miércoles, 26 de diciembre de 2012

Padres rehenes de hijos tiranos, un trastorno familiar que crece.



POR EMILIA VEXLER, ESPECIAL PARA CLARÍN.COM


Adultos que pierden el mando de su función paterna e hijos que toman el control de la familia. Ideas y reflexiones para prevenir y actuar en un problema cada vez más frecuente en los divanes de los argentinos.
Si bien la RAE aún no publicó una definición al respecto, un hijo "tirano" sería aquel que desde muy temprana edad exige, de manera desagradable, lo que quiere e intenta avergonzar a sus padres frente a los demás para que ocupen el lugar que descuidaron, el de la paternidad misma. Clarín.com  entrevistó a reconocidos psicólogos especializados en grupos familiares para entender un fenómeno vincular que cada vez lleva a más familias a la consulta terapéutica. 
"Es NO porque yo lo digo"
Con esa sentencia, el psicólogo especialista en familias, Alejandro Schujman, titula el libro que dedicó al tema de la tiranía. "Esa frase, que antes era adjudicada a los padres cuando los niños cuestionaban una orden, hoy es dicha por los hijos", explica  y agrega: "El vínculo entre padres e hijos es y debe ser un vínculo asimétrico. Los padres no pueden ser amigos de sus hijos. Cuando la asimetría se va borrando, también desaparecen los límites y esto a veces lleva a padres muy débiles frente a hijos con personalidades muy fuertes".
Schujman, quien se dedica a la orientación de padres, explica la importancia de poner límites con una analogía muy eficaz: "Si nosotros, adultos, fuésemos a un médico que duda, que no sabe qué hacer, nos sentiríamos muy inseguros y saldríamos del consultorio pensando en no volver nunca más. Lo mismo sienten los chicos cuando ven a los padres débiles, se sienten desamparados". Así cuenta que, desde pequeños, los hijos necesitan ver firmeza en sus padres, que les marquen directivas, que los preparen para después manejarse solos. "Si la figura de los padres tiene una pata renga, los hijos no encontrarán mejor alternativa que ponerse al mando”, dice el psicólogo.
Donde manda marinero…
El problema de los "hijos tiranos" dista de ser nuevo. Es conocida la anécdota atribuida a Pericles, quien decía: "Mi hijo es la persona más importante en Atenas, porque yo mando en Atenas, mi mujer me manda a mí y mi hijo manda a mi mujer". Pero los especialistas consultados por Clarín.com afirman que este trastorno cada vez es más frecuente en Argentina.
El doctor Roberto Losso, director del Departamento de Familia de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), observa que en  gran parte esto se vincula con los cambios que en las últimas décadas se produjeron en las organizaciones familiares: debilitamiento de la  autoridad de los padres, en particular la del padre, lo que ha sido llamado  destronamiento o defenestración.  “El padre autocrático, narcisista y arbitrario ha sido sustituido en muchos casos por un padre ‘débil’ o por uno que borra la  diferencia generacional y funciona como ‘amigo’ de los hijos a partir de una confusión entre autoridad paterna y autoritarismo”, dice Losso.
Cuando  esta idea está presente en ambos padres, se puede llegar a una situación de “parentalización” de los hijos, a una inversión de la diferencia generacional. La familia entonces pasa a comportarse como un grupo “fraterno”, sin jerarquías ni autoridad, en que hay un aumento del individualismo donde no rigen las leyes de la diferencia sexual y generacional y entonces se produce un fenómeno paradójico: son los hijos "los que mandan”.
Losso asegura que en estos casos la terapia familiar es indispensable: “Se crea un ambiente de confianza donde se pueden afrontar y aclarar malentendidos, donde todos pueden comprender que sufren y quedan dañados. Claro que esto no es fácil. Muchas veces el resentimiento es muy grande y es difícil lograr una comprensión recíproca. De todos modos, es el camino”.
Por su parte, la psiquiatra Beatriz Bakalarz, del comité de Salud Mental y Familia de la Sociedad Argentina de Pediatría  (SAP), comenta  queesta situación deja a los hijos huérfanos de padres. “No tienen quien los cuide realmente,  quien  los proteja de la consecuencia de sus actos y los ayude a manejar sus emociones”, dice.
En el complejo mundo de las relaciones familiares, Losso, Bakalarz y Schujman coinciden en que todo padre que atraviese épocas de deriva, con la ayuda de especialistas, tiene la posibilidad de retomar el timón y orientarlo hacia rumbos que permitan que, en familia, las aguas se calmen.

Fuente: clarin.com

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