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lunes, 4 de marzo de 2019

¿Qué tanto sabes de la Desigualdad en el Perú?


Aproximadamente 400 mil peruanos y peruanas cayeron en situación de pobreza en 2017. El ingreso laboral promedio de una mujer es un tercio menos que el de un hombre, y esa brecha se ha incrementado entre 2016 y 2018. La lucha contra la desigualdad en el Perú se ha estancado en los dos últimos años, y en muchos rubros críticos, ha retrocedido.

Oxfam, 3 de febrero, 2019.- ¿Quiénes pagan más impuestos en el país? ¿Cuánto ha mejorado el salario y la calidad del empleo para hombres y mujeres? ¿Cuántos recursos destina el Estado a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos?

Estas son algunas de las preguntas que podrás responder en #HaciaArribaLaIgualdad, la nueva web que se lanzó el 27 de febrero, en un evento público de la plataforma de activismo y comunicación Actúa.pe.


#HaciaArribaLaIgualdad presenta de manera innovadora las cifras más impactantes del índice de avance contra la desigualdad 2017- 2018, elaborado por Oxfam en Perú.

Asimismo, permite, a través de un quiz lúdico, probar conocimientos sobre las desigualdades en el país. Luego, llega a enseñar sobre problemáticas complejas gracias a una didáctica visualización de datos.

Esta #HaciaArribaLaIgualdad busca ser una nueva herramienta digital para democratizar el conocimiento, sirviendo tanto para activistas, estudiantes y docentes como para un público no especializado.

La plataforma ayuda a entender si la desigualdad avanza o retrocede basándose en cinco ejes: justicia tributaria, inversión en las personas, empleo digno, derechos económicos de las mujeres y gobernanza ambiental y de los recursos naturales.

De esta manera, con unos clics, se observará cuánto hizo el Estado para revertir esta situación y dará pistas para exigir acciones e inversiones que acerquen a todos los peruanos para vivir en una sociedad más justa.

#HaciaArribaLaIgualdad es una iniciativa de la plataforma de activismo y comunicación Actúa.pe y Oxfam en Perú.

Fuente: servindi.org

martes, 2 de octubre de 2018

Brecha salarial: los hombres, 1 euro; las mujeres, 0,84.


(Redacción La marea)

Las mujeres deberían trabajar 59 días más de media al año para obtener el mismo salario que los hombres, según un informe de Oxfam Intermón.

Un dato: por cada euro que ganan los hombres en la Unión Europea, las mujeres reciben 0,84. Es decir, las mujeres deberían trabajar 59 días más de media al año para obtener el mismo salario que los hombres. Otro dato: en España, las mujeres deberían trabajar casi 52 días más al año de media para obtener el mismo salario que los hombres y casi el 70% de personas trabajadoras a tiempo parcial no deseado son mujeres. Y un dato más: en Europa, cerca del 50% de las mujeres que trabajan a tiempo parcial lo hacen para atender tareas de cuidados mientras que en el caso de los hombres solo el 13% lo hacen por estos motivos.

Son algunos puntos recogidos en el informe Voces contra la precariedad: mujeres y pobreza laboral en Europa, presentado este jueves por Oxfam Intermón. Según el documento, la discriminación y las dañinas normas sociales de género continúan infravalorando las habilidades y contribución de las mujeres, y limitan sus decisiones a la hora de elegir una profesión. “El perfil que se dibuja de estas mujeres precarizadas en Europa y en España está muy claro: mujeres migrantes, jóvenes y familias monomarentales son las que afrontan el riesgo más alto de precariedad y pobreza laboral”, sostiene el director de Oxfam Intermón, Chema Vera.

En 2014, el 20% de las mujeres obtuvo baja remuneración, en comparación con el 10% de los hombres. Respecto a las remuneraciones más elevadas, las mujeres representaron solo el 20% de entre el 10% de población trabajadora con mayores ingresos. De 609 consejeros delegados existentes en Europa dentro de las grandes empresas, solo 36 son mujeres. Según la organización, la “pobreza laboral” de las mujeres “queda en parte invisibilizada” estadísticamente “porque los datos de pobreza laboral se calculan por hogares y no reflejan la discriminación de género dentro del hogar”.

sábado, 24 de febrero de 2018

Decenas de miles de jubilados se manifiestan en toda España para reclamar pensiones más dignas.


La más multitudinaria se ha producido a las puertas del Congreso de los Diputados, donde han contado con el apoyo de diputados del PSOE, Podemos y representantes sindicales.

Decenas de pensionistas se han concentrado este jueves en más de 30 ciudades españolas, como Madrid, Barcelona, A Coruña, Sevilla o Murcia para reclamar "pensiones dignas". Las concentraciones tenían el objetivo de visibilizar el descontento de los jubilados por la subida de la prestación al 0,25%.

Los afectados reclaman que los incrementos de las pensiones cubran el incremento de los precios y que los Presupuestos Generales del Estado incluyan partidas para asegurar la financiación de la Seguridad Social.

En Madrid, los pensionistas han ocupado al mediodía la Plaza de las Cortes frente al Congreso de los Diputados, cortando el tráfico en la Carrera de San Jerónimo, casi rodeando la sede parlamentaria y han conseguido romper el cordón policialen varios puntos para llegar hasta las mismas puertas de la Cámara Baja.

Los jubilados revientan el cerco policial en la Carrera de San Jerónimo. Ahora se concentran al pie de las escaleras del Congreso. "Menos Ladrones y más pensiones", gritan pic.twitter.com/EVTTyZUget







Los pensionistas han sido acompañados por varios diputados de Podemos y el PSOE. Una delegación de las entidades organizadoras de la concentración, entre los que se encuentran los sindicatos CC.OO. y UGT, ha registrado en el Congreso un escrito en el que demandan "romper el bloqueo político de PP y Ciudadanos" para cambiar la actual legislación de pensiones. 
Todas las regiones se suman a la protesta


Manifestación del Movimiento Gallego por la Defensa de las Pensiones Públicas, que convocó hoy una movilización en A Coruña para pedir al Gobierno que garantice la actualización de las pagas según el coste de la vida e incrementar las mínimas.EFE/Cabalar

Las mareas de jubilados se han extendidos por otras ciudades españolas como A Coruña, Sevilla, Barcelona o Zaragoza, que han vivido concentraciones multitudinarias en las que también se ha exigiendo la dimisión del presidente del Gobierno. 

En Barcelona, alrededor de 400 manifestantes, según datos de la Guardia Urbana, han entrado en la Plaza de Catalunya al grito de "Rajoy dimisión" y otras ciudades catalanas como Girona, Lleida, Figueres (Girona), Mataró (Barcelona), Reus (Tarragona), Sabadell (Barcelona), Terrassa (Barcelona) y Tortosa (Tarragona) también han protagonizado concentraciones en las calles de sus respectivas ciudades.



Miles de jubilados y pensionistas, convocados por la plataforma de asociaciones de jubilados, viudas y pensionistas de Bizkaia, se han manifestado hoy por las calles de Bilbao. EFE/MIGUEL TOÑA


En diversas ciudades de País Vasco, entre ellas las tres capitales , las asociaciones de pensionistas han reunido, según fuentes municipales, a cerca de 35.000 personas. Los pensionistas han llenado las calles del centro de Bilbaoincluso antes de la marcha portando pancartas y coreando lemas con mensajes como 'Basta de robar a los pensionistas', 'Unidos en defensa de las pensiones', 'Esta lucha la vamos a ganar', 'Las pensiones son un derecho' o 'Menos ladrones y más pensiones'.


En Sevilla los pensionistas se han concentrado en torno una Plaza Nueva abarrotada de gente, según mostraban algunos tuiteros. 






Plaza Nueva de Sevilla, hoy. Concentración por las pensiones públicas. Andalucía despierta. Ya es hora.


