Así, por ese carril tal cual dice el título y sin que suene melodramático pero sí conmovedor, es la línea medular del testimonio que va desgranando Jorge González, en un libro que se lee de un tirón.
“De pronto me doy cuenta que el tiempo ha pasado desde aquellos días en que estaba al borde del abismo. Me doy cuenta cómo ha cambiado mi vida y aún mi carácter. Pasé de un tiempo de pesadillas nocturnas, en donde peleaba y soñaba que corría sangre en venganza de mis enemigos, a estos días de paz interior. Son cosas que han ido pasando poco a poco, en un proceso largo, casi sin que me diera cuenta. ¿Qué pasó? Sólo hay una explicación que no tiene la lógica humana. Es decir, el conocer a Dios es una experiencia personal que sólo hay que vivirla”.
Habiendo sido tupamaro, es detenido por las Fuerzas Armadas del Uruguay de los ’70 y luego de ser sistemáticamente torturado fue enviado preso a la cárcel de Libertad -emblemática cueva gigante de
Luego de liberado condicionalmente marchó al exilio en Dinamarca y allí, protagonizaría un cuantioso y recordado asalto junto a otros tres latinoamericanos, para recaudar fondos para la guerrilla. Leer los pormenores del robo, detención y su posterior arresto y prisión, parecería una invitación a un escenario de ciencia ficción…pero no por un asunto de “avances científicos” sino por cuestiones llamémosle culturales y antropológicas.
Baste decirles que, los remeseros en Dinamarca, no usaban armas, la policía desconocía la tortura y la cárcel para González devino en Paraíso. Tal cual. Al punto que cuando recibió la libertad tres años después, la apeló: prefería seguir preso. Y deberían pasar muchos años y mucho agua bajo el puente, para que no añorara (ya en Uruguay) sus años como preso en Dinamarca.
Pues bien, este hombre de sesenta y pocos años, con una decena de ellos en prisión por guerrillero y asaltante, con una historia de vida de película, un día se encontró con Jesús. Su experiencia, narrada por él mismo en primera persona es impactante y removedora.
¿Acaso no lo sería el escuchar hablar a alguien decir que perdonó a sus torturadores -y dar pruebas de ello- siendo que además confiesa que por años solamente el odio y la venganza llenaba su corazón?
Es indudable que en un momento crítico del Uruguay pues
En efecto, "De Libertad a Liberado” no pasa desapercibido pues se constituye en un testimonio personal de alguien que torturado, preso y exilado dice que es posible perdonar:
"Sé que es posible porque ese milagro, Él, lo hizo en mí. Por momento sentía que perdonar a aquellos que me habían hecho tanto mal era como traicionarme a mí mismo. Pero en un momento solté la palabra de perdón. Recuerdo que mi Pastor me dijo: 'Ahora has perdonado de palabra, en el tiempo perdonarás de corazón.' Y así, tal cual, sucedió. No sé como, pero él sabía que sería así y sabía lo que pronunciar aquella frase me había costado. Como sabía que yo no estaba plenamente convencido de la veracidad de aquellas palabras. Todo aquello nuevo que me sucedía eran etapas que iba quemando y cosas que sucedería en el tiempo venidero, en un proceso imparable, sobre el cual yo, que siempre creí hacer mi voluntad, ya no tenía control."
Sin duda que él es alguien que experimentó algo que, si todas y todos los animásemos a vivirlo, cambiaría el mundo, porque no hay nada más revolucionario que la reconciliación.+ (PE)
Por eso gusta dar su teléfono fijo: (+ 598) 2209.3848, su celular (+ 598) 94.699.879 y su dirección de correo electrónico: <mcm2740@hotmail.com>.
Siendo hoy líder laico de la Iglesia Cristiana Carismática El Verbo" de Montevideo que conduce el Pastor Jorge Fagúndez, también es posible encontrarlo all, Minas 1687, Montevideo, teléfono (+ 598) 2402.1399.
(*) Rodolfo Míguez, pastor, es responsable del Archivo Histórico de la Iglesia Metodista en Uruguay (IMU).
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