie habla, ni siquiera el Parlamento de la Unión Europea. Ellos controlan la información porque controlan los canales de información: tanto el gobierno como las grandes corporaciones”.

Muchos acontecimientos han dejado al descubierto el doble discurso de los regímenes que se autonombran defensores de las libertades y derechos –en particular de los de expresión e información– cuando invaden países que consideran tiranías: esos poderosos Estados integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte limitan y violan esas libertades y derechos no sólo de sus sociedades, sino de las del resto del mundo.

Sobre este tema, Carlos Miguélez opina que “a estos países que se autodenominan ‘campeones’ de la libertad de expresión hay que reconocerles en el día a día que han conquistado un alto grado de libertad; no reconocerlo sería engañarnos”. No obstante, dice que para ellos lo que prima, sobre todo con los últimos gobiernos de Estados Unidos, es la seguridad nacional.

Esta situación se acrecienta por lo que Miguélez Monroy llama la “paranoia del terrorismo”: “Ellos han creado un clima de terror para justificar precisamente el espiar a los ciudadanos, el no cubrir ciertas informaciones. El periodista que hable de estos temas de alguna manera es un traidor de la patria. Se ha creado ese clima y sí ha habido un retroceso, porque en el fondo hay personas que no creen en estos derechos: se autoproclaman defensores de esos derechos pero no creen en ellos, porque la pluralidad de ideas los amenaza”.

Para el periodista, así como hay fuerzas y personas que se oponen a la libertad de expresión, también hay gente muy valiosa que quiere que se conozcan las cosas. “Es una lucha diaria: siempre va a haber gente del entorno militar o del gobierno que no va a querer que se publiquen ciertas cosas”.

Ejemplifica con el caso del ataque de Israel contra Gaza. “El gobierno israelí ha puesto en marcha una maquinaria en redes sociales impresionante. No hay más que ver en Facebook lo qué circula y qué no se atiene a la realidad”.

Pero no sólo eso, objeta Miguélez Monroy, pues medios corporativos tergiversan la realidad sobre ese conflicto: sus coberturas no distinguen entre información y propaganda. Por eso, indica, es bueno fomentar una ciudadanía crítica que sepa distinguir.

Medios de comunicación, en crisis

En efecto, uno de los ámbitos informativos en el que inciden de forma decisiva los poderes oficiales y fácticos, e incluso de una manera más clara, es el de los medios masivos tradicionales. Por esta razón, Miguélez Monroy observa que los intereses corporativos tienen un impacto cada vez mayor en la forma en que se hace periodismo.

Especializado en temas internacionales, derechos humanos, medios de comunicación, movimientos sociales, solidaridad y medio ambiente, el periodista considera que la crisis no está en el periodismo, sino en la empresa que controla los medios de información.

Ejemplo de la concentración de medios informativos y de la industria del entretenimiento son las trasnacionales The Walt Disney Company, Time Warner, Fox Broadcasting Company, Viacom, Sony Corporation, Bertelsmann y General Electric Company, a quienes se les atribuye controlar el 70 por ciento de los medios en el mundo.

“Hay una concentración de medios; y además son las grandes empresas, lo que [a su vez] está vinculado con el tema de la publicidad, las que en realidad impiden el ejercicio del derecho a la información. Esto ocurre en todo el mundo: hay temas de los que no se puede hablar claramente porque hay empresas, por ejemplo, que pagan la publicidad. Aquí el fondo del asunto es quiénes son los que mantienen las empresas periodísticas y la publicidad. Eso es lo que hace que los medios no puedan hablar de ciertos temas y no puedan ofrecer una visión crítica”, expone Miguélez Monroy.

El presupuesto de los medios debería provenir del público y no de las empresas: “El periodismo hay que pagarlo: no se puede tener buen periodismo sin que la gente pague por el servicio. No necesariamente se trata de pagar grandes cantidades, pero si no se vive de los suscriptores, quienes seguirán manteniendo a los medios son las corporaciones”.

En este contexto de crisis del modelo, Miguélez Monroy advierte que la labor periodística se ha precarizado. “Como hay menos ingresos en el mercado, muchos anunciantes retiran la publicidad y eso ha hecho que las redacciones adelgacen su personal. Entonces cada vez tienen a menos periodistas haciendo más trabajo de forma más precaria. Eso perjudica al derecho a la información”.