En Murcia, alrededor de mil personas se manifestaron frente a la sede del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Varios jubilados han quemado en una hoguera improvisada las cartas de Empleo en las que les fue notificada la subida del 0,25%. El responsable de UGT de la región ha criticado que el Gobierno se gaste "tres euros en mandar una carta que hay que confeccionar, ensobrar, ponerle un sello y luego distribuirla a la casa de cada uno", cuando la subida de las pensiones es de sólo dos euros.


Las asociaciones de pensionistas de Asturias y Gijón (APA y APG) han sido las convocantes de la marcha en Oviedo, en la que se han reunido más de 4.500 pensionistas asturianos indignados con los recortes en la prestación.


Otros 500 pensionistas se han reunido en torno a la Plaza de España de Mérida convocados por la Plataforma de Jubilados y Pensionistas de Mérida y comarca, cuyo representante ha recalcado que el sistema de pensiones es algo que les "preocupa mucho" tanto para ellos como "para la gente que viene por detrás", es decir, quienes quedan por jubilarse y los jóvenes. "Cargarse el sistema de pensiones es cargarse su futuro (de los jóvenes) cuando sean mayores", ha apuntado.


Las cifras de la delegación del Gobierno en Canarias indican que en la manifestación en santa Cruz de Tenerife se concentraron unas 600 personas y unas 1.800, lo hicieron en Las Palmas de Gran Canaria.

Fuente: publico.es

sábado, 17 de febrero de 2018

Premiar el trabajo, no la riqueza.

Imagen de la portada del libro
Informe mundial indica que el 82 % de la riqueza generada el 2017 fue a parar a manos del 1 %; mientras que la riqueza del 50 % más pobre no aumentó lo más mínimo.
"Premiar el trabajo, no la riqueza" es el titulo de una nueva publicación de Oxfam dedicada a las personas de todo el mundo que luchan contra la desigualdad y las injusticias, incluso a costa de ponerse en peligro a sí mismas.
El 2017 el número de personas cuyas fortunas superan los mil millones alcanzó su máximo histórico, con un nuevo millonario cada dos días.
El incremento podría haber terminado con la pobreza extrema en el mundo hasta siete veces.
El 82 por ciento de la riqueza generada durante el último año fue a parar a manos del 1 por ciento más rico; mientras que la riqueza del 50 por ciento más pobre no aumentó lo más mínimo.
La riqueza extrema de unos pocos se erige sobre el trabajo peligroso y mal remunerado de una mayoría.
Mientras las mujeres ocupan mayoritariamente los empleos más precarios, prácticamente todos los súper ricos son varones.
Los Gobiernos deben favorecer la creación de una sociedad más igualitaria a base de dar prioridad a los trabajadores y a los pequeños productores agrarios en vez de a los más ricos y poderosos, indica el informe de Oxfam.
Acceda al informe completo haciendo clic en el siguiente enlace.
"Premiar el rabajo, no la riqueza" (versión PDF, español, 92 páginas)
A continuación el resúmen de la publicación

Resumen

En 2016, el grupo Inditex, al que pertenece la cadena de tiendas de moda Zara, repartió dividendos por valor de cerca de 1 300 millones de euros al cuarto hombre más rico del mundo, Amancio Ortega.(1) Stefan Persson, hijo del fundador de H&M(2) y que ocupa el puesto 43 en la lista Forbes de las personas más ricas del mundo, recibió 658 millones de euros en concepto de dividendos el año pasado.(3) 
Anju vive en Bangladesh y trabaja confeccionando ropa para la exportación. Suele trabajar 12 horas al día hasta muy tarde. A menudo tiene que saltarse comidas porque no ha conseguido suficiente dinero. Gana poco más de 900 dólares al año. (4) 
El año pasado, el número de personas cuyas fortunas superan los mil millones alcanzó su máximo histórico, con un nuevo milmillonario cada dos días. En este momento hay 2 043 milmillonarios (en dólares) en todo el mundo, de los que nueve de cada diez son hombres.(5) La riqueza de estos milmillonarios también experimentó un enorme crecimiento, lo suficiente como para poder terminar con la extrema pobreza en el mundo hasta siete veces. El 82% del crecimiento de la riqueza mundial durante el último año fue a parar a manos del 1% más rico, mientras que la del 50% más pobre de la población mundial no aumentó lo más mínimo.(6) 
“Cuando me quedé embarazada me dejaron trabajar en el almacén. Estaba lleno de cajas de zapatos, y mi trabajo consistía en ponerles un sello. Aquellos zapatos le hubieran venido muy bien a mi hijo, eran muy bonitos. Me gustaría que mi hijo tuviera unos zapatos como aquellos, pero no puede ser. Creo que le gustarían y lo siento por él. Los zapatos son preciosos. Usted sabe que un par de zapatos de los que hacemos aquí valen más que todo mi sueldo de un mes.”
 
- Lan, trabajadora textil
 
Para poner fin a la actual crisis de desigualdad, es necesario que todos los trabajadores y trabajadoras del mundo disfruten de salarios y trabajos dignos. En todo el mundo, la economía del 1% más rico se construye a expensas de trabajos mal pagados, a menudo ocupados por mujeres, que reciben salarios miserables sin que se respeten sus derechos fundamentales. Esta economía se erige a costa de trabajadoras como Fatima en Bangladesh, que trabaja en la confección de ropa para la exportación, donde sufre maltratos si no logra alcanzar los objetivos y con frecuencia se enferma por no poder ir al servicio.(7) Se apoya también sobre las espaldas de trabajadoras en las fábricas de carne de pollo en Estados Unidos como Dolores, que padece una discapacidad permanente que le impide coger a sus hijos de la mano.(8) Se construye sobre las espaldas de las inmigrantes que limpian hoteles como el Myint en Tailandia,(9) expuestas a abusos sexuales por parte de los clientes y que a menudo tienen que aguantarlos si no quieren perder su empleo.
Este informe analiza el aumento de la riqueza extrema, y su relación con las personas que, aun trabajando, viven en la pobreza. Analiza las causas de esta situación, y aporta recomendaciones sobre cómo se puede resolver.

Notas:

(1) Cinco Días (2 de noviembre de 2017). Amancio Ortega ingresa 628 millones más por dividendo de Inditex. Disponible en: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2017/11/01/companias/1509550519_653608.html
(2) H&M ha sido de manera constante una de las empresas textiles más progresistas a la hora de abordar el problema de los salarios de pobreza en su cadena de suministro. La empresa cuenta con una hoja de ruta líder en el sector para garantizar un salario digno, publicada en noviembre de 2013. Fue una de las firmantes de la nueva iniciativa ACT en 2015 con la federación sindical global IndustriALL Global Union, con el objetivo de abordar el poder de negociación colectiva del sector en países con salarios bajos en la industria textil, iniciativa que empezó en Camboya.
(3) Cálculo realizado utilizando el S&P Capital IQ y el Financial Times Markets Data.
(4) Durante una entrevista con Oxfam Australia, Anju explicó que gana entre 6 000 y 7 000 takas de media al mes, y que cada día trabaja en promedio tres horas extra. En dólares, sus ingresos medios mensuales son de 78 dólares (1 BDT = 0,012 USD) y en promedio trabaja 286,44 horas al mes (incluidas las horas extra). Esto quiere decir que su salario medio anual es de 78 dólares x 12 = 936 dólares.
(5) Forbes (2017), The World´s Billionaires. 2017 Ranking, https://www.forbes.com/billionaires/list/ Consultado el 7 de septiembre 2017.
(6) Para más información sobre los datos producidos por Oxfam, puede consultar la Nota Metodológica: https://policy-practice.oxfam.org.uk/publications/reward-work-not-wealth-toend-the-inequality-crisis-we-must-build-an-economy-fo-620396
(7) S.N. Emran y J. Kyriacou (2017), What She Makes, power and Prosperity in the Fashion industry, Consultado el 1 de noviembre 2017, en: http://whatshemakes.oxfam.org.au/wpcontent/uploads/2017/10/Living-Wage-Media-Report_WEB.pdf
(8) Oxfam America (2015), Lives on the line: The human cost of cheap chicken, https://www.oxfamamerica.org/livesontheline/#
(9) Oxfam Canada (2017), Tourism's Dirty Secret: The Exploitation of Hotel Housekeepers, Consultado el 15 de octubre 2017, en: https://www.oxfam.ca/sites/default/files/file_attachments/tourisms_dirty_secret_- _oxfam_canada_report_-_oct_17_2017.pdf 

