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viernes, 4 de noviembre de 2016

El New York Times carga contra las falsas promesas de los cultivos transgénicos.


Es raro que los grandes medios de comunicación, especialmente los estadounidenses, publiquen artículos o noticias que dejen en mal lugar a los cultivos y alimentos transgénicos. En el caso del New York Times, el artículo analiza cómo la principal promesa realizada en torno a los cultivos transgénicos - que aumentarían la producción - no ha sido cumplida en estos veinte años.

Es raro que los grandes medios de comunicación, especialmente los estadounidenses, publiquen artículos o noticias que dejen en mal lugar a los cultivos y alimentos transgénicos. En el caso del New York Times, no es la primera vez que esto ocurre: fue el principal periódico en hacerse eco del escándalo del caso Folta, cuando la filtración de emails de famosos académicos estadounidenses supuestamente "independientes" desveló la estrecha relación que estos mantenían con las empresas biotecnológicas y sus agencias de relaciones públicas.


En esta ocasión, el artículo analiza cómo la principal promesa realizada en torno a los cultivos transgénicos - que aumentarían la producción - no ha sido cumplida en estos veinte años.


Aunque no estamos de acuerdo en descartar tan rápido como ellos hacen las evidencias científicas que apuntan a posibles daños para la salud - como tampoco lo hizo la Academia Nacional de las Ciencias en su informe publicado en primavera - creemos que merece la pena leer el artículo. A continuación podéis encontrar la traducción al castellano.


El original en inglés recoge gráficos, imágenes y algunos recuadros con información adicional, que pueden consultarse en la página del New York Times.


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Dudas sobre la abundancia prometida por los cultivos transgénicos


La polémica sobre los cultivos transgénicos se ha centrado tradicionalmente en miedos, en su mayor parte infundados, a que su consumo tenga efectos nocivos para la salud.


Sin embargo, un cuidadoso análisis por parte del New York Times indica que el debate ha obviado un problema mucho más básico - la modificación genética en EEUU y Canadá no ha acelerado el aumento de la producción, ni ha conducido a una reducción en el uso de pesticidas de síntesis.


La promesa de los transgénicos era doble: al hacer a los cultivos inmunes a los efectos de los herbicidas e inherentemente resistentes a varias plagas, podrían crecer tan robustamente que se volverían indispensables para alimentar a la creciente población mundial, pero sin necesitar tantas aplicaciones de pesticida.


Hace veinte años que la mayor parte de Europa rechazó el cultivo de transgénicos, mientras que EEUU y Canadá los adoptaban. Al comparar los resultados en ambos continentes, utilizando datos independientes e investigaciones académicas y de la industria, se ve que la tecnología se ha quedado muy corta respecto a lo que había prometido.




El análisis del Times, utilizando datos de las Naciones Unidas, muestra que EEUU y Canadá no han logrado ganar una ventaja notable en la producción – de alimentos por hectárea - al compararse con Europa Occidental, una región con agricultores igualmente modernizados, por ejemplo en zonas como Francia y Alemania. Además, un informereciente de la Academia Nacional de las Ciencias concluía que "existe poca evidencia" de que la introducción de cultivos transgénicos en EEUU hubiera supuesto un aumento de la producción mayor que el observado en cultivos convencionales.


Mientras tanto, el uso de herbicidas en EEUU ha aumentado, aunque algunos de los principales cultivos como el maíz, la soja o el algodón han pasado a ser transgénicos. Y EEUU se ha quedado detrás del principal productor europeo, Francia, a la hora de reducir el uso de pesticidas, incluyendo tanto herbicidas como insecticidas.


Esta importante diferencia en el uso de pesticidas puede observarse en los datos de la United States Geological Survey. Desde que hace dos décadas se introdujeran en EEUU cultivos transgénicos como el maíz, algodón y soja, el uso de toxinas insecticidas y fungicidas se ha reducido en un tercio, pero la pulverización de herbicidas, que se utilizan en volúmenes mucho mayores, ha aumentado un 21%.


Por el contrario, en Francia, el uso de insecticidas y fungicidas ha disminuido en un porcentaje mucho mayor - 65 por ciento - disminuyendo también el uso de herbicida en un 36 por ciento.


Las profundas diferencias respecto a la ingeniería genética han dividido durante décadas a estadounidenses y europeos. Aunque ya en 1987 los activistas estadounidenses arrancaban plantas experimentales de patata, la ira europea ante la idea de hacer tonterías con la naturaleza se ha mantenido mucho más en el tiempo. En los últimos años, la Marcha contra Monsanto ha reunido a miles de manifestantes en ciudades como Paris y Basilea (Suiza), y la oposición a los alimentos transgénicos es una de las bases del movimiento político de los Verdes europeos. Aun así, los europeos consumen estos alimentos al importarlos de EEUU y otros lugares.


El miedo a los efectos nocivos de consumir alimentos transgénicos ha demostrado tener poca base científica. El daño potencial derivado de los pesticidas, sin embargo, ha llamado la atención de los investigadores. Los pesticidas están hechos para ser tóxicos - la Alemania nazi desarrollo versiones de uso militar, como el sarín- y pueden producir efectos como retrasos en el desarrollo o cáncer.


"Se sabe muy poco de estos productos", dice David Bellinger, profesor de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard, cuyos estudios atribuyen la pérdida de casi 17 millones de puntos de coeficiente intelectual en niños estadounidenses de cinco años a un tipo de insecticidas. "Hacemos experimentos con la población", afirma, al referirse a la exposición a pesticidas en agricultura, "y esperamos hasta que pasa algo malo."


La industria gana por un lado y por otro, porque las mismas empresas producen y venden tanto las plantas modificadas genéticamente como el veneno que se les añade. Gracias a estas ventas, la capitalización bursátil de Monsanto, la principal empresa semillera, y Syngenta la gigante suiza de los pesticidas, se han multiplicado por seis en los últimos quince años. Las dos empresas están en este momento, cada una por su lado, negociando fusiones que aumentarían su valor a más de 100.000 millones de dólares cada una.


Al presentársele estos datos, Robert T. Fraley, Director de tecnología de Monsanto, dijo que el Times había escogido los datos para ofrecer una mala imagen de la industria. "Cada agricultor es a su vez un hombre de negocios inteligente, y un agricultor no va a pagar una tecnología que no crea que le aporta un beneficio importante," dijo. "Está claro que las herramientas biotecnológicas han aumentado enormemente la producción."


Respecto al uso de herbicidas, en un comunicado, Monsanto afirmaba, "Mientras que el uso total de herbicidas podría estar aumentando en algunas zonas en las que los agricultores están siguiendo las mejores prácticas para gestionar problemas de malas hierbas, los agricultores de otras zonas con diferentes circunstancias podrían haber reducido o mantenido su uso de herbicidas."