Además, dice que en los medios corporativos el periodista casi no tiene margen para proponer temas de interés para los lectores. Esta situación se da porque cada vez hay más distancia entre los directores de los grandes medios y la sociedad.

Por ello habla de uno de los valores más apreciados en esta profesión, que es la independencia: sólo los periodistas independientes y sensibles con su realidad social pueden hablar de aquello que tiene impacto sobre las personas.

Pero, dice, “no existe la independencia total en el periodismo, porque hay una cosa que se llama autocensura. Todos los periodistas tenemos temas que autocensuramos. Entonces la independencia total casi no existe, salvo cuando se trata de un periodista consagrado; pero eso es difícil”.

La labor del CCS

En ese contexto dominado por medios masivos y redes sociales corporativas se desenvuelve un proyecto del que Carlos Miguélez Monroy es pieza fundamental: el Centro de Colaboraciones Solidarias. Se trata de un servicio de comunicación en defensa de derechos humanos, políticos y sociales para todos, dirigido a profesionales de los medios de comunicación y a las organizaciones de la sociedad civil, de acuerdo con su perfil publicado en el sitio www.ccs.org.es.

Con el apoyo de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, el proyecto nació en 1999. Miguélez Monroy explica que es una iniciativa del profesor y periodista José Carlos García Fajardo.

Narra que cuando el doctor en derecho y director del CCS viajó a América Latina notó que muchas redacciones, por falta de recursos, no cubrían información importante relacionada con temas sociales. “No porque no les interesara, sino porque no tenían medios suficientes para darle a esa información el espacio”.

Fue entonces que García Fajardo empezó a mandar artículos a esos medios sin ningún costo: sólo con el compromiso de respetar el contenido y darle el crédito tanto al autor como al Centro.

“Y así se ha mantenido con esa línea durante 15 años: tratar temas que puedan interesar en México, Argentina, Perú, Chile. Buscamos no sólo hablar de España porque entonces pierde interés, sino hablar de temas de derechos humanos con un enfoque global, que pueda servir a cualquier lector de esos países. Es una gran oportunidad para hablar de lo que generalmente los medios no hablan por distintas presiones, por falta de especialización, por falta de apoyo”, dice Miguélez Monroy.

Durante la entrevista, quien coordina el Centro desde 2008 detalla: “No buscamos incurrir en un intrusismo profesional, sino al contrario, convertirnos en una fuente que sirva a los periodistas de distintos países. Nosotros no necesariamente queremos sólo que nos publiquen los artículos, sino que sirva de material de reflexión para nuestros colegas y que sirva para desarrollar otros temas. Nuestro objetivo no sólo es publicar”.

Entre sus objetivos, el CCS busca fortalecer las conquistas sociales, denunciar las injusticias con propuestas alternativas y luchar por otro mundo más humano, más justo y solidario. Por ello, sus colaboradores apuestan por el derecho a una vida digna, a la libertad y al desarrollo de las capacidades mediante la educación, la salud, la alimentación, el trabajo, la participación y la protección del medio ambiente.

En su perfil público, el Centro apunta que sus integrantes luchan “contra el hambre, la exclusión, la marginación, la guerra, los paraísos fiscales, la explotación de unos pueblos y de unos seres por otros. Afirmamos la igualdad radical de los seres humanos, sin racismo, xenofobia, violencia de género o discriminación por creencias, opción sexual, origen, profesión o ideas políticas”.

Agrega que cada semana se envían por correo electrónico y de forma gratuita los artículos editados a su red de medios de comunicación y de organizaciones de la sociedad civil en América Latina. Dichos artículos pueden ser reproducidos libremente citando la fuente. Al respecto, Miguélez Monroy cuenta que se trata de más de 2 mil medios de comunicación a los que les llegan sus materiales informativos.

Periodistas, economistas y profesores de universidad expertos en pobreza, educación, salud, ecología, derechos humanos, política internacional, colaboran con el Centro de Colaboraciones Solidarias y dan vida a esa visión alternativa de la comunicación y el periodismo.

Fuente Contralinea

jueves, 24 de julio de 2014

La adicción a las redes sociales, “una grave enfermedad” que necesita tratamiento.


(Caracas, 16 de mayo. Noticias24).- Durante mucho tiempo la adicción a internet ha sido considerada como un trastorno mental, pero los científicos han llegado a la conclusión de que el abuso a las redes sociales se ha convertido en una grave enfermedad que necesita tratamiento.

