Por Rodolfo Romero Garcete. (*)
Paraguay.
Al observar atentamente los acontecimientos del mundo de hoy y las actuales manifestaciones de la Juventud alrededor del Mediterráneo, podemos afirmar que no solamente se tiene miedo a la libertad, sino también se tiene pánico a la justicia social.
El miedo es un dato natural, que ayuda a preservar nuestro sistema de autodefensa ante el peligro, pero provocado culturalmente como parte de un operativo represivo al servicio de bastardos intereses que buscan preservar privilegios y mantener la exclusión social, debe ser claramente identificado y denunciado.
El miedo es sinónimo de temor, y provocado intencionalmente, puede convertirse en Terror. Es lo que busca crear la Campaña Mediática con sus espasmos muy bien sistematizados. El pánico es algo más salobre. Viene del Dios Pan, que supuestamente en Grecia, según la creencia de los sectores bajos de la sociedad, aparecía en las noches causando miedo súbito, es decir aterrorizando. Hoy la dictadura mediática y los poderes fácticos, utilizan la máquina del Terror para intimidar y paralizar los procesos de cambio que aparecen como mandato de la historia.
Pero ahora se da un proceso inverso. Son los sectores poderosos, en especial la dirigencia de las clases dominantes, las que demuestran su miedo a la vigencia de la libertad real que se traduce en derecho de participación efectiva, y pánico a la justicia social, por eso ponen en marcha políticas de corte fascitoide para preservar el sistema dominante, pretendiendo impedir cambios en el mismo.
El gran pensador y psicoanalista Erich From, en el siglo pasado, entre la primera y segunda guerra mundial, escribió una obra con el título "El miedo a la libertad", luego Paulo Freire, el gran pedagogo brasileño escribiría su libro "Educación para la libertad".
Nadie puede negar que la libertad es un atributo esencial de todo ser humano. Y sabemos muy bien que la libertad real está permanentemente sometida al riesgo máximo. Debe ser por eso que se impulsa un discurso en nombre de la libertad y se la limita como ejercicio efectivo a una minoría poderosa. La libertad abstracta queda para el colectivo.
El carácter opresivo y represivo de los sistemas basados ya sea en la dictadura del Estado o del mercado, nos indica claramente como se busca someter a las personas y organizaciones que cuestionan estos sistemas.
Es evidente que los adoradores del Estado se sienten subyugados por la idea del Orden, y los seguidores de la religión del mercado buscan aprovechar al máximo el Desorden Calculado, al que llaman mentirosamente libre competencia, que promueve la lógica de acumulación y concentración de la riqueza en pocas manos y en pocos países, siguiendo la lógica del mercado. Al final, quienes controlan el poder son los beneficiados.
Los pueblos sometidos a la ignorancia y al empobrecimiento no son libres.
Los enfoques totalitarios se rigen por un pensamiento único, de corte fundamentalista, de tal suerte que sienten Miedo y Pánico ante cualquier tipo de cuestionamiento de sus postulados.
Eso explica porque F. Von Hayes, pope del neoliberalismo, predicaba con insistencia que la palabra Justicia Social debía desaparecer del diccionario. Y todos sus seguidores repitieron la frase en cuanta oportunidad se les presentaba. Luego, el libro "Los Idiotas Latinoamericanos " lo sacralizó.
La Carta de las Naciones Unidas, como los principios de la OIT, y la visión humanista de la organización de la sociedad democrática, consagran la Justicia Social como un elemento fundamental de la convivencia humana. Afirman categóricamente que “sin libertad y sin justicia social no existe la democracia”
El Papa Juan Pablo II en su Encíclica "Laborem Exercens" (El Trabajo Humano), establece que la medida de justicia de un sistema socioeconómico se determina por la remuneración del trabajo humano, de tal suerte que es fácil comprobar la injusticia reinante en el mundo de hoy ante los salarios de hambre que se pagan a los trabajadores. La denominación salario mínimo es sinónimo de salario de hambre.
El nivel de desempleo es otro dato fundamental. En América Latina contamos con más de 20.000.000 de desempleados, y más de 200.000.000 de pobres. El promedio de desempleo de los países europeos es superior al 10 %. En España alcanza al 20 %, pero en la juventud llega al 44 %. En Grecia y otros países europeos, la situación es alarmante. Y en los Estados Unidos de Norteamérica oscila entre el 9 y el 10 %.
Todo esto nos indica la gravedad de la crisis actual, razón por la cual se producen los estallidos sociales, siendo el centro de gravedad de estos acontecimientos el Mediterráneo, que casi está en llamas. Pero es toda la población del mundo la que está en ebullición.
La exigencia de los indignados o rebeldes con causa, es la reivindicación de una libertad real y la práctica de la justicia social. La Puerta del Sol en España es todo un símbolo. Esta insurrección pacífica reclama cosas concretas como : la eliminación de los privilegios de la clase política, el derecho al trabajo, a la educación y a la vivienda, servicios públicos de calidad, control de las entidades bancarias, la modernización del sistema impositivo, debiendo pagar más quienes tienen más, reducción del gasto militar, libertad ciudadana y democracia participativa.
Se denuncia con fuerza la banalización de la política, la comercialización de la cultura, la mercantilización del trabajo humano, la mercadización de la sociedad, y la deshumanización que genera todo el sistema capitalista. Con razón que alguien habló de "Las Huellas Indelebles del Neoliberalismo".
Es evidente que las fórmulas tradicionales ya no sirven. Más que nunca es necesario desarrollar el pensamiento crítico y avanzar hacia la elaboración del pensamiento alternativo. Necesitamos desarrollar el Pensamiento Social del Siglo XXI..
Pero la respuesta es la de siempre: represión para continuar la opresión. Es el resultado del Miedo A La Libertad Real Y Pánico A La Justicia Social.
La verdadera respuesta es la que asume el cambio generacional: la lucha por la liberación.+ (PE/Attack)
Nota. Fue editado en Rebanadas de Realidad - Asunción, 01/06/11.-
(*) Ex Secretario General Adjunto de la CLAT; ex Director General de la Universidad de los Trabajadores de América Latina (URAL); ex Presidente de la Comisión Latinoamericana de Defensa de los Derechos y Libertades de los Trabajadores y Pueblos de América Latina (CLADEHTL). En la actualidad es Asesor de la CNT de Paraguay.
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Fuente: ECUPRES
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