Los cultivos transgénicos a veces pueden ser efectivos. Monsanto y otros citan a menudo el trabajo de Matin Qaim, un investigador de la Universidad Georg-August de Göttingen, Alemania, incluyendo un meta-análisis de estudios en los que él participó y que concluía que los cultivos transgénicos habían supuesto un aumento significativo de la producción. Sin embargo, en una entrevista y a través de emails, el Dr. Qaim puntualizó que los efectos significativos habían sido observados fundamentalmente en variedades resistentes a insectos en países en desarrollo, concretamente en la India.


"Los cultivos transgénicos actualmente disponibles no supondrían un aumento importante de la producción en Europa," afirmó. Y respecto a los cultivos tolerantes a herbicidas en general: "No creo que esta sea una tecnología milagrosa sin la que no podemos vivir."


La promesa de reducir los químicos


Primero vino el tomate Flavr Savr, en 1994, que se suponía iba a tardar más en estropearse. Al año siguiente algunos tipos de patata resistente a insectos. En el año 1996 algunos de los cultivos más imporantes de EEUU comenzaron a ser transgénicos.


Monsanto, el campeón de estos nuevos rasgos genéticos, los vendía como una forma de reducir el uso de sus pesticidas. "Desde luego que no estamos animando a los agricultores a que utilicen más químicos", declaraba un ejecutivo de la empresa al Los Angeles Times en 1994. Al año siguiente, en un comunicado de prensa, Monsanto decía que el nuevo gen que incorporaría en sus semillas, llamado Roundup Ready, "podía reducir la utilización global de herbicidas."


Inicialmente, los dos tipos principales de cultivos transgénicos eran o bien resistentes a herbicidas, lo que permitía pulverizar estos sobre el cultivo, o resistentes a algunos insectos.


Las cifras del Departamento de Agricultura de EEUU muestran cómo el uso de herbicidas se ha disparado en la soja, uno de los principales cultivos transgénicos, multiplicándose dos veces y media en las últimas dos décadas, mientras que la superficie del cultivo crecía en menos de un tercio. Su utilización en maíz ya estaba disminuyendo antes de que se introdujeran los cultivos transgénicos, para después prácticamente duplicarse entre 2002 y 2010, antes de estabilizarse. Los problemas de malas hierbas resistentes en estos cultivos han aumentado su uso aún más.


Para algunos, este efecto era predecible. El propósito de diseñar plantas resistentes a insectos "era reducir el uso de insecticidas, y así ha sido" declaraba Joseph Kovach, un investigador jubilado de la Universidad Estatal de Ohio que estudiaba los riesgos ambientales de los pesticidas. Pero el objetivo de las semillas tolerantes a herbicidas era "vender más producto", dijo - más herbicida.


Se entiende que los agricultores con cultivos infestados por las malas hierbas, o por una plaga o enfermedad en concreto, se conviertan en defensores acérrimos de los transgénicos. "Es de tontos, es casi ridículo dar la espalda a una tecnología que tiene tanto que ofrecer," afirmaba Duane Grant, presidente de la Amalgamated Sugar Company, una cooperativa de más de 750 productores de remolacha azucarera del Noroeste.


Según él, los cultivos tolerantes al Roundup, el herbicida más popular de Monsanto, han salvado su cooperativa.


Sin embargo, las malas hierbas de todo el mundo se están volviendo tolerantes al Roundup - lo cual deja un hueco para que la industria venda nuevas semillas y más pesticidas. Las últimas semillas han sido diseñadas para resistir a dos herbicidas, y hay planes de introducir resistencia a hasta cinco. Eso hará también más fácil que los agricultores que quieran pelear con las malas hierbas que ya existen utilicen cada vez más tóxicos vendidos por las mismas empresas.


La resistencia creciente al Roundup está haciendo que revivan también otros químicos más antiguos y polémicos. Uno es el 2,4-D, un ingrediente del Agente Naranja, el infame defoliante utilizado en la Guerra de Vietnam. Sus posibles riesgos dividen desde hace tiempo a los científicos, y han provocado la alarma de los movimientos sociales.


También está el dicamba. En Louisiana, Monsanto está invirtiendo casi 1000 millones de dólares en poner en marcha la producción de este químico. Y aunque aún no se ha autorizado el uso de la versión de Monsanto, la empresa ya está vendiendo semillas capaces de resistirlo - y ya han aparecido casos de agricultores que han dañado el cultivo de su vecino al pulverizar ilegalmente con versiones más antiguas de la toxina.


Semillas de alta tecnología


Dos agricultores, a 6.000 kilómetros el uno del otro, mostraban recientemente a un visitante sus semillas de maíz. Bo Stone y Arnaud Rousseau pertenecen a familias que llevan trabajando la tierra durante seis generaciones. Los dos usan semillas de DuPont, la gigante de los agroquímicos que se va a fusionar con Dow Chemical.


A simple vista las semillas parecen idénticas. Dentro de ellas, sin embargo, existen importantes diferencias.


En Rowland, N.C., cerca de la frontera de Carolina del Sur, las semillas de Bo Stone están hasta arriba de rasgos transgénicos. Tienen Roundup Ready, el gen de Monsanto que la hace resistente al Roundup, y también tiene un gen de Bayer que hace que el cultivo resista un segundo herbicida. El rasgo denominado Herculex I fue desarrollado por Dow y Pioneer, ahora parte de DuPont, y ataca el canal alimenticio de los insectos (ver nota al final). Eso mismo hace YieldGard, de Monsanto.


También hay una gran diferencia: el precio. Rousseau paga unos 85$ por una bolsa de 50.000 semillas. Stone paga unos 153$ por la misma cantidad de semilla transgénica.


Para los agricultores, funcionar sin cultivos transgénicos no es una elección fácil. Los rasgos modificados no se venden a la carta.


Stone, de 45 años, tiene un máster en Ciencias agrícolas y escucha la radio Prime Country en su pickup de Ford. Tiene un campo experimental en el que prueba la semilla nueva, buscando las características más importantes para él - plantas bien erguidas, por ejemplo.


"Escojo en función de la producción y las características de la planta, más que de los rasgos que dan los transgenes", como la resistencia a químicos o insectos, dice, subrayando un punto importante: las cantidades producidas siguen dependiendo de la mejora convencional, como llevan haciéndolo miles de años.


Dicho esto, Stone valora positivamente el que el transgénico reduzca su utilización de insecticida (aunque agradecería una ayuda con las chinches, un problema para muchos agricultores). Además, ha aparecido el problema de la resistencia de algunas malas hierbas al Roundup.


"Ningún transgénico va a servir para todo," dice.


Por otra parte, en la granja de Arnaud Rousseau en Trocy-en-Multien, un pueblo cerca de París, el maíz no tiene ninguno de estos rasgos transgénicos, la mayoría de los cuales están prohibidos por la Unión Europea.


"La puerta está cerrada", dice Rousseau, de 42 años, vicepresidente de una de las muchas uniones de agricultores francesas. En su granja de 340 hectáreas tuvo lugar una de las carnicerías de la I Guerra Mundial, en la Batalla del Marne.


Al igual que en el caso de Stone, la producción de Rousseau ha aumentado, aunque sube y baja según el año. La tecnología agrícola ha supuesto también grandes cambios. "Mi abuelo usaba caballos y bueyes", dice Rousseau. "Yo tengo tractores con motor."