El Congreso Mundial de la Asociación Mundial de Psiquiatría Dinámica (Amdf) está llevando a cabo la discusión sobre el tema en San Petersburgo, Rusia.

El jefe terapeuta de drogadicciones de la región rusa que participa en el congreso, Evgeny Krupitsky, aseguró que todos los tipos de adicciones son enfermedades crónicas recurrentes.

“Son enfermedades al igual que las úlceras pépticas, la hipertonía o la diabetes, y su tratamiento es un proceso largo, que incluso puede durar toda una vida, y requiere una combinación de métodos personalizados de terapia con medicamentos, psicoterapia y rehabilitación”, afirmó Krupitsky en el foro.


En el congreso mencionaron el tratamiento equivocado que se le dan a las adicciones al internet, ya que los científicos aseguran que por lo general, las personas que padecen este tipo de trastorno recurren al psicólogo en lugar de ir al médico.

Aleksandr Kibitov, el jefe de un laboratorio de genética molecular, explicó que las adicciones a las redes sociales funcionan de la misma manera que las del alcohol, las drogas y otras sustancias tóxicas, con la única diferencia de la “naturaleza química” que tienen estas últimas.

Kibitov también ha destacado que las adicciones conductuales, como a la ludopatía, la adicción a Internet o el trastorno de compras compulsivas, son más difíciles de estudiar, ya que no hay forma de hacer experimentos con animales en el laboratorio.

Con información de RT.

Fuente: noticias24

martes, 2 de julio de 2013

Las multitudes en las calles: ¿cómo interpretarlo?.


Un espíritu de insurrección de masas humanas se extiende por el mundo, ocupando el único espacio que les queda: las calles y plazas. El movimiento apenas está comenzando, primero en el norte de África, luego en España con los "indignados", en Inglaterra y Estados Unidos con los "ocupas", y en Brasil con la juventud y otros movimientos sociales. Nadie se refiere a las banderas clásicas del socialismo, de la izquierda, de algún partido liberador o de la revolución. Todas estas propuestas o están agotadas o no ofrecen la atractivo suficiente para mover a las masas. Actualmente interesan los temas relacionados con la vida cotidiana de los ciudadanos: el trabajo participativo, la democracia para todos, los derechos humanos, personales y sociales, la presencia activa de las mujeres, la transparencia pública, el claro rechazo a todo tipo de corrupción, un nuevo mundo posible y necesario. Nadie se siente representado por los poderes instituidos que generan un mundo político palaciego de espaldas al pueblo o manipulando directamente a los ciudadanos.


Interpretar este fenómeno supone un reto para cualquier analista. No basta la razón pura, tiene que ser una razón holística que incorpore otras formas de inteligencia, datos no racionales, emocionales y arquetípicos y acontecimientos propios del proceso histórico e incluso de la cosmogénesis. Sólo así tendremos una forma más o menos completa de hacer justicia a la singularidad del fenómeno.


Para empezar, hay que reconocer que es el primer gran evento resultado de una nueva fase de la comunicación humana completamente abierta, una democracia en grado cero que se expresa a través de las redes sociales. Todo ciudadano puede salir del anonimato, tomar la palabra, encontrar sus interlocutores, organizar grupos y reuniones, alzar una bandera y salir a la calle. De repente, se forman redes de redes que mueven a miles de personas más allá de los límites del espacio y del tiempo. Este fenómeno debe ser analizado cuidadosamente, porque puede representar un salto civilizatorio que marcará un nuevo rumbo a la historia, no sólo de un país, sino de toda la humanidad.

Las manifestaciones de Brasil provocaron manifestaciones de solidaridad en decenas y decenas de otras ciudades del mundo, especialmente en Europa. De repente, Brasil ya no es sólo de los brasileños. Es una parte de la humanidad que se identifica como especie, en la misma Casa Común en torno a causas colectivas y universales.


¿Por qué estos movimientos masivos han estallado en Brasil ahora? Hay muchas razones. Me detengo solamente en una y volveré a las demás en otra ocasión.


