viernes, 7 de junio de 2013

Despedida a Andrea Gallo, un sacerdote de abajo.


¿Cómo es que este italiano, sacerdote del disenso, es tan amado por las personas de a pie y tan poquito por la cúpula eclesiástica y los poderosos de ayer y siempre?

Gianluca Carmosino/ Comune Info 


Sábado 25 de mayo. Génova se detuvo bajo la lluvia para darle un último abrazo a Don Andrea Gallo, sacerdote de la calle. Seis mil personas participaron en el funeral del cura católico, fallecido el 22 de mayo de 2013 a la edad de 85 años, en la comunidad de San Benedetto, en Génova.

Dentro y fuera de la iglesia del Carmen se hicieron presentes prostitutas, migrantes, personas que tuvieron o tienen problemas con las drogas o el alcohol; transexuales, obreros, ciudadanos del movimiento No Tav; jóvenes, ancianos, estudiantes y miembros de la Asociación Nacional de Partisanos Italianos (ANPI); miembros de centros sociales y, sobre todo, personas comunes y por lo tanto, rebeldes.

¿Cómo es que este sacerdote del disenso es tan amado por las personas de a pie y tan poquito por la cúpula eclesiástica y los poderosos de ayer y siempre? Porque Don Gallo, a lo largo de su vida, supo entrelazar el mensaje de la liberación y la sobriedad del Evangelio, con el de la Constitución antifascista italiana. “Yo estoy con los pobres”, repitió siempre este sacerdote de abajo. En cierto sentido, su experiencia forma parte de la experiencia de lucha y resistencia de los años sesenta y setenta, esa que surgió paralelamente a la Teología de la Liberación nacida en América Latina, así como en Italia y Francia. Su opción preferencial por los pobres lo colocó siempre al lado de los “últimos”, de los más débiles, y al margen de la sociedad de consumo.

Para entender quién fue de verdad Andrea Gallo, basta con recordar tres momentos claves de su vida, que coinciden con igual número de momentos clave en la historia delos de abajo en todo el mundo. 

1944. La Segunda Guerra Mundial muestra su rostro más cruel: miles de personas son víctima de la ferocidad del nazi-fascismo. En Italia, la resistencia recluta a personas de todas las edades, sin dinero ni experiencia de lucha. Entre ellos está el joven Andrea Gallo, que se convierte en mensajero de la Brigada Paolo Cozzo luego de desertar del fascista Ejército de la República de Saló. Se hace llamar Nan, que en dialecto genovés significa “narizón”. 

1965 a 1968. Mientras el Concilio Vaticano II llega a su fin, llevando un mensaje de fuerte ruptura eclesiástica y social, Don Andrea recibe su primer encargo como sacerdote de la iglesia del Carmen, en Génova. En 1965 funda un grupo de scouts para los hijos de los obreros de Génova. Mientras tanto, los estudiantes universitarios comienzan a frecuentar su parroquia. Con el tiempo, el sacerdote cobra notoriedad por sus numerosas prédicas sobre temas sociales, sus frecuentes encuentros de carácter político y su férrea oposición a la Guerra de Vietnam.

En 1970, el arzobispo conservador Giuseppe Siri lo retira de la iglesia del Carmen por sus sermones “no religiosos, sino políticos; no cristianos, sino comunistas”. El primero de julio de ese mismo año estalla una revuelta popular en defensa de Don Gallo y, al igual que el pasado 25 de mayo de 2013, la ciudad se detiene para abrazarlo. Algunos años después Don Andrea, junto con otras personas, levanta la Comunidad de San Benedetto en el puerto, que “acoge a todos aquellos que se encuentran en situación de calle, particularmente a toxicodependientes, alcohólicos y personas con problemas mentales”. 


2001. Algunas semanas antes de la reunión del G8 que se celebró en la ciudad de Génova, Don Gallo entabla amistad con el músico Manu Chao. Juntos crean el Bar Clandestino para los migrantes, “con o sin papeles”, que participaban en las protestas anti-G8, en julio de ese año.


Sin ser un intelectual de profesión, Don Andrea Gallo escribió numerosos artículos en revistas y periódicos (como Il Manifesto y Carta), así como diversos libros cuyas regalías han servido para financiar las actividades de la comunidad. Entre sus publicaciones cabe destacar el epílogo a Anarquía y cristianismo, del teólogo y filósofo francés Jacques Ellul.

Una cosa es cierta: este “cura de la banqueta” y su capacidad de construir relaciones sociales diferentes a aquellas impuestas por el capitalismo marcó (y seguramente lo seguirá haciendo) a los movimientos sociales y a las personas comunes de este país.


Ligas

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Don Gallo canta Bella ciao 

La última intrevista de Don Gallo a RaiNews24
 


Fuente: Chacatorex

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