Quiere tener acceso a la misma tecnología que su competencia al otro lado del Atlántico, y cree que los cultivos transgénicos podrían ahorrarle tiempo y dinero.


"Visto desde Europa, cuando hablas con agricultores estadounidenses o canadienses, nos da la sensación de que lo tienen más fácil. Igual no es así, no lo sé, pero es la sensación que tenemos."


Alimentar al mundo


Dado que se espera que la población mundial llegue a los casi 10.000 millones para el año 2050, Monsanto lleva tiempo publicitando sus productos como una forma "de ayudar a cubrir la demanda de alimentos de esos miles de millones de personas," tal y como decía en un comunicado de 1995. Este sigue siendo un mantra de la industria.


"Es absolutamente clave que sigamos innovando," afirma Kurt Boudonck, quien dirige los invernaderos de Bayer que se extienden por Carolina del Norte. "Las técnicas de producción actuales no nos van a permitir dar de comer a tanta gente."


Sin embargo, no ha aparecido una ventaja significativa en la producción. El Times analizó los datos regionales de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, comparando los principales cultivos transgénicos de EEUU y Canadá con las variedades cultivadas en Europa Occidental, una agrupación utilizada por la agencia y que agrupa a siete países, entre ellos los dos principales productores agrícolas, Francia y Alemania.


En el caso de la colza, de la cual un tipo se utiliza para producir aceite, el Times comparó Europa Occidental con Canadá, el principal productor, durante los últimos treinta años, lo cual abarca también un período anterior a la introducción de cultivos transgénicos.


A pesar de rechazar los cultivos transgénicos, Europa Occidental mantuvo una producción superior a la canadiense. Aunque esto se debe en parte a que ambas regiones cultivan variedades diferentes, las tendencias en la producción relativa no se han desplazado a favor de Canadá con la introducción de los cultivos transgénicos, según muestran los datos.


En el caso del maíz, el Times comparó Estados Unidos con Europa Occidental. Las tendencias de uno y otra apenas varían en los últimos treinta años. Y la remolacha azucarera, una importante fuente de azúcar, ha mostrado en los últimos años un mayor aumento de la producción en Europa Occidental que en EEUU, a pesar de la expansión de variedades transgénicas en la última década.


Jack Heinemann, profesor de la Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda, publicó en 2013 un estudio que comparaba las tendencias de producción a ambos lados del Atlántico, utilizando datos de las Naciones Unidas. Europa Occidental, afirma, "no se ha visto penalizada de ninguna forma por no elegir utilizar la ingeniería genética en agricultura."


Los ejecutivos de las empresas biotecnológicas sugieren realizar comparaciones más concretas. El Dr. Fraley, de Monsanto, subrayó los datos que comparaban el crecimiento de la producción en Nebraska y Francia, mientras que un ejecutivo de Bayer sugería Ohio y Francia. Estas comparaciones pueden resultar favorables para la industria, mientras que utilizar otros estados para comparar puede resultarles perjudicial.


Michael Owen, un investigador de la Universidad Estatal de Iowa especializado en malas hierbas, declaró que aunque la industria lleva mucho tiempo diciendo que los transgénicos iban "a salvar el mundo", aún "no han encontrado el mítico gen de la producción."


Escasez de nuevos mercados


La industria agroquímica, vapuleada por los precios a la baja de las materias primas agrícolas y la resistencia de los consumidores que ha dificultado la entrada en nuevos mercados, se ha visto inmersa en una dinámica de fusiones. Bayer anunció recientemente un trato para comprar Monsanto. Y la empresa estatal China National Chemical Corporation ha recibido la aprobación estadounidense para comprar Syngenta, aunque Syngenta advertía más tarde que la adquisición podría retrasarsepor el escrutinio de las autoridades europeas.


Estos tratos tienen como objetivo el crear gigantes con aún más ganas de vender tanto semillas como productos químicos. La nueva generación de semillas ya está llegando al mercado o se está desarrollando. Y tienen grandes títulos. Está la Balance GT Soybean Performance System de Bayer. El maíz Genuity SmartStax RIB Complete de Monsanto. El PhytoGen de Dow, con Enlist y Widestrike 3 Insect Protection.


En el argot de la industria, son variedades con varios rasgos transgénicos "combinados". Y hay más en camino. Monsanto ha dicho que la semilla de maíz de 2025 tendrá 14 transgenes y permitirá a los agricultores utilizar cinco tipos diferentes de herbicida.


Se dice que estos nuevos cultivos transgénicos hacen muchas cosas, como proteger los cultivos de las enfermedades o hacer que los alimentos sean más nutritivos. Algunos podrían ser efectivos y otros no. Para la industria, el hacer que cultivos cruciales como el maíz, la soja, el algodón y la colza pasen a ser casi completamente transgénicos en muchas partes del mundo cubre una auténtica necesidad. Para sus críticos, es una oportunidad de marketing.


"La aceptación de los cultivos transgénicos es excepcionalmente baja en Europa," dice Liam Condon, director del área agrícola de Bayer, en una entrevista en el día que se anunciaba su trato con Monsanto. Añadía: "Pero hay muchos lugares en el mundo en el que hay mucha más necesidad, y en los que se aceptan los transgénicos. Iremos allí donde el mercado y los clientes demanden nuestra tecnología."


Corrección: 2 de noviembre de 2016


Un cuadro publicado el domingo con la continuación del artículo sobre las promesas no cumplidas de los cultivos transgénicos recogía de forma errónea el modo de acción de Herculex I, un rasgo genético desarrollado por Dow AgroSciences y Pioneer. Rompe la pared del canal alimenticio de las larvas de los insectos; no crea una bacteria que lo haga.




Fuente: New York Times, 29 de octubre, 2016
Fuente: Biodiversidad
Imagen: Doug Calloway

miércoles, 25 de marzo de 2015

Ignorar esclavitud del pasado es la raíz del racismo.


Para el intelectual Noam Chomsky, la sociedad estadounidense prefiere ignorar los siglos durante los cuales la comunidad afroamericana fue esclava, lo que ha contribuido a que aún exista racismo en la actualidad.

El filósofo estadounidense, Noam Chomsky, consideró que la raíz del racismo contra los afroamericanos en la actualidad se debe a una “ignorancia intencional” sobre el vergonzoso pasado en el que esta comunidad fue degradada y torturada para sustentar el crecimiento económico del país norteamericano.