Fuente: Servindi

jueves, 8 de febrero de 2018

La súper concentración de riqueza, “imparable”

La policía suiza reforzó los trabajos de vigilancia en los alrededores del centro de conferencias de Davos, a un día de que comience el Foro Económico MundialFoto Ap

Periódico La Jornada
Afp, Dpa y de la Redacción

Davos

La desigualdad en el ingreso siguió en aumento el año pasado. Sólo ocho empresarios, todos varones, poseen una riqueza que equivale al ingreso de 3 mil 600 millones de personas, la mitad más pobre de la humanidad, reveló la organización humanitaria Oxfam, en un reporte publicado a propósito de la realización, esta semana, del Foro Económico Mundial, que reúne en esta ciudad a la élite de la política y los negocios del mundo.

La súper concentración de riqueza sigue imparable. El crecimiento económico sólo beneficia a los que más tienen, denunció.

Las cifras mostradas en el reporte revelan que el uno por ciento más rico de la población posee más que el restante 99 por ciento. Esa minoría registró además 82 por ciento del crecimiento patrimonial global el año pasado. La lista de multimillonarios aumentó más que nunca entre 2016 y 2017.

La desigualdad social es una traba para la eliminación de la pobreza en el mundo, advirtió Jörn Kalinski, de Oxfam Alemania. Es veneno para nuestra sociedad, agregó. Oxfam alabó los avances en la lucha contra la pobreza extrema. Según datos del Banco Mundial, la cifra de personas que cuentan con menos de 1.9 dólares al día se redujo a la mitad entre 1990 y 2010, y bajó todavía más desde entonces. Aun así, la creciente desigualdad de ingresos impide que el número de personas que salen de la extrema pobreza sea más elevado. La ONG también criticó la reciente reforma fiscal de Estados Unidos.

A pesar de que los líderes mundiales se hayan comprometido con el objetivo de reducir la desigualdad, la brecha entre los más ricos y el resto de la población se amplía, señaló Oxfam. Investigaciones de la ONG revelan que, en los pasados 25 años, el uno por ciento más rico de la población ha percibido más ingresos que el 50 por ciento más pobre de la población en su conjunto.

“El boom de los multimillonarios no es signo de una economía próspera, sino un síntoma del fracaso del sistema económico”, afirmó la directora de Oxfam, Winnie Byanyima. Desde 2010, es decir, en plena crisis tras el estallido de la burbuja financiera en 2008, la riqueza de la élite económica aumentó como media de 13 por ciento por año, precisó.

El pico se alcanzó entre marzo de 2016 y marzo de 2017, periodo en el que se produjo el mayor aumento en la historia del número de personas cuya fortuna sobrepasa los mil millones de dólares, a un ritmo de nueve nuevos multimillonarios cada año.

Oxfam basa sus cálculos en datos del banco Credit Suisse y de la revista estadounidense Forbes.

Las mil 810 personas con una fortuna superior a mil millones de dólares estadounidenses que integran la lista Forbes de 2016 poseen en conjunto 6.5 billones (millones de millones) de dólares, la misma riqueza que 70 por ciento de la población más pobre de la humanidad.

Si los milmillonarios mantienen su nivel de rentabilidad, dentro de 25 años ya tendremos el primer billonario en el mundo, alguien con una fortuna de al menos 1 billón de dólares (aproximadamente, el equivalente al PIB de España).

En América Latina, la riqueza de los multimillonarios creció en 155 mil millones de dólares el año pasado. Dicha cantidad de riqueza sería suficiente para acabar casi dos veces con toda la pobreza monetaria por un año en la región, de acuerdo con Oxfam.

Para la organización, las mujeres obreras son las que se encuentran en lo más bajo de la pirámide. En todo el mundo, ellas ganan menos que los hombres y están sobrerrepresentadas en los empleos peor pagados y los más precarios.

En América Latina las mujeres laboran casi el doble de horas que los hombres en trabajos no remunerados.

Lunes 22 de enero de 2018

ATTAC España no se identifica necesariamente con los contenidos publicados, excepto cuando son firmados por la propia organización.

viernes, 26 de enero de 2018

Desigualdad global 2018.



En notas anteriores hemos presentado estadísticas acerca de la creciente desigualdad de riquezas e ingresos (por ejemplo aquí). Dijimos también que la concentración de la riqueza en manos de los capitalistas, o la polarización social creciente, es inherente a la acumulación del capital (la transformación de la plusvalía en capital, para generar más capital). Por un lado, porque una parte de la población permanece en la indigencia, en tanto se desarrollan las fuerzas productivas y la acumulación del capital. 

Pero por otra parte, incluso cuando la clase obrera mejora sus ingresos en términos absolutos, en términos relativos puede permanecer en la misma pobreza. Este fenómeno, que es pasado por alto por los economistas y sociólogos burgueses, fue enfatizado por Marx en varios pasajes de su obra. Por ejemplo, en El Capital explica que si la clase obrera sigue siendo “pobre”, pero menos pobre en la proporción en que produce el aumento de la riqueza, “ello significa que en términos relativos es tan pobre como antes”. Y agrega: “Si los extremos de la pobreza no se han reducido, han aumentado, ya que lo han hecho los extremos de la riqueza” (pp. 813-4, t. 1, edición Siglo XXI). Y para mostrar empíricamente este fenómeno, presentó estadísticas de cómo evolucionaban en la Inglaterra del siglo XIX las ganancias gravables, en comparación con el consumo de la clase obrera (cap. 23, t. 1). 


Pues bien, todo indica que en los últimos 30 años, acompañando a la globalización del capital, la tendencia al aumento de la polarización social operó en prácticamente todos los países. En este respecto, es ilustrativo el informe World Inequality Report 2018 (http://wir2018.wid.world/). El mismo se basa, en buena medida, en “The Elephant Curve of Global Inequality and Growth,” de Facundo Alvaredo, Lucas Chancel, Thomas Piketty, Emmanuel Saez, and Gabriel Zucman, 2017, WID.world Working Paper Series (No. 2017/20). En lo que sigue presento, de manera resumida, algunos de sus resultados. 


1980-2016, aumento de la desigualdad global 


El principal resultado del WIR 2018 es que desde 1980 la desigualdad global aumentó rápidamente en América del Norte y Asia, creció moderadamente en Europa y se estabilizó a un nivel extremadamente alto en Medio Oriente, África Subsahariana, Brasil y en alguna manera América Latina de conjunto. Así, en Europa el 10% más rico de la población incrementó su participación en el ingreso hasta llegar, en 2016, al 35-40%. En América del Norte, China, India y Rusia, el aumento fue más pronunciado: en todas estas regiones el 10% más rico alcanzó, también en 2016, al 45-50% del ingreso. Por otra parte, es cierto que la mitad más pobre de la población global ha visto aumentar significativamente su ingreso gracias al alto crecimiento de Asia. Este es un punto que resaltan los apologistas de la globalización del capital, en contraposición a la tesis marxista de la polarización social. Sin embargo, según el WIR 2018, desde 1980 el 0,1% de la población adulta mundial de mayores ingresos captó tanto de ese crecimiento como la mitad más baja de la población adulta mundial. A su vez, el crecimiento del ingreso ha sido muy débil o incluso nulo para los individuos que están entre el 50% más bajo y el 1% más rico. Esto incluye los grupos de ingresos más bajos y medios de América del Norte y Europa. Si se hace el cálculo tomando los tipos de cambio corrientes, el 10% más rico tiene el 60% del ingreso; cuando se hace el cálculo con tipos de cambio a paridad de poder de compra, la proporción es el 53% del ingreso. 


