Servindi, 9 de febrero, 2012.- En los últimos años se ha producido una expansión territorial dramática de las industrias extractivas las cuales disputan con las comunidades locales los recursos tan escasos como el agua y la tierra, señaló Julia Cuadros de la organización Cooperacción.
En el Foro Hídrico realizado ayer en el marco de la marcha nacional por el agua y la vida, la experta señaló además que en los últimos años los conflictos sociales en el Perú han tenido una tendencia al aumento.
“En el 2005 había 14 conflictos calificados como socioambientales, y a fines del 2010 los conflictos sociambientales eran 217”, refirió.
Entre las causas fundamentales que originan dichos conflictos, Julia Cuadros mencionó tres: la primera es la ya mencionada expansión territorial de las industrias extractivas.
La segunda causa se debe a que la política de concesiones “no toma en cuenta desde ningún punto la aspiración de desarrollo que tienen las poblaciones”, manifestó la experta.
Un tercer aspecto que ocasiona los conflictos es que hay una “violación sistemática de derechos y un impedimento para que la población ejerza su ciudadanía”.
Según Cuadros en la actualidad el país está apostando por un modelo que no apoya la diversificación económica y que “busca dinero fácil”.
Se apuesta por un modelo que agota los recursos naturales que no son renovables y no se está pensando en el largo plazo, sino en periodos cortos de cada gobierno, señaló.
Razones justas
Cerca del 30% de los conflictos sociales son por agua y minería, es decir, conflictos de comunidades que se oponen a empresas mineras que utilizan ingentes cantidades de agua.
“Los conflictos no se dan porque uno o cuatro agitadores están levantando a la gente para que haya el conflicto, la gente vive el impacto de esa situación cotidianamente y por eso es que protesta”, señaló.
“Pero ahora no sólo protestan sino que están levantando propuestas muy claras respecto a qué hacer y qué cosas cambiar”.
Políticas de reparación
“En el Perú no hay una política de reparación de los daños ambientales ni tampoco de la contaminación”, señaló Magdiel Carrión, presidente de Conacami.
“Si vemos el caso de Choropampa en Cajamarca, el caso de Caudalosa en Huancavelica que hasta la fecha no ha sido ni reparado ni tampoco se han investigado a profundidad a los responsables”, refirió.
Además recordó que en el Foro de los Pueblos realizado en Arequipa el año pasado se lanzó la propuesta de una Comisión de la Verdad sobre Minería para esclarecer los caso de contaminación minera que han quedado impunes hasta el momento.
Alberto Pizango, presidente de Aidesep expresó la solidaridad de su organización y de los pueblos amazónicos con la lucha del pueblo cajamarquino por el agua y la vida.
“En la amazonía hemos sufrido también la agresión minera, el pueblo awajún de la cordillera del Cóndor del Cenepa hemos enfrentado la insolencia de una empresa que cree que el oro vale más que la vida”, expresó el líder amazónico.
“Los awajún del Cenepa junto a Aidesep exigen al gobierno actual que se prioricen políticas y asistencia técnica para la producción del cacao, café orgánico, la harina de plátano, la crianza de peces, y la bioindustria de todos los productos nutricionales que beneficien a la población”, expresó.
Por otro lado, manifestó que su organización está de acuerdo con la solicitud de la Marcha por el Agua para que se prohíban la minería en cabeceras de cuenca, la minería a tajo abierto y el uso de mercurio y cianuro para esta actividad.
“Tampoco es correcto decirle a un pueblo que debe resignarse a esa industria extractiva sólo porque no será en cabeceras de cuenca”, es decir, que este tipo de actividad debe contar con el consentimiento de los pueblos que se verán afectados.
Leonardo Reyes, presidente de la Federación de Comunidades Campesinas de Lambayeque, consideró que el derecho al agua es un derecho por la vida.
“Somos todos los que tenemos que hacer un frente y decir ‘no’ a la destrucción del agua en las cabeceras de cuenca”.
En Lambayeque, el proyecto de irrigación Olmos “que se dijo para la pequeña agricultura y la mediana agricultura, sin embargo, hoy solamente hay dos o tres empresas transnacionales, quienes están haciéndose dueños de estas grandes extensiones de tierras”, manifestó.
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Fuente: Servindi
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