En una entrevista para el diario estadounidense New York Times, el también lingüística dijo que la sociedad norteamericano ha querido olvidar lo que no es conveniente saber como el caso de los siglos en que los afroamericanos fueron usados como mano de obra esclava para desarrollar la industria del país.
(Lea también: Exigen a EE.UU. un plan nacional contra el racismo policial

“Las estadísticas espantosas de las circunstancias actuales de la vida de los afroamericanos pueden ser confrontadas con otros residuos amargos de un pasado vergonzoso, lamentos de inferioridad de la cultura negra, o peor, olvidándonos que nuestras riquezas y privilegios fueron creadores en gran parte por siglos de tortura y degradación de lo que nosotros somos los beneficiarios y ellos siguen siendo las víctimas”, explicó Chomsky.
El filósofo recordó que los primeros esclavos negros fueron llevados a las colonias hace 400 años y “durante ese largo período de tiempo ha habido sólo unas pocas décadas, cuando los afroamericanos, aparte de unos pocos, tenían algunas posibilidades limitadas para entrar en la sociedad estadounidense”.

Asimismo, Chomsky indicó que tampoco hay que olvidar que los campos de trabajo de esclavos del llamado nuevo “imperio de la libertad” fueron una fuente principal de la riqueza y los privilegios de la sociedad estadounidense, así como de Inglaterra y el continente. La Revolución Industrial se basó en algodón, producido principalmente en los campos de trabajo de los Estados Unidos
“La productividad incrementó más rápido que en la industria, gracias a la tecnología del látigo y la pistola, así como la práctica eficiente de la brutal tortura”, señaló Chomsky.
Además, enfatizó que bajo estas bases de tortura y esclavitud de la comunidad afroamericana fue posible el comercio y las instituciones financieras del capitalismo del Estado moderno

Chomsky indicó que el racismo de la actualidad no es igual al de antes gracias a los esfuerzos de defensores de los derechos afroamericanos, como Martin Luther King, pero considera que aún está lejos de erradicarse.
En contexto
En agosto del 2014, Michael Brown, un joven negro de 18 años, murió tiroteado por un policía blanco en Ferguson, Missouri. este suceso reabrió el debate racial en EE.UU. y cuestionó el modelo de actuación de la policía contra los ciudadanos, lo que provocó protestas en la localidad.

El pasado 4 de marzo, tras una investigación, el Departamento de Justicia de EE.UU. confirmó que la policía y las cortes judiciales de Ferguson, estado de Missouri (centro-este de EE.UU.) tienen un patrón racista y violan sistemáticamente los derechos humanos de los afroamericanos.
Otros jóvenes afroamericanos desarmados han sido asesinados por agentes de policías blancos en Estados Unidos. El caso más reciente es el del adolescente Anthony “Tony” Robinson, asesinado el pasado 7 de marzo.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha reconocido las acciones opresivas y abusivas en contra de los afroamericanos. 

Entre abril y septiembre de 2014, 95 por ciento de las personas retenidas en la cárcel eran afroamericanos. 
Fuente: http://www.telesurtv.net/news/Chomsky-Ignorar-esclavitud-del-pasado-es-la-raiz-del-racismo-20150318-0073.html

Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Los límites del crecimiento, ¿Llegamos ya?


Carmelo Ruiz Marrero

En 1972 un equipo del Instituto de Tecnología de Massachusetts dirigido por Dennis y Donella Meadows publicó lo que podría ser el informe ambiental más leído y discutido de todos los tiempos: Los Límites del Crecimiento, también conocido como el Informe del Club de Roma. Utilizando las tecnologías de informática más avanzadas de ese tiempo, el informe concluyó que si las tendencias actuales en crecimiento industrial y consumo de recursos naturales continuaban sin cambio alguno, la humanidad se encontraría con un catastrófico colapso económico y ecológico global en el siglo 21.

Mucha polémica causó el documento, mucho se escribió a favor y en contra. En medios como el New York Times y Newsweek economistas tronaron contra Los Límites del Crecimiento, mientras que los ecologistas lo celebraron.

A más de 40 años de su publicación, un equipo de la Universidad de Melbourne en Australia dirigido por el profesor Graham Turner analizó los datos presentados en el informe Meadows y los comparó con datos actuales de la UNESCO, la Organización de Agricultura y Alimentos de Naciones Unidas (FAO), la agencia científica norteamericana NOAA, estadísticas energéticas de la transnacional petrolera BP, y otras fuentes. Tras estudiar la correlación entre los datos utilizados en Los Límites del Crecimiento y los datos actuales, el equipo australiano encontró que Meadows y Co. tenían razón y que su pronóstico sobre el destino de la humanidad si no se cambiaba de curso (business as usual) tiene plena vigencia.

Según este escenario, la economía global y los ecosistemas planetarios colapsarían, haciendo imposible sostener la actual población mundial, la cual se reduciría drásticamente a una fracción de lo que es hoy día en cuestión de unas pocas décadas, presumiblemente por hambre, enfermedad y violencia.

El documento de 1972 pronosticó que el colapso final de la civilización humana comenzaría en los años 2015-2030. La propuesta del decrecimiento económico es más urgente que nunca. La economía ecológica postula que no puede haber crecimiento infinito en un sistema finito, en otras palabras no podemos tener una economía global creciente en un planeta que no está creciendo- es simplemente una imposibilidad desde el punto de vista de la termodinámica.

Los progresistas no podemos enfrascarnos en un debate estéril sobre qué es más importante, si la redistribución justa de la riqueza o parar el crecimiento económico. La justicia económica y la defensa de la ecología deben ir de la mano. De otro modo vamos derecho al escenario tétrico del que nos advirtió Los Límites del Crecimiento.

Ruiz Marrero es un autor, periodista investigativo y educador ambiental puertorriqueño. Es fundador y moderador del blog progresista ecologista Haciendo Punto En Otro Blog y del Monitor de Energía y Ambiente de América Latina. Su identidad en Twitter es @carmeloruiz.

Publicado en el periódico Compartir es Vivir, octubre 2014.

Fuente: ALAI

jueves, 21 de agosto de 2014

El precio injusto. Los secuestros radicales.


Al Qaeda se financia secuestrando occidentales en Africa. Aunque los gobiernos europeos lo niegan siempre terminan pagando y así, inadvertidamente, financian el terrorismo que más combaten.

Rukmini Callimachi, The New York Times sáb ago 16 2014

El dinero en efectivo llenó tres maletas: cinco millones de euros. El oficial alemán asignado a entregar ese cargamento llegó aquí a bordo de un avión militar casi vacío, y fue directamente a una reunión secreta con el presidente de Mali, quien le había ofrecido a Europa una solución, que le evitase una vergüenza, a un molesto problema.

Oficialmente, Alemania había presupuestado el dinero como ayuda humanitaria para Mali, una nación pobre y sin salida al mar.

En realidad, de acuerdo a seis altos diplomáticos que estuvieron involucrados directamente en el intercambio, todas las partes sabían que el dinero era para un oscuro grupo de extremistas islámicos que retenía a 32 rehenes europeos,

Las maletas viajaron cientos de kilómetros al norte hasta el Sahara, donde los combatientes barbados, quienes pronto se convertirían en un brazo oficial de Al Qaeda, contaban el dinero en una manta tirada sobre la arena. Eso pasó en 2003 y fue una experiencia de aprendizaje para ambas partes. Once años más tarde, la transferencia en Bamako se ha convertido en un ritual bien ensayado, uno de docenas de ese tipo de transacciones repetidas a lo largo del mundo entero.