Mi sentimiento del mundo me dice que, en primer lugar, se trata un efecto de saturación: el pueblo está saturado del tipo de política que se practica en Brasil, inclusive por las cúpulas del PT (preservo las políticas municipales que aún conservan el antiguo fervor popular). El pueblo se ha beneficiado de los programas de bolsa familia, luz para todos, mi casa mi vida, del crédito consignado, ha entrado en la sociedad de consumo. ¿Y ahora qué? Bien dijo el poeta cubano Ricardo Retamar: "el ser humano tiene dos hambres: hambre de pan, que es insaciable, y hambre de belleza, que es insaciable". Por belleza se entiende la educación, la cultura, el reconocimiento de la dignidad humana y de los derechos personales y sociales, atención sanitaria de calidad y transporte básico menos inhumano.


Esta segunda hambre no ha sido atendida adecuadamente por el poder público, sea el PT u otros partidos. Los que han saciado su hambre, quieren ver atendidas otras hambres, no en último lugar, el hambre de cultura y de participación. Aumenta la conciencia de las profundas desigualdades sociales que es el gran estigma de la sociedad brasileña. Este fenómeno se hace más y más intolerable en la medida en que crece la conciencia de ciudadanía y de democracia real. Una democracia en sociedades profundamente desiguales como la nuestra es puramente formal, practicada sólo en el acto de votar (que en el fondo es el poder de elegir a su "dictador" cada cuatro años, porque el candidato una vez elegido, da la espalda al pueblo y practica la política palaciega de los partidos). Ella se muestra como una farsa colectiva y esa farsa está siendo desenmascarada. Las masas quieren estar presentes en las decisiones de los grandes proyectos que les afectan y para los que no se les consulta en absoluto. Y no hablemos de los indígenas cuyas tierras son secuestradas para el agronegocio o las industrias hidroeléctricas.


Este hecho de la multitud en las calles me recuerda la obra de Chico Buarque de Hollanda y Paulo Pontes escrita en 1975: "La gota de agua". Se ha llegado a la gota que desborda el vaso. Los autores de alguna manera intuyeron el fenómeno actual al decir en el prefacio del libro: "La clave es que la vida brasileña pueda ser devuelta, en el escenario, al público brasileño ... Nuestra tragedia es una tragedia de la vida brasileña". Ahora, esta tragedia es denunciada por las masas que gritan en las calles. El Brasil que tenemos no es para nosotros, no nos incluyen en el pacto social que garantiza siempre la parte del león para las élites. Quieren un Brasil brasilero donde el pueblo cuenta y quiere contribuir a la reconstrucción del país sobre otras bases, formas más democráticas, participativas, más éticas y menos malvadas de relación social.

Este grito no puede dejar de ser escuchado, comprendido y seguido. La política puede ser otra en el futuro.



Fuente: Koinonia

viernes, 7 de junio de 2013

Sextorsión y redes sociales.


Por: Lydia Cacho

¿Cómo entender que tu hija de 10 años aparece masturbándose en una página de pornografía infantil si nunca salió de casa y nadie la abusó físicamente? Eso se pregunta una madre que escribe a mi blog, angustiada sin saber qué hacer. Como ella hay millones de madres y padres que se preguntan qué pueden hacer ante ese agujero negro que es el ciberespacio, donde lo mismo se rescatan niñas raptadas o niños robados gracias a la efectividad de solidaridad tuitera, que se cometen grandes delitos. Lo cierto es que en el mundo entero apenas comienzan los debates legislativos y la elaboración correcta de los conceptos sociológicos, antropológicos, psicológicos y jurídicos que conforman estos nuevos fenómenos culturales. En esa discusión tiene que estar todo el mundo, sí, pero mínimamente informado. 

Veamos a qué están expuestas nuestras hijas e hijos. Después hablemos de qué papel juegan las autoridades y quienes educan a niñas, niños y jóvenes.

Sexting: fusión de las palabras sexo y texting (envío de mensajes). Es el acto de tomar y enviar fotografías o videos a través de dispositivos móviles, tabletas o por correos electrónicos, mediante Internet. Generalmente el sexting parte de un acto voluntario, pero se han documentado muchas filmaciones bajo presión entre novios o amigos. Involucra a personas adultas y a menores de edad. La mayoría de estas fotografías y videos terminan circulando ampliamente en redes sociales, incluso sin que las y los involucrados lo sepan. En algunos casos, como el de la concejala española, un sexting que envió por correo electrónico terminó en los medios de comunicación porque su técnico de Internet robó el video. La Organización Mundial de la Salud calcula que una gran cantidad de niñas y jóvenes se convierten en víctimas de sextorsión luego de que su relación afectiva termina y el video queda en manos de su ex pareja enojado o celoso.

