Barack Obama ha anunciado esta tarde que todas las tropas norteamericanas en Irak volverán a casa antes de que acabe este año. Son unos 39.000 soldados. Quedarán unos 150 soldados para la protección de la embajada. Las negociaciones entre Washington y Bagdad fracasaron porque los iraquíes no aceptaron conceder inmunidad a los militares extranjeros que permanecieran en el país con la misión de entrenar al Ejército de Irak. Esa era una condición indispensable para el Pentágono.
Es posible que el primer ministro Maliki tuviera otras ideas al respecto, pero no podía imponerlas en un Gobierno de coalición en el que había partidos sin intención de hacer más concesiones. El Gabinete tiene problemas para pactar medidas mucho menos complicadas que la presencia militar extranjera.
Es un final previsible desde el momento en que el acuerdo que firmaron en su momento Bush y Maliki dejaba en manos de los iraquíes la decisión final.
Los neoconservadores, siempre remisos a aceptar la realidad, se quedan con su idea de que Obama ha abandonado a Irak. Nunca entendieron que no podían modelar a Irak a su imagen y semejanza.
Pero eso no quiere decir que nunca más vaya a ver soldados norteamericanos en Irak. No hay que descartar que en los próximos meses ambos países pacten un programa de entrenamiento. En cualquier caso, será una fuerza menor que no se contará en decenas de miles de tropas. La retirada de diciembre supondrá eliminar la infraestructura que lo hubiera hecho posible.
¿Cómo quedará Irak tras la retirada norteamericana? Muchos de los problemas que han martirizado al país en los últimos ocho años, algunos obviamente en menor medida, continúan. No hay acuerdo entre árabes y kurdos sobre la ciudad de Kirkuk. La lucha contra la corrupción es un fracaso. La frontera con Turquía sigue siendo sumamenteinestable. La violencia no ha desaparecido, aunque no parece que pueda volver a alcanzar los niveles de la guerra civil de 2006 y 2007. El alto precio del petróleo es una bendición para las arcas públicas. Sin embargo, el país aún no ha conseguido superar la producción de petróleo anterior a la guerra.
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Las que se quedan son las empresas de seguridad extranjeras. Estos ugandeses cobran 450 dólares al mes, nada que ver con lo que ganaban años atrás los mercenarios occidentales. No es mucho, pero es más de lo que ganarían en su país.
Los mercenarios nunca se irán de Irak. Se ha creado un mercado que se alimentará a sí mismo durante décadas.
Fuente: GUERRA ETERNA
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