El secuestro de europeos para cobrar rescate se ha vuelto un negocio mundial para Al Qaeda, financiando sus operaciones a lo largo del planeta.

Si bien gobiernos europeos niegan que paguen rescates, una investigación de The New York Times arrojó que Al Qaeda y sus afiliados directos han ganado cuando menos 125 millones de dólares en ingresos por secuestros desde 2008, de los cuales 66 millones de dólares fueron solo el año pasado.


En diversos comunicados de prensa y declaraciones, el departamento del Tesoro de Estados Unidos ha citado montos de rescate que, tomados en conjunto, ponen el total cerca de 165 millones de dólares durante el mismo periodo.

Estos pagos fueron efectuados casi exclusivamente por gobiernos europeos, los cuales canalizan el dinero a través de una red de representantes, a veces haciéndolo pasar como ayuda para el desarrollo, de acuerdo a ex rehenes, negociadores, diplomáticos y funcionarios del gobierno en 10 países de Europa, África y Oriente Medio. Los procedimientos internos del negocio del secuestro también fueron revelados en miles de páginas de documentos internos de Al Qaeda hallados por este reportero, mientras estaba en una asignación para The Associated Press en el norte de Mali el año pasado.

En sus primeros años Al Qaeda recibió la mayoría de su dinero de donadores de bolsillos llenos, pero funcionarios de contraterrorismo creen que ahora el grupo financia su reclutamiento, entrenamiento y adquisición de armas con los rescates por la liberación de europeos.

Expresado en términos más audaces, Europa se ha convertido inadvertidamente en un financiador de Al Qaeda.

"Actualmente, el secuestro para cobrar un pago de rescate se ha convertido por sí solo en una fuente más considerable de financiamiento para el terrorismo", comentó David S. Cohen, el subsecretario de terrorismo e inteligencia financiera del departamento del Tesoro, en un discurso de 2012. "Cada transacción alienta otra transacción".

Además, el negocio está en auge: Si bien los secuestradores recibieron alrededor de 200.000 dólares por rehén en 2003, actualmente llegan hasta 10 millones de dólares, dinero que el segundo al mando de la dirigencia central de Al Qaeda describió hace poco como casi la mitad de sus ingresos operativos.

"El secuestro de rehenes es un botín fácil", escribió Nasser al-Wuhayshi, el líder de Al Qaeda en la península Arábiga, "tanto que lo podría describir como un lucrativo comercio y un preciado tesoro".

El flujo de ingresos generado es tan considerable que documentos internos demuestran que incluso hasta hace cinco años atrás, el comando central de Al Qaeda en Pakistán estaba supervisando negociaciones por rehenes capturados incluso en sitios tan lejanos como el África. Y más, las versiones de supervivientes detenidos con miles de kilómetros de separación entre sí muestran que los tres principales afiliados del grupo terrorista -Al Qaeda en el Magreb Islámico, en el norte de África; Al Qaeda en la Península Arábiga, en Yemen; y al-Shabab, en Somalia- están coordinando esfuerzos, así como ciñéndose a un protocolo común de secuestro.

Si bien los secuestradores amenazan con matar a sus víctimas, una revisión de los casos conocidos reveló que solo un pequeño porcentaje de rehenes retenidos por Al Qaeda han sido ejecutados en los últimos cinco años, un giro respecto de hace una década, cuando videos que mostraban decapitaciones de extranjeros atrapados por la filial del grupo en Irak aparecían con regularidad. Ahora, el grupo ya se dio cuenta de que puede lograr el progreso de la causa de la yihad manteniendo con vida a los rehenes e intercambiándolos por prisioneros y maletas de dinero en efectivo.

Solo un puñado de países se ha resistido a pagar, encabezados por Estados Unidos y Gran Bretaña. Si bien estos dos países han negociado con grupos extremistas —evidenciado en fecha más reciente por el intercambio que hiciera Estados Unidos de prisioneros talibán por el sargento Bowe Bergdahl—, han trazado una línea cuando se trata de pagos de rescate.

Es una decisión que ha tenido funestas consecuencias. Si bien docenas de europeos han sido liberados sin daño alguno, pocos estadounidenses o británicos han salido vivos. Unos pocos afortunados huyeron, o fueron rescatados por fuerzas de operaciones especiales. El resto fueron ejecutados o aún están detenidos.

"Los europeos tienen mucho por lo cual responder", dijo Vicki Huddleston, la ex subsecretaria asistente de defensa para asuntos africanos, quien era la embajadora ante Mali en 2003 cuando Alemania pagó el primer rescate. "Es una política totalmente de dos caras. Pagan rescates, y después lo niegan", dijo. "El peligro de esto es no solo que eso acrecienta el movimiento terrorista, sino que eso hace que nuestros ciudadanos sean vulnerables".

En 2004, un operador de Al Qaeda, Abdelaziz al-Muqrin, publicó una guía práctica del secuestro, en la cual puso de relieve la exitosa negociación por un rescate de "nuestros hermanos en Argelia". A los pocos años, hubo una escisión en Al Qaeda, con el afiliado del grupo en Irak capturando extranjeros específicamente para matarlos.

En Argelia, los secuestradores de turistas europeos fueron por otro lado: usaron los cinco millones de euros como el capital semilla para su movimiento, reclutando y entrenando a combatientes que escenificaron una serie de ataques devastadores. Se convirtieron en una fuerza regional y fueron aceptados como una rama oficial de la red de Al Qaeda, que los llamó Al Qaeda en el Magreb Islámico. A medida que los secuestros se convirtieron en su principal línea vital, ellos mejoraron y perfeccionaron el proceso.

Para el 2 de febrero de 2011, cuando sus vigías en el sur de Argelia detectaron a una turista italiana de 53 años, Mariasandra Mariani, admirando las ondulantes dunas a través de un par de binoculares, manejaban una operación elegante.

Mariani se enteraría más tarde que tenían una infraestructura de provisiones enterradas en la arena y marcadas con coordinadas de GPS.

Una tarde, se detuvieron justo en el borde de una duna. Los combatientes bajaron con una pala. Después ella oyó el sonido de un motor de automóvil. Repentinamente, una camioneta de carga arrancó a toda velocidad: habían enterrado un vehículo entero en la montaña de arena.

"Fue en ese momento que me di cuenta, estos no son delincuentes normales", dijo Mariani. Pasaron semanas antes de que los captores de Mariani anunciaran que le permitirían hacer una llamada telefónica. Le pasaron un guión y marcaron el número de Al Jazeera.

Durante los 14 meses que pasó cautiva, cada vez que los secuestradores sentían que la atención había menguado, montaban una casa de campaña en el desierto y obligaban a Mariani a grabar un mensaje en video, mostrándola rodeada por sus captores armados.

Familias a lo largo de Europa se unieron, presionando a gobiernos para que pagaran. Mariani fue liberada junto a dos rehenes españoles, por un pago de rescate que un negociador dijo que estaba cerca de ocho millones de euros.

