sábado, 8 de diciembre de 2012

Ante el día Internacional de los Derechos Humanos.


por Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares

El próximo día 10 se conmemora el aniversario del día Internacional de los Derechos Humanos. Éste fue el escrito que envié al blog de la APDHA y que fue publicado.
Saludos cordiales: Juan

A nivel mundial, los derechos humanos están sufriendo un retroceso impresionante sobre todo como consecuencia de esta crisis que impone el capitalismo y que perjudica siempre a los más pobres.

Son especialmente ignorados los derechos de algunos pueblos como Palestina, un pueblo masacrado en sus justos derechos por el gobierno de Israel, Sáhara, donde los saharauis viven en condiciones infrahumanas en medio del desierto, los países del África subsahariana acosados por el hambre, obligados a una emigración cruel e inhumana donde miles y miles de ellos pierden la vida al intentar cruzar el Estrecho. Pero también en Grecia, Portugal…
En nuestro país, la crisis ha hecho retroceder 40 años, derechos fundamentales conquistados en décadas anteriores: derecho a la salud pública, a una educación pública y de calidad, derechos laborales conculcados, con unos despidos libres, empresas que tardan hasta 9 meses sin pagar a sus trabajadores…el derecho a la vivienda con el problema de los desahucios y los sin techo que aumentan en nuestras calles y plazas, el derecho de ancianos y dependientes que ven cómo se paralizan las inversiones que les garanticen una atención digna, el derecho al trabajo, con unos porcentajes de paro intolerables (cerca de 6 millones de parados), los derechos de los jóvenes pisoteados, sin futuro, sin trabajo…
Desde las Comunidades Cristianas Populares, colectivo al que pertenezco, apoyamos la lucha decidida por estos derechos que están siendo conculcados en España y en otros países.
Jesús optó por la dignidad de todas las personas, pero sobre todo de quienes eran los últimos de la sociedad: los excluidos, los marginados… Hoy es necesario seguir apostando por ellos. Una Teología de la Liberación se hace absolutamente imprescindible.

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