Entre 1980 y 2016 el 10% más rico de la población mundial se quedó con el 57% del crecimiento del ingreso; el 1% más rico con el 27%. En cambio el 50% más pobre con solo el 12% del incremento; y el 40% del medio con el 31%. Las desigualdades en la captura de la mejora del ingreso pueden verse con claridad en el siguiente cuadro. 


Porcentaje del crecimiento global del ingreso capturado por grupos de ingresos, 1980-2016 




En el siguiente cuadro puede verse la participación en el ingreso del 10% más rico, según países y regiones. 




El WIR 2018 observa que “los modelos estándar de comercio fracasan en explicar estas dinámicas, en particular el aumento de la desigualdad en la parte más alta y dentro de los países emergentes”. Sin embargo, y como planteamos en la introducción de esta nota (y en notas anteriores; por ejemplo, en crítica al libro de Piketty, aquí y siguientes), esta dinámica puede ser explicada por la teoría marxista de la acumulación, y la incidencia de la lucha de clases. Entre los factores a tener en cuenta, la caída de los regímenes del llamado “socialismo real” -el estancamiento económico de la URSS, China y otros regímenes burocrático stalinistas iba de la mano de una desigualdad económica menor a la existente en el capitalismo-; el retroceso de los sindicatos, en especial en los países centrales; la presión de las tecnologías que desplazan mano de obra; y la movilidad globalizada de las inversiones y el comercio, que le otorga al capital un poder de chantaje permanente sobre la clase obrera. 


Todo ello ayudaría entonces a explicar por qué y cómo se produjo, en los últimos 35 o 40 años, un retroceso global de la participación del trabajo. En una nota del New York Times (reproducida en La Nación, 28/12/2017), titulada “El trabajo alcanza, pero los sueldos no”, Peter Goodman y Jonathan Soble señalan que hay una tendencia al estancamiento de los salarios, a pesar de la baja del desempleo, y que se trata de “un nuevo orden económico en el que los trabajadores están a merced de los patrones”. Y agregan: “Los sindicatos han perdido influencia. Las empresas utilizan empleados temporales y de medio tiempo, además de introducir robots y otros sistemas de automatización que les permiten producir más sin tener que pagar más a los seres humanos. La globalización ha intensificado las presiones competitivas….”. 


En definitiva, estamos muy lejos del mundo que imaginaba Keynes, de reducción de las diferencias sociales y de la “eutanasia del rentista”. Aunque no se trata de un “nuevo orden económico”, sino de la esencia misma del modo de producción capitalista: la mundialización del capital y la exacerbación de las presiones competitivas; el cambio tecnológico que ahorra mano de obra; la sed incesante de plusvalía, son sistémicas. Fenómenos todos que encajan en las explicaciones que derivan de la teoría marxista del valor y la plusvalía. ¿Será por eso que los economistas y estudiosos sociales ad usum sostienen que la teoría de Marx está obsoleta? 



Profesor de economía en la Universidad de Buenos Aires, Argentina.

Fuente: 
https://rolandoastarita.blog/2018/01/15/desigualdad-global-2018/

martes, 23 de enero de 2018

Miles de personas siguen dejando la vida en el mar rumbo a Europa.

Foto: Refugiada somalí en el desierto de Túnez. Crédito: IPS

Por Tharanga Yakupitiyage

IPS, 21 de enero, 2018.- Sigue siendo sumamente preocupante el número de personas que pierden la vida intentando cruzar el mar Mediterráneo rumbo a Europa. Este año ya se ahogaron unas 160, y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) urge a los países a ampliar la cuota de refugiados y solicitantes de asilo que reciben.

El flujo de refugiados y otros migrantes disminuye, pero todavía hay muchas personas que se embarcan en travesías peligrosas rumbo a Europa.

“Abogamos por un enfoque integral para hacer frente a los movimientos de migrantes y refugiados que se embarcan en travesías peligrosas por el desierto del Sahara y el mar Mediterráneo”, subrayó el portavoz de Acnur, William Spindler.

El lunes 8, la guardia costera rescató a 60 sobrevivientes y recuperó ocho cuerpos. Pero se teme que unas 50 personas, entre ellas 15 mujeres y seis niños, se hayan ahogado. Y el miércoles 10, una balsa inflable con 100 personas se hundió frente a las costas de Libia, el país de donde salen más personas en busca de mayor seguridad.

Unos 227.000 refugiados necesitan reubicarse en 15 países prioritarios para el asilo y el tránsito en la ruta del Mediterráneo, según las últimas estimaciones.

Acnur solicitó 40.000 plazas para reasentar refugiados y solicitantes de asilo, pero hasta ahora solo se han concedido 13.000.

“La mayoría de ellas pertenecen a programas globales de reasentamiento y solo unos pocos representan plazas adicionales”, precisó Spindler.

Tras conocerse las noticias de migrantes subastados y vivir en condiciones espantosas en centros de detención, tanto Acnur como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ayudaron a evacuar de Libia a unas 100 personas y reubicarlas en Níger.

Sin embargo, la Unión Europea (UE) mantiene su política de asistir a la Guardia Costera libia para interceptar y devolver migrantes encontrados en el mar Mediterráneo.

“El sufrimiento de los migrantes detenidos en Libia es un escándalo en la conciencia de la humanidad. Lo que ya era una situación grave se volvió catastrófica”, denunció el alto comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al-Hussein. “La política de la UE es inhumana”, subrayó.

“No podemos ser testigos silenciosos de la esclavitud moderna, la violación y otro tipo de violencia sexual y de ejecuciones ilegales con el argumento de gestionar la migración y evitar que personas desesperadas y traumatizadas lleguen a las costas de Europa”, añadió.

Zeid Ra’ad al-Hussein también llamó a despenalizar la migración irregular para proteger los derechos humanos de las personas vulnerables.

Funcionarios de derechos humanos también criticaron el acuerdo entre la UE y Turquía para devolver a este país a las personas que ingresaron a Europa a través de las islas griegas. Muchos concluyeron que los solicitantes de asilo tampoco están mucho más seguros en territorio turco, pues Ankara tampoco concede el estatus de asilado o de refugiado a ciudadanos que no sean europeos.

Acnur pidió redoblar esfuerzos para fortalecer la capacidad de protección y los medios para ganarse la vida en los países que primero reciben solicitantes de asilo, para ofrecer alternativas más regulares y seguras a fin de dar seguridad a los refugiados mediante planes de reasentamiento o de reunificación familiar.

Además reclamó que se atiendan las causas de raíz de los actuales desplazamientos masivos de personas en situación de gran vulnerabilidad.

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Traducido por Verónica Firme
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IMPORTANTE: Esta nota ha sido reproducida previo acuerdo con la agencia de noticias IPS. En este sentido está prohibida su reproducción salvo acuerdo directo con la agencia IPS. Para este efecto dirigirse a: ventas@ipslatam.net

Fuente: servindi.org

jueves, 23 de marzo de 2017

Agua, un derecho del que aún se ven privados 663 millones de personas.



EUROPA PRESS 

El 28 de julio de 2010, la Asamblea General de la ONU reconoció de forma explícita el derecho humano al agua y al saneamiento y admitió que ambos son esenciales para el cumplimiento de todos los Derechos Humanos. Sin embargo, aún hay en el mundo 663 millones de personas sin acceso a agua potable mejorada.