Sextorsión: fusión de la palabra sexo y extorsión. Consiste en el acto de chantajear por diferentes vías a niñas y jóvenes que han sido fotografiadas desnudas. También se le llama grooming (que en inglés significa acicalar) y consiste en establecer, desde la impostura, un vínculo de amistad vía chat con niñas, niños o jóvenes para obtener su información personal y forzarles a actos en contra de su voluntad. Caso: un hombre ruso de 29 años que personificaba a una directora de agencia de modelos, contactó a 450 niñas de entre 8 y 13 años por chat, Twitter y Facebook; les propuso conectarse vía webcam (cámara que interconecta dos computadoras en vivo) pidiendo que se pusieran en ropa interior para verlas y convertirlas en grandes modelos. Ya con esas fotografías, comenzó a extorsionarlas advirtiendo que si no hacían ciertas cosas ante la cámara (masturbarse, desnudarse, etc.), él expondría esas fotos en su escuela acusándolas de prostitución y humillación pública. La sextorsión también se da entre adultos jóvenes y parejas gay. La mayoría de los extorsionadores son varones, porque la cultura fustiga la sexualidad de las mujeres y de los chicos gay, y exponer un acto privado se convierte para ellas y ellos en una humillación que incluso ha llevado a adolescentes a suicidarse. Existen varios casos documentados sobre adolescentes que graban encuentros sexuales sin que el o la otra lo sepa, y posteriormente le chantajean para tener más sexo. Ellos en su mayoría hacen sexting como parte de un ritual machista de colonización sexual de niñas y adolescentes. La sextorsión forma parte del ciberbullying. Este es un gran video que deben ver todas las familias con sus hijas e hijos:

Ciberbullying: contracción de dos palabras en inglés: Ciber (de griego kiberneticus: el arte de gobernar una nave), y bullying, que en español es hostigamiento u acoso psicológico y/o físico. El hostigamiento a través de la navegación de medios tecnológicos (Internet y diversas formas de mensajería telefónica) consiste en agredir, humillar, extorsionar, amenazar o exponer al escarnio de terceros a una persona, generalmente menor de 21 años. Esta forma de violencia explícita es real y no “virtual”, ya que virtual significa irreal, aparente o fuera del ámbito de lo concreto. Esta forma de violencia es más efectiva en personas de menos de 18 años, e incluye también el hackeo o intervención de cuentas de correo o redes sociales para obtener información personal de la víctima, y exponerla en su círculo cercano o estudiantil. Se han documentado muchos casos de este hostigamiento a través de falsas páginas para buscar parejas.

Ciberpornografía infantil: el acto de filmar a personas consideradas legalmente menores de edad (entre 16, 18 y 21 años dependiendo del país) en actos sexuales explícitos, tanto con personas menores como mayores de edad. Hay un gran debate en que las y los legisladores mezclan el sexting voluntario entre dos menores de 18 años, con la pornografía infantil filmada por adultos en actos de violación, tanto de bebés como de infantes y adolescentes, para fines comerciales o de promoción de la pedofilia y de la explotación sexual infantil, que puede constituir el delito de trata de personas. Ejemplo: el caso en que una pareja de jóvenes de 14 años filmaron su primer encuentro sexual y, por impericia, el niño lo compartió con la niña vía Whatsapp, sin entender cómo el videomensaje llegó a todos sus contactos de Whatsapp y eventualmente terminó en el Facebook de un pedófilo. Las autoridades acusaron a la chica y el chico por el delito de pornografía infantil, tipificado así: “La pornografía infantil significa toda representación, por cualquier medio, de un niño o niña, involucrado en actividades sexuales explícitas reales o simuladas, o toda representación de las partes genitales de un niño o niña, con fines primordialmente sexuales“.(1) Cada vez más países legislan sobre este tema sin ser capaces de desentrañar la especificidad de los casos; de allí que se está castigando penalmente de manera absurda a niños y niñas por actos voluntarios. En España y Estados Unidos se persiguen más casos de sexting que de pornografía infantil adulta en el que se perpetran violaciones y raptos y su consiguiente difusión por redes sociales.