Después de casi un año de estar cautiva en 2012, Mariani pensó que ya no podía soportarlo. Le dijo a su guardia que su modesta familia, que cultiva olivos en las colinas arriba de Florencia, no tenía el dinero, y que su gobierno se negaba a pagar por rescates. Su captor la tranquilizó.

"Sus gobiernos siempre dicen que no pagan", le dijo a Mariani. "Cuando regrese, quiero que le diga a su gente que su gobierno sí paga. Siempre pagan".
LOS PAÍSES CON MÁS REHENES

De los 53 rehenes que se sabe han sido secuestrados por ramas oficiales de Al Qaida en los últimos cinco años, un tercio eran franceses. Además, naciones como Austria, Suiza y España, que no cuentan con grandes comunidades de expatriados en los países secuestran, representan más de 20% de las víctimas.

Decisión. Estados Unidos y Gran Bretaña no pagan rescates y pocos rehenes sobreviven.

Los negociadores creen que ramas de Al Qaeda tiene claro cuáles gobiernos pagan.

Marcando un contraste, solo se sabe de tres estadounidenses que han sido secuestrados por Al Qaida o sus afiliados directos, representando apenas 5% del total.


"Para mí, es obvio que Al Qaeda los está atacando por nacionalidad", dijo Jean-Paul Rouiller, el director del Centro Ginebra de Entrenamiento y Análisis de Terrorismo, quien ayudó a crear el programa suizo de contraterrorismo.

Fuente: elpais.com.uy

domingo, 19 de enero de 2014

El mundo hiperconectado necesita nuevas reglas.


Estamos viviendo la segunda era de las máquinas y esta vez las reglas son totalmente distintas. Habrá que ver en qué resulta todo lo que está cambiando.

Thomas L. Friedman (*)

Mi historia preferida en el fascinante libro de Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee, "La segunda edad de las máquinas", es cuando le preguntan al gran maestro de ajedrez Jan Hein Donner cómo se prepararía para una partida contra una computadora, como Big Blue de IBM. Donner respondió: "Llevaría un martillo."

Donner no es el único que tiene la fantasía de destruir algunos recientes avances en software y automatización —los autos que se conducen solos, las fábricas robotizadas y la inteligencia artificial— que no solo están desplazando obreros sino que a oficinistas e incluso a grandes maestros de ajedrez.

En los últimos 10 años el mundo pasó de estar conectado a hiperconectado. Brynjolfsson y McAfee ofrecen una explicación más detallada: estamos en los albores de la segunda era de las máquinas.

La primera, precisan los autores, fue la revolución industrial, que surgió con la máquina de vapor patentada en 1871. Este periodo "se refiere a sistemas de energía para reforzar el músculo humano", explicó McAfee, "y cada invento sucesivo en esa edad suministraba más y más potencia. Pero todas esas máquinas requerían de un ser humano que tomara las decisiones". Así, los inventos de esa época de hecho hicieron que el control y la mano de obra humanas fueran "más valiosas e importantes". La mano de obra y las máquinas se complementaban.

En la segunda era de las máquinas, sostiene Brynjolfsson, "estamos empezando a automatizar muchas más tareas cognoscitivas, muchos más sistemas de control que determinan para qué se usa esa potencia. En muchos casos, ahora las máquinas de inteligencia artificial pueden tomar decisiones más sensatas que los humanos". Así pues, los humanos y las máquinas manejadas por software ya no son complementarios sino excluyentes. Eso es posible, sostienen los autores, por tres grandes tipos de avances tecnológicos que acaban de llegar a su momento clave de cambio. A estos avances los llaman "exponenciales, digitales y combinatorios".

Para ilustrar lo exponencial, relatan la historia del rey que quedó tan admirado con el inventor del ajedrez que le ofreció cualquier recompensa. El inventor pensó en arroz para alimentar a su familia. Le pidió al rey que colocara un grano de arroz en la primera casilla del tablero, y después, en cada casilla, el doble que en la anterior. El emperador aceptó hasta que vio que 63 duplicaciones arrojaban un número fantásticamente grande, unos 18 trillones.

Los autores comparan eso con la ley de Moore, que dice que la potencia de los chips se duplica inexorablemente cada dos años. A diferencia de la máquina de vapor, que era física y duplicaba su desempeño cada 70 años, las computadoras "mejoran más rápido que cualquier cosa", dice Brynjolfsson. Ahora hay autos que se manejan solos, robots fabriles flexibles y teléfonos de bolsillo con la potencia de las supercomputadoras de una generación atrás.

Sumémosle la difusión de Internet, tanto entre las personas como entre las cosas: pronto, todo el mundo tendrá un teléfono inteligente, toda caja registradora, todo motor de avión, todo iPad de los estudiantes y hasta los termostatos transmitirán datos digitales a través de Internet. Y todos esos datos significarán que al instante podremos descubrir y analizar modelos, reproducir de inmediato lo que da resultado a escala global y mejorar lo que no funciona, ya sea una cirugía de ojos, la enseñanza de fracciones o la operación de un motor de avión en pleno vuelo. De pronto, la velocidad se acelera y la pendiente de las mejorías se hace más empinada.

Si juntamos todos estos avances, señalan los autores, veremos que nuestra generación tendrá más poder para mejorar (o destruir) el mundo que ninguna anterior, dependiendo de menos personas y de más tecnología. Pero también significa que tenemos que revisar nuestro contrato social, pues el trabajo es muy importante para la identidad y dignidad personal y para la estabilidad social. Los autores proponen que se reduzcan los impuestos sobre el trabajo humano para que éste sea más barato que el digital; que se reinvente la educación para que la gente pueda "competir con las máquinas", no en contra de ellas; que se haga más por fomentar el espíritu de empresa que inventa industrias y crea empleos; e incluso, garantizarle a cada ciudadano estadounidense un ingreso básico. Hay que replantear muchas cosas, sostienen, pues no estamos solo en un bache de empleo provocado por la recesión. Estamos en medio de un torbellino tecnológico que está remodelando el lugar de trabajo. Y no deja de duplicarse.

(*) Columnista de The New York Times.

Fuente: elpais.com,uy

domingo, 10 de noviembre de 2013

La tala ilegal opera con métodos similares al narcotráfico y socava estado de derecho.



- Las operaciones de tala ilegal a gran escala en el Perú están ligadas a una corrupción de alto nivel y redes de crimen organizado.


Por Elizabeth Hinoztroza


La tala ilegal es una forma de delincuencia organizada internacional que opera con métodos similares al tráfico de drogas y armas. Socava el estado de derecho de un país y representa una amenaza significativa pues alienta el desarrollo de grupos criminales.


Así lo revela el informe Justice for forests a and forest peoples realizado por el Banco Mundial en el que se describe como los troncos originarios de la Amazonía, son traficados y blanqueados por métodos similares al narcotráfico y provocan una corrupción de alto nivel.

Los métodos implican prácticas sofisticadas y fraudulentas llevadas a cabo por redes criminales internacionales que generan redes de corrupción a nivel regional e internacional. Obtienen importantes beneficios y evasión fiscal a gran escala, señala el documento.