Aunque en las últimas décadas se han hecho avances y se logró reducir por debajo de 700 millones esta cifra, lo cierto es que el reto fijado por los Objetivos de Desarrollo Sostenibles aprobados en 2015 de reducir a la mitad para 2030 la población sin acceso sostenible a agua potable y saneamiento básico aún no se ha alcanzado.

Desde 1993, la ONU celebra el 22 de marzo el Día Mundial del Agua. El lema de este año es "¿Por qué malgastar agua?". En su mensaje, el presidente de ONU Agua y director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, ha hecho un llamamiento a reducir el derroche de este bien tan preciado, teniendo en cuenta que la población mundial va en aumento y con ello la necesidad de agua potable.

"El agua es finita. Tiene que cubrir la necesidad de cada vez más personas"

"El agua es finita. Tiene que cubrir la necesidad de cada vez más personas y solo tenemos un ecosistema del que extraer nuestro agua", ha recordado, apelando a reciclar y reutilizar las aguas residuales, ya que pueden tener todavía muchos usos, pero también a reducir el consumo y su contaminación. Actualmente, más del 80 por ciento de las aguas residuales generadas por la sociedad regresa al ecosistema sin haber sido tratadas o reutilizadas, de acuerdo con la ONU.





Agua, un derecho del que aún se ven privados 663 millones de personas. / REUTERS
Aumento de la demanda de agua


Además, para 2030, se prevé que la demanda mundial de agua haya aumentado un 50 por ciento, procediendo la mayoría de dicha demanda de las ciudades. Para 2050, cerca del 70 por ciento de la población mundial vivirá en ciudades, frente al 50 por ciento actual, por lo que una mejor gestión de las aguas residuales se antoja fundamental.

Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de las ciudades de los países en desarrollo no disponen de la infraestructura o recursos adecuados para gestionar las aguas residuales de forma eficiente y sostenible.

A continuación repasamos algunos datos sobre el acceso al agua, el impacto para quienes no lo tienen y las consecuencias que el consumo de agua en mal estado acarrean para la salud, entre otros, de acuerdo a información de Naciones Unidas y sus agencias:

En el mundo hay 663 millones de personas sin acceso a agua potable

- En el mundo hay 663 millones de personas sin acceso a agua potable, lo que representa en torno a uno de cada diez habitantes. La mitad de ellos, 319 millones, se encuentran en África Subsahariana.

- Unos 2.400 millones de personas, es decir, una de cada tres, no tienen acceso a una letrina. En el caso de las mujeres y las niñas, este problema les obliga a pasar 266 millones de horas al día buscando un lugar donde ir al baño, además de exponerles a posibles ataques y abusos sexuales en su camino. A la pérdida de tiempo, se suma la pérdida económica, 24.000 millones al año en beneficios económicos.

- Mujeres y niños suelen ser los encargados generalmente de ir a coger agua. En total, gastan 125 millones de horas al día recogiendo agua, un tiempo que en el caso de los niños, y sobre todo las niñas, suelen restar de acudir a clase. En algunos casos, mujeres y niñas llegan a pasar hasta seis horas al día en la tarea de recoger agua.



Agua, un derecho del que aún se ven privados 663 millones de personas. / REUTERS


- Cada 90 segundos muere un niño por enfermedades relacionadas con el agua. Las enfermedades diarreicas son la tercera causa de muerte entre los menores de cinco años y provocan unas 340.000 muertes al año. Además, según datos de UNICEF y la OMS, unos 161 millones de niños sufren retraso del crecimiento o malnutrición crónica vinculada a la falta de agua, saneamiento e higiene.

- Una mejora del agua y su acceso, así como del saneamiento y la higiene podría evitar 842.000 muertes al año. Actualmente, 1.800 millones de personas utilizan una fuente de agua potable contaminada con heces, por lo que corren el riesgo de contraer cólera, disentería, fiebre tifoidea y poliomielitis.

- Unos 946 millones de personas siguen defecando al aire libre en todo el mundo, con las consecuencias que esto tiene para la salud. Según el informe de la OMS y UNICEF publicado en 2015, en África Subsahariana la cifra ha aumentado desde 1990, en lugar de disminuir. De continuar el ritmo actual, esta práctica no se eliminará en las zonas más pobres para 2030.

- Cada año se pierden 260.000 millones de dólares debido a la falta de agua potable y saneamiento, y ello pese a que cada dólar invertido en este terreno genera 4 dólares de vuelta.

- El acceso universal a agua y saneamiento generaría unos beneficios económicos de 32.000 millones de dólares al año por la reducción en los costes sanitarios y el aumento de la productividad que supondría que no hubiera bajas por enfermedad relacionadas con ello, de acuerdo con la OMS.

Fuente: publico.es

sábado, 3 de diciembre de 2016

América Latina: la región más desigual en el acceso a la tierra.


El 1 por ciento del total de explotaciones agropecuarias concentra más de la mitad de la tierra productiva de la región. Miles de comunidades de la Amazonía peruana no cuentan con seguridad jurídica sobre sobre sus territorios, lo cual acentúa la pobreza y desigualdad

Servindi, 2 de diciembre, 2016-. oxfam, El último informe de la organización internacional Oxfam explica por qué América Latina es la región más desigual del mundo en la distribución de la tierra y aporta datos contundentes sobre este problema.

Más de la mitad de la tierra productiva de la región está concentrada en el 1 por ciento de las explotaciones agropecuarias.

El reporte Desterrados: Tierra, poder y desigualdad en América Latina también demuestra que las pequeñas unidades agropecuarias, a pesar de representar el 80 por ciento de todas las explotaciones en la región, ocupan menos del 13 por ciento de la tierra productiva.

Millones de hogares campesinos, con pequeñas parcelas, conviven con mega-plantaciones. Las mujeres agricultoras son las más afectadas por esta desigualdad, pues las parcelas que trabajan son más pequeñas y de menor calidad que las de los varones.

En Perú, el proceso de concentración de tierras y la precaria seguridad jurídica de muchas comunidades sobre sus territorios, amenaza los medios de vida de miles de personas y acentúa la pobreza y la desigualdad.

En los últimos años se observa una marcada tendencia hacia la concentración de tierras en la costa peruana a favor de cultivos de exportación.

Tal tendencia también se empieza a manifestar en la selva peruana, con grandes extensiones de tierra empleadas para cultivos de palma aceitera.

“Si se quiere combatir la desigualdad en la región se deben enfrentar las diferencias abismales en la distribución y seguridad jurídica sobre la tierra, pues potencian la conflictividad social y ambiental”, manifestó Vladimir Pinto, responsable del programa de Derechos Territoriales de Oxfam en Perú.

Como ejemplo, Pinto menciona la situación de las comunidades nativas y campesinas peruanas que no cuentan con políticas claras ni respaldo institucional para titular y proteger sus territorios colectivos, mientras enfrentan el despojo o pérdida de control sobre los mismos.

Tal es el caso de Saweto en 2014, o la actual postergación de la titulación de 14 comunidades indígenas en Nuevo Andoas, en Loreto (Lote 192), porque previamente el Estado favoreció un proyecto de hidrocarburos.
Extractivismo: raíz de la desigualdad

El informe de Oxfam sitúa el extractivismo en la raíz de la alta desigualdad del reparto de la tierra en la región.

Ese modelo productivo concentrado en las concesiones mineras y petroleras, la ganadería extensiva, y los monocultivos como la soja y la palma aceitera se viene apoderando del territorio latinoamericano.

El extractivismo no solo amplía su control sobre grandes extensiones territoriales sino que aumenta su influencia en las políticas públicas de todos los países.