Lo cierto es que la creciente difusión de casos de pornografía infantil y de sexting –que son dos cosas muy diferentes– ha generado pánico moral a nivel mundial. De allí que, sin pasar por un proceso de educación integral de las niñas, niños y adolescentes, se les convierte en delincuentes gracias a los vacíos conceptuales, así como a leyes creadas a partir de una inexplicable fobia y/o negación de la sexualidad activa de adolescentes y preadolescentes.

Las más recientes discusiones que hemos presenciado respecto a la tipificación y persecución de delitos cibernéticos, nos demuestran que hay mucho camino por andar. Que debemos evitar a toda costa seguir utilizando la justicia penal contra menores de 18 años sin antes explorar nuevas vías de intervención preventiva.

Por ejemplo, el Comisionado Nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb, creó un centro de atención para recibir denuncias y quejas de la ciudadanía a través del número de emergencia 088 y de cuentas de Twitter y Facebook que son atendidas por 200 asesores. La Comisión Nacional de Seguridad (CNS) informó que el “Centro de Atención del Comisionado” (CEAC) recibe a través del 088 y de las cuentas @CEAC_CNS y Facebook CEAC CNS los reportes ciudadanos las 24 horas del día los 365 días del año. Aseguran que allí mismo se pueden denunciar los casos de pornografía infantil que circulan en Twitter, Facebook y otras redes sociales. Sin embargo, hay un vacío grave: no cuentan con un equipo especializado para discernir entre los actos arriba mencionados. Además, la mayoría de los perfiles de Twitter de pornografía infantil incluyen fotos cuyo envío significa cometer el delito que se denuncia. Lo mismo sucede con miles de perfiles en redes sociales especialmente Facebook.

Se puede, en todo caso, enviar sólo el nombre a la cuenta de @CEAC_CNS, por ejemplo: “URGENTE: denuncio caso de pornografía infantil, sujeto comparte material explícito en @Yosisoypedofilo”. Ninguno de los 200 asesores que capturan la información son parte de la ciberpolicía especializada y de los casos muestra que yo misma he denunciado por esa vía, todos los perfiles siguen activos, incluidos los de Facebook en que un mexicano de Veracruz se fotografía violando bebés.

Sin duda a la autoridad sí le interesa detener la pornografía infantil. Es cierto que las y los pocos ciberpolicías que existen, tanto federales como del Distrito Federal y Veracruz, hacen su mejor intento; sin embargo, están totalmente rebasados por el fenómeno y atados de mano por la confusión en la tipificación de delitos, así como por el inmenso número de sextings de sexo consensual de menores que circula en Internet, que muchas personas denuncian también. Ni el DIF en todo el país, ni las procuradurías locales han recibido la capacitación para determinar cuando verdaderamente se está dando un delito, en general, según he documentado en casi todo el país, les mueve el pánico moral y la ignorancia, que surge a su vez de lo que hemos dicho: la falta de claridad conceptual.

El peligro que enfrentamos navegando en esta confusión, radica en convertir a las personas adultas en enemigas de las y los jóvenes, que mientras comienzan a practicar la sexualidad consensuada y gozosa, perciben injustamente el ejercicio de sus derechos sexuales como un delito y eso les puede llevar a un espacio de mayor opacidad y peligrosidad. En ese irresponsable laberinto quienes ganan territorio son los pedófilos y reales ciberpornógrafos, quienes circulan a la velocidad de los guepardos, mientras las autoridades, padres, madres y magisterio van detrás a paso de cangrejo. Por si fuera poco hay quienes insisten en el absurdo de censurar el uso de redes sociales e impulsar el espionaje de Estado. Pero esa no es la respuesta.

Hace falta reunir de forma proactiva los importantes esfuerzos aislados que llevan a cabo las organizaciones civiles, junto con aquellos de las ciberpolicías, así como de las empresas que manejan redes sociales. No sin antes revisar los códigos penales y resarcir los errores que se han cometido al “modernizarlos” plagados de galimatías, producto de la mezcla entre ignorancia, el miedo y la buena voluntad.


@lydiacachosi 1. Artículo 2(c) del Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas [UN Optional Protocol to the Convention on the Rights of the child] de 2002 relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía.

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX

Fuente: ApiaVirtual

martes, 24 de enero de 2012

El Papa bendice a Twitter.