El diario estadounidense, The New York Times, a través de un reciente reportaje, se hizo eco del informe y destacó que las operaciones de tala ilegal a gran escala en el Perú están ligadas a una corrupción de alto nivel y redes de crimen organizado.

A raíz del reportaje Francisco Berrospi, ex fiscal ambiental de Ucayali, declaró, en un medio local, que la tarea de proteger a la Amazonía resulta complicada porque ésta no solo es azotada por taladores ilegales, sino también por malos funcionarios.

De la misma forma, reconoció que varios jueces y fiscales no están capacitados en temas medioambientales y se encuentran en la orfandad de recursos humanos y logísticos para enfrentar una criminalidad que el considera incluso más poderosa que el narcotráfico: el poder de la madera.

Las declaraciones del ex funcionario ratifican el estudio efectuado por la Interpol que revela que las mafias de la tala ilegal blanquean el dinero en bancos e instituciones financieras mediante la inversión en empresas legítimas que les permita operar en algunos sectores de la economía.

El estudio: Impactos económicos de la tala y comercio ilegal de maderas en el Perú, de la Sociedad Peruana de Ecodesarrollo (SPDE), indica que la tala ilegal abarca un amplio espectro de modalidades y constituye un accionar criminal que destruye los bosques en una apuesta por un futuro de muerte.

Las modalidades van desde el aprovechamiento maderable en áreas naturales protegidas hasta el cambio de uso del suelo donde principalmente, la actividad ilícita, se concentra en la extracción selectiva de especies con fines comerciales.

Por ello, la tala ilegal, aunque representa para la población rural una fuente de ingreso inmediato a mediano y largo plazo significa n impacto negativo por mermar el capital natural, así como también por incrementar los conflictos y la violencia social.
Una comprensión de la tala ilegal y el comercio asociado

Una hoja informativa del ex Instituto de Recursos Naturales (Inrena) -ahora Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp)- define la tala ilegal como la “actividad ilícita para obtener recursos de flora sin contar con los permisos, concesiones y autorizaciones forestales y sin planes de manejo aprobados”.

Por otro lado, la hoja de ruta Towards an Improved Understanding of Illegal Logging and Associated Trad, sustenta que la tala no autorizada en zonas calificadas o autorizadas por la ley es tala ilegal.

La mayoría de los expertos en la hoja de ruta coinciden en que el registro que se realiza sin los permisos requeridos o violando los términos de estos también es ilegal.

Sin embargo, pese a las concepciones de qué es tala ilegal, la falta de especificidad en el volumen de ella, y el comercio asociado que se produce, reflejan el desafío de monitorear y documentar fenómenos difíciles y peligrosos de investigar.
Justicia para los bosques

La hoja informativa: Mejorar los esfuerzos de justicia penal para combatir la Tala Ilegal (Fact Sheet: Justice for Forests. Improving Criminal Justice Efforts to Combat Illegal Logging) recomienda a los responsables políticos, al sector forestal y a los actores legales, usar la justicia penal para los bosques a fin de luchar con eficacia.

Por su naturaleza ilegal es difícil de estimar cuantitativamente el tamaño de la tala ilegal pero se presume que en el Perú el volumen de madera ilegal supera en mucha proporción a la cantidad legal autorizada.

El estudio estima que el comercio ilegal de madera genera entre 10 y 15 millones de dólares al año, dinero que en su mayoría es controlado por el crimen organizado, libre de impuestos y que se utiliza para pagar a funcionarios corruptos del gobierno en todos los niveles.







De la misma forma, reflexiona que cada dos segundos un área del tamaño de un campo de fútbol es deforestado por los madereros ilegales, llegando incluso, en países como Perú y Bolivia, a ser hasta un 90 por ciento de toda la tala, ilegal.


El oro rojo que se extingue


En la hoja de ruta antes citada, Towards an Improved Understanding of Illegal Logging and Associated Trade (Hacia una comprensión mejorada de la tala ilegal y el comercio asociado), y de acuerdo con los datos Global Trade Atlas, entre el 75 y el 80 por ciento de las exportaciones de caoba peruana ingresa a los Estados Unidos.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund o WWF) afirma que la gran mayoría de las exportaciones de caoba en el Perú son cosechadas ilegalmente de las áreas protegidas y de las reservas indígenas.

El Gobierno del Perú estima que el valor de la caoba ilegal que sale de los puertos peruanos, supera el comercio de la caoba legal peruana en un factor de tres.

Finalmente, TRAFFIC, un programa conjunto del Fondo Mundial para la Naturaleza y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) infiere que las importaciones de productos forestales ilegales en Estados Unidos están creciendo debido al fuerte crecimiento del comercio documentado.


Para acceder a los siguientes documentos y enlace referidos haga clic en los siguientes enlaces:
Justice for forests (PDF, 60 páginas)

Otras noticias:

Fuente: Servindi

viernes, 16 de agosto de 2013

Las mujeres como un arma para poder cambiar.


A medida que la frase "empoderamiento de las mujeres" se puso de moda algunas personas hacen retroceder las cosas. Se ofenden porque lo ven como la moda más reciente de lo políticamente correcto, una misión liberal para conseguir apoyo de las mujeres.

Nicholas D. Kristoff | Analista

Sin embargo, algunos incidentes recientes han subrayado por qué el impulso a la igualdad de género no es una moda absurda y por qué no se trata principalmente de lo políticamente correcto.

Por ejemplo, Marte Dalelv (foto), una noruega de 24 años, denunció una violación en Dubai y, entonces, la sentenciaron a 16 meses de cárcel bajo cargos que incluían sexo extramarital. Eso fue tres meses más que la sentencia del presunto violador. Debido a las protestas, las autoridades "perdonaron" a Dalelv (y, también, a su presunto violador). Esa es una primera razón por la que el "empoderamiento" no es sólo un lema: persisten las profundas injusticias de género. Y no sólo en Dubái.

El Ejército estadounidense tiene un record deplorable de violencia sexual en sus filas, con cerca de 26.000 elementos al año que han sufrido contacto sexual no deseado. No obstante, Barack Obama ha declinado hasta ahora apoyar la propuesta razonable, bipartidista, de la senadora Kirsten Gillibrand para mejorar las investigaciones de violaciones en el Ejército y reducir los conflictos de interés.

El telón de fondo político es la frustración de que las mujeres no están totalmente representadas en las decisiones que las afectan, y esa es una segunda razón por la que este problema tiene amplia resonancia. Por esta razón la senadora estatal de Texas, Wendy Davis, electrizó a los medios sociales cuando obstruyó una restrictiva legislación sobre el aborto. No es que los hombres estén más a favor de leyes sobre el aborto más estrictas que las mujeres, sino que muchas mujeres se sienten amedrentadas por legisladores varones desfasados.