La competencia por el control de los recursos naturales ha disparado los conflictos territoriales entre las grandes empresas y las comunidades, y ha incrementado los índices de violencia contra defensores y defensoras del medio ambiente y de los derechos humanos.

Los pueblos indígenas son los más amenazados, pues sus territorios no están bien demarcados ni protegidos legalmente, y diferentes gobiernos los entregan para el desarrollo de actividades extractivas, en la mayoría de casos sin su consentimiento.

Oxfam hace un llamado a todos los actores en la región, especialmente a los gobiernos, a trabajar para que los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible no queden solo en el papel.

Para ello es necesario promover una distribución más justa de la tierra, impulsar un crecimiento económico equilibrado y diversificado, y limitar la capacidad que tiene la gran industria y las élites económicas para influir en el diseño e implementación de políticas públicas.

Los gobiernos deben garantizar los derechos de las personas y comunidades, incluyendo el derecho a la consulta previa, para que toda comunidad afectada por inversiones y actividades de extracción y explotación de recursos naturales en sus territorios, pueda dar o negar su consentimiento libre, previo, e informado.

Para acceder al informe completo haz clic en el siguiente enlace:

- "Desterrados: Tierra, poder y desigualdad en América Latina" (versión PDF, español, 100 páginas).

Fuente: Servindi

jueves, 10 de noviembre de 2016

Libertad para el capital, crisis, desigualdad y pobreza para el resto.



Publicado en ctxt.es el 4 de noviembre de 2016
Juan Torres López

Un estudio publicado el pasado mes de octubre por dos economistas del Fondo Monetario Internacional, (Davide Furceri y Prakash Loungani, The Distributional Effects of Capital Account Liberalization), ha demostrado que cuanto mayor es la libertad de movimientos del capital más elevada es la desigualdad.

Los autores reconocen en su trabajo algo que es muy típico de la economía ortodoxa: se da por hecho que la liberalización de los movimientos de capital es muy positiva porque genera crecimiento a largo plazo y mayor bienestar pero no se comprueba si eso es realmente así para toda la gente. Como dicen estos economistas, si esos efectos benéficos afectan por igual a todos los grupos de población “no ha sido objeto de mucho estudio”.

La conclusión a la que llegan en esta investigación es muy importante por venir de dos economistas nada sospechosos de radicalismo izquierdista y, sobre todo, porque se deriva de un estudio realizado para muchos países (149) y para un periodo de tiempo muy largo (1970-2010).

Los autores estudian tres vías por las que la mayor libertad de los movimientos de capital suele aumentar generalmente la desigualdad, tal y como ellos confirman en su investigación. En primer lugar, porque está asociada a sistemas financieros menos inclusivos que aumentan las tasas de pobreza. En segundo, porque esa mayor libertad suele anticipar crisis financieras que generalmente terminan con efectos muy asimétricos sobre la población y, finalmente, porque limita el poder de negociación de los trabajadores y eso hace que caiga la participación de los salarios en la renta nacional.

En resumidas cuentas, los datos demuestran que la liberalización concentra aún más las rentas y genera mayor desigualdad.

Pero no solo eso. Además, sabemos desde hace tiempo que la mayor libertad para los movimientos de capital está asociada a más inestabilidad y a mayor número de crisis financieras.

Para que se vea de la forma más sencilla posible esa coincidencia, pongo a continuación dos gráficos en los que se comprueba (a la izquierda) cómo el mayor grado de liberalización del capital se corresponde claramente con un mayor número de países con crisis financieras y (a la derecha) que hay una clara correspondencia a lo largo de mucho tiempo entre la evolución de ambos fenómenos (más países con crisis y liberalización de capital) con la desigualdad. Como puede comprobarse, las dos gráficas suben o bajan en los mismos periodos de tiempo, lo que significa que los fenómenos que reflejan coinciden). Es fácil comprobar que hay un periodo (1945-1970) en el que prácticamente no hay ningún país que sufra crisis financieras, que tiene bastante menos desigualdad (reflejada como una menor participación del 10% más rico en el total de la renta) y muy poca libertad de movimientos para el capital. Y al revés, también se comprueba fácilmente que cuando hay más desigualdad y más crisis es justamente cuando hay mayor libertad de movimientos del capital.




Otros estudios también han demostrado que la liberalización del capital no solo no reduce la pobreza, como se empeña en afirmar sin ningún fundamento empírico la “sabiduría” económica convencional, sino que, por el contrario “está asociada a una menor participación de los pobres en el ingreso” (Philip Arestis y Asena Caner, Capital account liberalisation and poverty: how close is the link?).


Esta coincidencia entre mayor libertad para el capital y mayor número de crisis, más pobreza y desigualdad más elevada no es ni mucho menos casual. En un artículo que publiqué hace unos meses (¿Para qué sirven los sindicatos?) mostraba que otras investigaciones han demostrado que hay un mejor rendimiento económico, mayor actividad, más empleo y más inversión productiva cuando hay más afiliación sindical. Es así, porque ésta hace que aumenten los salarios y eso empuja las ventas y, al mismo tiempo, los costes laborales más elevados obligan a las empresas a innovar y, por tanto, a realizar más inversiones productivas que incrementen la productividad. Y esta mayor inversión productiva debilita la pura especulación financiera que, entonces, se convierte en realidad en un estorbo.

Por el contrario, cuando se combate a los sindicatos y se hacen reformas laborales simplemente orientadas a aumentar el poder de negociación de las empresas, la afiliación sindical disminuye (entre otras razones porque se difunde el miedo a sindicarse y se castiga a los trabajadores sindicados). Eso hace que los salarios bajen y que las empresas comiencen a aumentar fácilmente sus beneficios, sin necesidad de preocuparse por innovar o invertir en productividad. Pero como los salarios más bajos hacen que disminuyan las ventas y la menor inversión y la productividad más reducida hacen que disminuya la actividad productiva y el rendimiento del capital dedicado a ella, lo que ocurre es que el ahorro empresarial (que se concentra cada vez más en las empresas con gran poder de mercado o con clientes cautivos) se va a la inversión financiera que es la que tiene entonces una rentabilidad mayor y más rápida. Y así se incrementa la financiarización y, lógicamente, las demandas de mayor libertad para los movimientos de capital que la alimentan. Pero cuando se liberalizan, los capitales se expanden como un gas a la búsqueda de ganancia inmediata y fácil y eso crea una gran inestabilidad financiera que se agrava porque, además, esos dos fenómenos (menor rentabilidad en el lado productivo y mayor en el financiero) desatan el endeudamiento, bien para poder salir adelante como sea, en el primer caso, bien para apalancarse y multiplicar la inversión especulativa en el segundo.

Es verdad que el estudio de estos dos economistas del Fondo Monetario Internacional no ha descubierto el Mediterráneo pero, al menos, sirve para corroborar la realidad. Y aunque al final no se atreven a condenar claramente la liberalización del capital sino que se limitan a pedir prudencia, su investigación sirve para comprobar que cuando se da mayor libertad para el capital no se consigue que mejore el rendimiento económico sino que los grupos sociales ya de por sí más ricos aumenten todavía más sus ingresos, sus privilegios y su poder de decisión.

Si este mundo tuviera la cabeza en su sitio nunca se hubiera permitido que los capitales y mucho menos los terroríficamente especulativos de nuestra época tuvieran la plena libertad de movimientos que tienen. Le damos al dinero y a los grandes propietarios la libertad que negamos al conjunto de los seres humanos y a los desheredados (por culpa del dinero, por cierto) en particular.

En aras de darle libertad a los capitales se hace esclavas a las personas. ¡Y se llaman liberales quienes defienden eso!