La Red 'puede ayudar a vivir momentos de reflexión'


Benedicto XVI ha dado su bendición a Twitter. "En la esencialidad de los breves mensajes, con frecuencia no más largos que un versículo de la Biblia, se pueden expresar pensamientos profundos", ha asegurado el Pontífice en el mensaje, difundido este martes, con motivo de la celebración el próximo 20 de mayo de la 46º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
En el Vaticano, de hecho, ya hay algunos 'tuiteros'. Como por ejemplo el cardenal Gianfranco Ravasi, el 'ministro' de Cultura de la Santa Sede, que suele tuitear precisamente versículos de la Biblia o frases de contenido religioso.
"Internet en general y Twitter en particular son herramientas que a nosotros, hombres de la Iglesia, nos cuesta utilizar porque estamos habituados a expresarnos con subordinadas y no con un lenguaje directo y breve. Pero debemos aprovechar su potencial", aseguraba Ravasi hace unos meses en una entrevista con EL MUNDO.
El propio Sumo Pontífice se estrenó hace unos meses como 'tuitero'desde la cuenta oficial del Vaticano.
El Papa también opina que Internet se ha convertido en un espacio que ofrece a los usuarios la capacidad de reflexión. "La Red está convirtiéndose cada vez más en el lugar de las preguntas y las respuestas", afirma Ratzinger, destacando que ese "incesante flujo de preguntas" es lo que caracteriza "las inquietudes del ser humano". Benedicto XVI sentencia que "han de considerarse con interés los varios tipos de sitios, aplicaciones y redes sociales que pueden ayudar al hombre de hoy a vivir momentos de reflexión y de auténtica pregunta".
Pero el Pontifice también glosa el silencio, que califica como "parte integrante de la comunicación" y que recuerda es necesario como fase previa a la oración. Según el Papa es en el silencio donde "nos escuchamos y nos conocemos mejor a nosotros mismos", es en el silencio donde "nace el pensamiento".
Fuente: el mundo.es

domingo, 22 de enero de 2012

El verdadero sentido de las redes sociales está ahí fuera.


No es por no ir... Pero ir para nada, es tontería...


A pesar de ser una conocida afirmación que surgió como coletilla en un programa de humor, la esencia que subyace a la misma es perfectamente aplicable al mundo del social media.


Y es que, el impresionante incremento de usuarios en las diferentes redes sociales en los últimos meses, esconde al mismo tiempo un preocupante aumento del sinsentido en el valor de las mismas. El hecho de 'estar por estar', o de 'estar porque todo el mundo está', ha dado lugar a la creación de unpeligroso círculo vicioso, que puede terminar derivando en una irremediable banalización del valor de las redes sociales.


No olvidemos que la esencia fundamental sobre la que se sostiene el entramado de la comunicación 2.0, es el contenido -da igual del tipo que sea-, y que éste nace fundamentalmente de las aportaciones de los usuarios.


Por eso, resulta prioritario 'formar' a los nuevos usuarios, no tanto en los 'aspectos técnicos', sino en los 'estratégicos'. Saber conducir está bien, pero es mucho más importante saber dónde queremos ir. Y es ahí, donde se encuentra la clave fundamental para que las redes sociales adquieran valor para quienes las utilizan.


Da igual si hablamos de personas o de marcas. Lo fundamental está en tener muy claro el objetivo de nuestra presencia en las redes. Para algunos puede ser una simple forma de mantener un contacto con los amigos o la familia, para otros una forma de proyección profesional y, para las marcas, un vehículo para entablar una 'relación' con su público.


Cada uno es libre de determinar el uso que quiere darle a su página o perfil. Lo importante -lo fundamental- es que tengamos claro cuál es esa utilidad. Porque, si no es así, la presencia carecerá de sentido.


Y no es necesario complicarse mucho para encontrarlo. Simplemente miremos en nuestra propia realidad, busquemos aquellos aspectos en los que la comunicación puede ayudarnos a conseguir una mayor proyección personal o profesional, analicemos qué aspectos de nuestra vida resultan relevantes e interesantes para ser compartidos y, sobre todo, busquemos a aquellos con quienes nos gustaría poder compartirlos. Marquemos unos objetivos con los que nos sintamos cómodos y emprendamos el camino...


Seamos coherentes. El verdadero valor de las redes sociales no reside en el hecho de 'estar', sino en tener muy claro el para qué estamos...



Juan Boronat