Cualquiera que piense que el empoderamiento de las mujeres es un problema secundario, tampoco prestaba atención cuando Malala Yusufzai, a la que el talibán paquistaní disparó a la cabeza por defender la educación para las niñas, habló ante ONU en su cumpleaños 16. Malala resaltó la tercera razón para concentrarse en empoderar a las mujeres y las niñas. Es, quizá, la mejor ventaja para combatir los males sociales.


Como notó Malala, una fuerza poderosa para el cambio en el mundo es la educación, en especial la de las niñas. Estados Unidos ha invertido miles de vidas y cientos de miles de millones de dólares en Afganistán y Pakistán y logró poco. Quizá deberían invertir más en educación. Los aviones no tripulados y las patrullas militares refuerzan el extremismo pero la educación a las niñas lo debilita.

El cambio puede surgir no sólo por una bomba, sino también por una niña que estudia un libro bajo un árbol o en una mezquita. En promedio, tendrá menos hijos, habrá más posibilidades de que consiga empleo y tenga más influencia. Será menos probable que sus hermanos e hijos se unan al talibán.

Una comprensión final sobre las mujeres como palanca del cambio se produjo durante mi viaje anual indagué sobre la desnutrición que contribuye en 45% a las muertes infantiles en todo el mundo. Así es que, ¿cómo salvamos esas millones de vidas?

No sólo se trata de transportar más alimentos a los hambrientos o de mejorar las producciones agropecuarias en Africa. Se trata de - ¡sí! - empoderar a las mujeres.

Acompañamos a World Vision por las zonas rurales de Chad y hablamos con las mujeres sobre por qué sus hijos están desnutridos. Un factor ahí, como en gran parte del mundo, es: los hombres comen primero, y las mujeres y los niños comen las sobras. "Sabemos de la desnutrición", dijo una, pero si la carne no es en su mayor parte para los hombres, "hay problemas en la casa".

Investigadores hallaron que darles a las mujeres títulos de propiedad sobre la tierra, derecho de herencia y cuentas bancarias no son gestos simbólicos: son estrategias para incrementar la influencia de las mujeres en la toma de decisiones domésticas y salvar la vida de los niños.

Así es que a quienes les fastidian los "derechos de las mujeres" como algo políticamente correcto piénsenlo: no se trata de un problema de mujeres ni uno de hombres. Malala estaba totalmente en lo cierto: "No podemos tener éxito todos, si a la mitad no nos dejan avanzar".

*Kristof tiene dos columnas semanales desde 2001 en The New York Times, diario para el que trabaja desde 1984. En 1990 (junto a su esposa, Sheryl WuDunn) ganó un Pulitzer por su cobertura de los sucesos de la plaza Tiananmen en China. Ganó otro Pulitzer en 2006 por sus columnas. Ha publicado varios libros. Se lo puede contactar en Facebook.com/Kristof, en Twitter. en @NickKristof.

lunes, 14 de enero de 2013

Aaron Swartz y el #PDFtribute: la investigación académica debe ser libre.


Durante todo el día de ayer,infinidad de académicos e investigadores subieron suspapers libres a la red en formato pdf y lo anunciaron en Twitter con el hashtag #PDFtribute como homenaje a Aaron Swartz, el joven hacker y activista de 26 años que se quitó la vida el pasado viernes en Nueva York. Puedes leer la noticia de su muerte en WiredThe New York Times y en todas partes, o los obituarios publicados por personas que le conocieron y trataron, como Cory Doctorow,Lawrence LessigCyrus Farivar oDave Winer.
El suicidio de Aaron se asocia fundamentalmente con la fuerte presión psicológica a la que lo tenía sometido el Departamento de Justicia norteamericano, que le reclamaba una multa de cuatro millones de dólares y cincuenta años de cárcel por haber descargado y publicado en abierto cinco millones de documentos del archivo del MIT y de JSTOR, un servicio de repositorio de papers por suscripción. Según un testigo experto, los cargos eran completamente desproporcionados.
Con solo catorce años, Aaron Swartz participó en la definición del estándar RSS. Posteriormente fundó Infogami, compañía que dio origen a Reddit. Además, trabajó con Lawrence Lessig en la definición de Creative Commons, y colaboró en incontables causas, entre otras recientes la campaña de oposición a SOPA/PIPA del pasado año. Anteriormente, había puesto en marcha RECAP, un repositorio libre a la jurisprudencia de los Estados Unidos, como alternativa a PACER, un sistema de pago que cobraba a cada usuario por acceder a la información pública, lo que le había granjeado el odio del Departamento de Justicia. La venta de Reddit a Condé Nast, la editora de Wired, había proporcionado a Aaron recursos económicos con los que colaboró en incontables causas relacionadas con el ciberactivismo. The Washington Post califica a Aaron Swartz como héroe americano. Aunque JSTOR había optado por abandonar el caso, el hecho de que MIT no lo hubiese hecho sirvió como lamentable pretexto al Departamento de Justicia para sostener una especie de vendetta a todas luces desproporcionada que consiguió no solo agotar los recursos económicos de Aaron, sino también llevarlo hasta la depresión y, en último término, el suicidio.
En mi caso, no pude liberar mis papers académicos ayer por la sencilla razón de que ya eran completamente libres desde hacía mucho tiempo. Escribí mi tweet como tributo, pero publicando una modesta contribución que, en realidad, siempre había estado en abierto en mi web de profesor. Siempre he creído que la investigación académica debía ser de libre acceso, lo que de manera consecuente me llevó, desde mi primera publicación en un journala poner sistemáticamente el pdf disponible en abierto en mi página web, independientemente de que que de manera formal y como requisito para su publicación hubiese tenido que ceder el copyright del mismo a la editorial del journal. Si eres investigador y no lo has hecho aún, aprovecha para hacerlo ahora, y súbelo a Twitter: que nuestra investigación esté disponible en abierto es, además de bueno, el mejor tributo que podemos hacer a una persona que sufrió la persecución precisamente por querer liberar la investigación académica.
Los journals son un sistema envenenado: bajo el pretexto de ejercer un sistema de revisiones ciegas que supuestamente aseguran la calidad de lo publicado, se han convertido en varas de medir que condicionan la promoción de los profesores en el escalafón académico, y en una desmesurada fuente de ingresos a través de las suscripciones de dichos profesores y de departamentos y bibliotecas. El sistema, indudablemente, funciona desde el punto de vista económico: los revisores no cobran, los autores tampoco – en algunos casos, incluso pagan por enviar el paper – pero las editoriales sí (y en general no precisamente poco). Dado que lo habitual en el mundo académico es tener presencia web, cada día es más habitual que los autores publiquen sus papers en abierto en su página web. Animo a todo investigador a hacer lo mismo: se puede optar por el paso agresivo de publicar en abierto la misma versión maquetada por el journal, o por la aproximación intermedia de publicar como working paper y con formato propio una versión idéntica a la publicada por el journal. No conozco ningún caso en el que esto haya tenido ningún tipo de consecuencias para el autor – y si hipotéticamente amenazase con tenerlas, sería tan sencillo como subirlo anónimamente. El torrent de 35GB con los papers que Aaron publicó está, por supuesto, disponible en la red.