La evidencia empírica demuestra que esa libertad se traduce inevitablemente en crisis desastrosas que producen un daño tremendo a las personas, a las naciones y a la naturaleza. Sabemos que sus costes son mucho mayores que sus beneficios y que no hay una mínima razón científica que pruebe que la completa liberalización de los capitales es mejor para las economías que su control. No se puede justificar ni siquiera asumiendo las hipótesis más disparatadas de la economía liberal: que todos los mercados son de competencia perfecta (algo materialmente imposible) y que todos los seres humanos nos comportamos con información perfecta y gratuita, no solo sobre todas las circunstancias presentes sino también futuras, y como si cada uno de nosotros solo fuésemos una simple agencia de maximización del beneficio o la utilidad en busca siempre de nuestro propio y exclusivo interés.

Cuánta razón llevaba John K, Galbraith cuando decía en su libro La cultura de la satisfacción que “los disparates de los ricos pasan en este mundo por sabios proverbios”.

martes, 2 de febrero de 2016

¿Tiene la desigualdad económica efectos en la justicia climática?

Foto: Colectivoeconomico

Considerando que el 99 por ciento de la población mundial no puede generar un nivel de riqueza y consumo como el que caracteriza al 1 por ciento más rico del planeta, es necesario pensar en alternativas de solución sostenibles, sostiene Antonio Peña Jumpa, luego de analizar un reciente informe sobre la desigualdad elaborado por la organización internacional Oxfam.

"(...) es indispensable que la extrema desigualdad económica se detenga. Es necesario abordar sus causas desde una perspectiva social y de justicia climática" indica el docente de la Universidad Católica del Perú.

"Una alternativa de solución es la rotación equitativa del capital y sus beneficios en el conjunto de personas que habita el planeta (...). Otra alternativa es la sustitución del capital como eje o motor de la economía mundial, por otro elemento o concepto como el trabajo, el prestigio o la solidaridad." concluye.

El informe “Una economía al servicio del 1%” difundido el 18 de enero ha sido criticado por el diario El Comercio en su editorial del 24 de enero, dando lugar a una serie de reflexiones sobre la necesidad de "superar el paradigma del desarrollo económico basado en la idea del crecimiento perpetuo de la economía de un país y del mundo" apunta Peña Jumpa.

A continuación el artículo de Antonio Peña Jumpa:



Vulnerabilidad económica y desastre global: Cómo la desigualdad económica tiene efectos en la justicia climática

Por Antonio Peña Jumpa*

31 de enero, 2016.- ¿Tiene la desigualdad económica mundial efectos en el cambio climático global? ¿Son las libertades económicas los instrumentos más eficientes para enfrentar la desigualdad económica y evitar la catástrofe climática que nos envuelve? ¿Está relacionada la desigualdad económica mundial con la justicia o injusticia climática?

Las anteriores preguntas surgen como reflexión tras la lectura del último informe temático de la Organización No Gubernamental (ONG) internacional OXFAM denominado “Una economía al servicio del 1%” (18 de enero de 2016), contrastada o criticada en la editorial de un diario de circulación nacional en el Perú (El Comercio del 24 de enero de 2016).

Si bien el informe y la crítica no tratan el tema del cambio climático, y menos de la justicia o injusticia climática, creemos que sus contenidos están muy bien relacionados con dicho tema.

Veamos a continuación la presentación del problema sobre la desigualdad económica descrita por OXFAM y criticada en la editorial del diario El Comercio, para luego absolver las preguntas relacionadas con la justicia climática.

El informe temático de OXFAM, basado en información cuantitativa de la entidad financiera Credit Suisse y otras entidades internacionales, denuncia lo siguiente:

“La desigualdad extrema en el mundo está alcanzando cotas insoportables. Actualmente, el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante de las personas del planeta. El poder y los privilegios se están utilizando para manipular el sistema económico y así ampliar la brecha, dejando sin esperanza a cientos de millones de personas pobres. El entramado mundial de paraísos fiscales permite que una minoría privilegiada oculte en ellos 7,6 billones de dólares. Para combatir con éxito la pobreza es ineludible hacer frente a la crisis de desigualdad” (Resumen inicial del informe, ibídem).

Además OXFAM suma como datos específicos los siguientes:

- “En 2015, solo 62 personas poseían la misma riqueza que 3,600 millones [de personas] (la mitad más pobres de la humanidad). (…) en 2010 eran 388 personas.

- “La riqueza en manos de las 62 personas más ricas del mundo se ha incrementado en 45% en apenas 5 años, algo más de medio billón de dólares (542.000 millones) desde 2010, hasta alcanzar 1,76 billones de dólares.

- “Mientras tanto, la riqueza en manos de la mitad más pobre de la población se redujo en más de un billón de dólares en el mismo período, un desplome del 38%”

(OXFAM, ibid).

Frente a los datos presentados, la editorial del diario El Comercio asume una posición crítica, aunque simplemente argumentativa. Sus autores no cuestionan las cifras del informe de OXFAM, aunque asumen otra interpretación frente a la desigualdad y la pobreza considerando que son las libertades económicas los instrumentos más eficientes para reducir la pobreza. Una parte del texto editorial que resume esta interpretación es la siguiente:

“La idea de que la riqueza es un pastel ya dado y solo hace falta repartir en porciones ‘justas’ entre los miembros de una sociedad no ha hecho sino llevar a ciertos políticos y organizaciones no gubernamentales (ONG) a conclusiones equivocadas. El problema, por supuesto, es que aquellos que conceptúan la desigualdad como el principal catalizador de la pobreza suelen partir de la premisa de que la riqueza de unos es, necesariamente, consecuencia de la pobreza de otros.

(….)

“No es el caso, sin embargo, que la nueva riqueza haya ido a parar a los bolsillos de quienes ya eran los más pudientes, ni mucho menos que [aquella] pueda ser ‘absorbida’, como arguye el estudio [de la ONG OXFAM]. El capital, a fin de cuentas, no es una cantidad fija que pasa de mano en mano sino, por el contrario, es dinámico, por lo que el mercado premia a los emprendimientos y la creatividad de quienes permiten agrandar el pastel.

“Mark Zuckerberg, por ejemplo, es una de las personas más ricas del planeta y el artífice de un proyecto de acogida mundial: Facebook, cuyo valor hace poco más de una década era inexistente….” (El Comercio, ibid).

El texto citado de la editorial del diario El Comercio muestra una interpretación diferente del concepto de riqueza en la humanidad, y del origen y desarrollo del capital y la pobreza, pero no demuestra alguna diferencia respecto a los datos presentados por el informe de OXFAM.

En ella se suma como argumento que la pobreza no es producto de la desigualdad económica, por lo que sus autores descartan que los no ricos o pobres de hoy, en términos de OXFAM el 99% de la población mundial, sean la consecuencia del acrecentamiento de la riqueza de los ricos también de hoy, en términos de OXFAM el 1% de la población mundial.

Para ello, resaltan que el capital es tan dinámico que a través de los emprendimientos y la creatividad puede generarse más capital o riqueza y nuevos ricos.

Más allá de la discusión que podamos tener sobre la interpretación de las causas y desarrollo de la desigualdad económica y la pobreza del mundo, incluyendo al Perú, importa resaltar, como reconoce el mismo diario, que tal desigualdad extrema existe.

Los datos citados por OXFAM son contundentes y nos conducen a debates y a nuevas formas de interpretación para entender sus retos o gravedad.

En tal sentido, nos proponemos relacionar dichos conceptos y datos con el tema del cambio climático y, específicamente, con el tema de la justicia climática. Retomemos nuestras preguntas iniciales.

1. ¿Tiene la desigualdad económica mundial efectos en el cambio climático global?

La desigualdad económica sí tiene efectos en el cambio climático. Esta afirmación se fundamenta en una simple razón: la desigualdad económica está basada, dentro de una economía de mercado u otra similar, en la acumulación de capital, y al depender ésta del consumo masivo en la población produce inevitablemente efectos en nuestro medio ambiente.

Esto significa que el deseo de acumulación o enriquecimiento de los más ricos en el mundo está relacionado con el consumo excesivo en la población y con ello con la afectación de nuestro ambiente climático.

Por el deseo de acumular se conquistan nuevos espacios territoriales de consumidores, se explotan los recursos naturales y se industrializan éstos para el consumo mundial, favoreciendo a los dueños del capital que son particularmente el 1% de la población mundial.

Esta conquista, explotación e industrialización tiene en su naturaleza la puesta en funcionamiento de muchos vehículos, maquinarias, explosivos y energía o combustible para conseguir productos o servicios que son consumidos masivamente.

Es a través de esta puesta en funcionamiento y consumo que se producen ingentes cantidades de desechos y, sobretodo, crecientes cantidades de dióxido de carbono.

En los desechos y la abundancia de dióxido de carbono se encuentra la base de la contaminación ambiental, pero sobretodo el origen del calentamiento global y el cambio climático global.

2. ¿Son las libertades económicas los instrumentos más eficientes para enfrentar la desigualdad económica y evitar la catástrofe climática que nos envuelve?

Las libertades económicas son un componente de la economía de mercado. Sin embargo, si las libertades económicas se aplican por el ser humano sin un mínimo de planificación o programación o regulación, devienen en generadoras de mayor desigualdad y, consecuentemente, de catástrofe climática.

Esto se explica por la siguiente razón: quien tiene capital busca multiplicar este capital y para ello tiene las condiciones en una sociedad con economía de mercado capitalista o similar de conseguir fácilmente dicha multiplicación.

Los inversionistas que llegan a países como el Perú vienen convencidos que por un dólar que inviertan conseguirán más de un dólar de retorno. Muchas veces el retorno es 2 o 3 dólares, y otras veces de hasta 10 o 20 dólares anuales.

El retorno de capital invertido dependerá ciertamente de muchos factores: la oportunidad del negocio, la innovación o creatividad, pero también de la corrupción.

Los inversionistas extranjeros o nacionales nunca actúan por solidaridad o sentido social en sus negocios, siempre lo hacen por ganancias (acumulación).

Si las libertades económicas permiten la acumulación sin límites, generan mayor desigualdad y, en consecuencia, mayor calentamiento y cambio climático.

Con estas libertades económicas es que se conquista, explota e industrializa las economías de un lugar determinado, se pone en funcionamiento un sistema de consumo masivo, y se produce ingente cantidad de desechos y dióxido de carbono que termina en el calentamiento global y el cambio climático.

Es excepcional que una persona por su emprendimiento y creatividad, como es el caso del creador del Facebook, aparezca como un nuevo actor económico rico.

En el mercado de capitales, y más aún con libertades económicas sin control o poco reguladas, lo común o normal es que los capitalistas ricos ya constituidos sean los que sigan acumulando capital y reproduzcan condiciones de desigualdad con los efectos antes comentados.
3. ¿Está relacionada la desigualdad económica mundial con la justicia o injusticia climática?

La relación entre desigualdad económica y justicia climática es evidente a partir de las respuestas previas y de la siguiente apreciación geográfica: el 1% de la población mundial identificada como más rica o titulares del mayor capital vive en aquellas ciudades y países que más dióxido de carbono producen.

Son ellos, con sus respectivas redes familiares o amicales, los mayores consumidores del confort en viviendas, vestidos, alimentos, transporte y servicios públicos y privados, que producen la mayor emisión de dióxido de carbono.

Al concentrarse la producción del dióxido de carbono en aquellas ciudades y países donde habitan los más ricos al lado de quienes les rodean y ansían ser como ellos, es que se manifiesta la injusticia climática.

Desde aquellos lugares deviene la desigualdad económica del mundo y de cada país, y desde esta desigualdad se reproducen las causas generadoras de contaminación ambiental y el calentamiento global, y con esto las desigualdades climáticas o injusticia climática.

Los que menos contaminan no solo pertenecen al grupo de la población con menos ingresos (el 99% de la población mundial), sino que además sufren los mismos o mayores efectos del cambio climático ocasionados por quienes viven en mejores condiciones económicas o son identificados como los más ricos del mundo (el 1% de la población mundial).

Pero, además, la relación entre desigualdad económica y justicia o injusticia climática tiene en su base una gran contradicción sin solución desde un punto de vista económico.

De un lado, el 1% de la población mundial, identificado como ricos por OXFAM, explota y consume para su beneficio los mayores recursos naturales y procesados de nuestro planeta.

Este beneficio incluye paralelamente la producción de desechos y emisión de gases con efecto invernadero desde los lugares que habitan.

De otro lado, el 99% de la población mundial, identificada como pobre o no rica por OXFAM, está excluida de este nivel de beneficios y, paralelamente también, de la producción de desechos y gases. 

Frente a ello, la solución económica simple, que incluso puede leerse tras la editorial del diario El Comercio, es que ese 99% de la población mundial acceda, con creatividad, innovación y otros medios que acrecienten la riqueza económica, al mismo nivel de explotación, consumo y beneficio del 1% rico en la población. Sin embargo, esta solución es falsa, por su imposibilidad física y social.

Como se ha expuesto y comprobado en diferentes foros del mundo, es imposible que el conjunto de la población mundial tengamos el nivel de consumo y beneficios de quienes mejor viven y que, recíprocamente, más contaminan nuestro planeta.

Si el 99% de la población mundial identificada como no rica o pobre accede a los niveles de acumulación, confort y consumo del 1% de la población identificada como rica, paralelamente ocasionaría un incremento proporcional en desechos y gases con efectos invernadero.

El resultado sería un rápido calentamiento global, con cambios climáticos abruptos, la destrucción de nuestros ecosistemas, y desastres globales. En suma, destruiríamos nuestro hábitat en la Tierra.
¿Qué hacer?

Tomando conocimiento que el 99% de la población mundial no puede generar un nivel de riqueza y consumo como el que caracteriza al 1% más rico de nuestro planeta, es necesario pensar en alternativas de solución sostenibles.

De ahí que, a la fecha, solo podamos afirmar, coincidiendo con el informe de OXFAM que es indispensable que la extrema desigualdad económica se detenga. Es necesario abordar sus causas desde una perspectiva social y de justicia climática.

Una alternativa de solución es la rotación equitativa del capital y sus beneficios en el conjunto de personas que habita el planeta, entendiendo que el capital es dinámico y que todas las personas tienen derecho al uso, gestión y disfrute del mismo.

Otra alternativa es la sustitución del capital como eje o motor de la economía mundial, por otro elemento o concepto como el trabajo, el prestigio o la solidaridad.

Estas sugerencias tienen tras de sí el paradigma del desarrollo humano sostenible basado en el bienestar de las personas y sus comunidades.

Se busca superar el paradigma del desarrollo económico basado en la idea del crecimiento perpetuo de la economía de un país y del mundo.

Sin embargo, no dejemos de considerar que se tratan de ideas pendientes de desarrollar y experimentar.

Aunque hay grupos sociales que históricamente han vivido bajo acciones de desarrollo humano sostenible, como es el caso de las comunidades originarias del mundo, es un reto adaptar estas acciones al conjunto de la humanidad.

Pero, si no es posible que la población mundial, particularmente el 1% identificado como el más rico de la población, comprenda las limitaciones que produce el actual contexto de extrema desigualdad y la necesidad de contrarrestarlas con alternativas diferentes, cabe recurrir a la antigua receta de aplicar medidas tributarias.

Solo que esta vez se aplicarían estas medidas tributarias en forma local y global al mismo tiempo, con el consenso, apoyo y la coerción mundial.
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*Antonio Peña Jumpa es docente del Departamento de Derecho de la Pontifica Universidad Católica del Perú (PUCP). Ph.D en Leyes por la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).

Fuente: Servindi