Minerales como el coltán, el volframio o el tantalio se utilizan de forma habitual en la fabricación de dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, reproductores multimedia y ordenadores. Muchos de estos materiales se localizan en minas de países africanos, en algunos de los cuales se libran guerras internas o conflictos con otros países del entorno. Por tanto, los ingresos por las ventas de tales minerales a empresas internacionales, a menudo, se destinan a financiar acciones armadas, ya sea por parte de gobiernos o bien de guerrillas territoriales. Entre los países más conflictivos, figura la República Democrática del Congo, uno de los principales exportadores mineros del mundo.
Estas materias primas se conocen con la denominación de “minerales de zonas en conflicto” porque, a menudo, acaban como principales protagonistas de las guerras civiles que se registran en el continente, ya que los diferentes grupos paramilitares e insurgentes quieren controlar sus explotaciones. Otros minerales de esta categoría son el estaño, el tantalio, el tungsteno y el oro.
En todo el mundo, algunas iniciativas y normativas intentan no favorecer a grupos armados mediante la compra de estos minerales, aunque su éxito es relativo, al ser unos elementos necesarios para culminar muchos productos tecnológicos.
Medidas legales
En Estados Unidos, a partir de enero de 2012, una normativa obligará a las empresas de ese país a presentar certificados de procedencia para todas las materias primas que se importen para la fabricación de los productos de electrónica de consumo. De la normativa se deduce que las empresas de tecnología y electrónica de consumo no podrán contratar proveedores que suministren estos materiales si el dinero invertido en su compra, se utiliza luego para financiar un conflicto armado.
Se elaborará una lista con los materiales y países no autorizados por parte del Gobierno americano como fuente de importación de minerales destinados al sector tecnológico. Para ello, se elaborará una lista con los materiales y países no autorizados por parte del Gobierno americano como fuente de importación de minerales destinados al sector tecnológico. El objetivo último es reducir los ingresos de los grupos armados y paramilitares que controlan las minas de estas materias primas. También, de forma indirecta, se intenta reducir su capacidad armamentística de cara a nuevos conflictos.
No solo el control de las minas de estas materias primas incide de forma directa en guerras y conflictos, sino que también afecta a sus trabajadores y tiene un considerable impacto medioambiental. Estos minerales los extraen operarios en condiciones de semiesclavitud y niños en precarias situaciones laborales y de seguridad. Además, crean un grave deterioro ecológico en las zonas cercanas a las minas. En áreas como la de los Grandes Lagos en el Congo, los gorilas están en peligro de extinción debido a esta deforestación derivada de la actividad minera.
Iniciativas internacionales
A nivel internacional, la iniciativa Conflict-Free Smelter (PDF), impulsada por la Electronic Industry Citizenship Coalition, intenta que empresas de electrónica de todo el mundo se comprometan, de forma voluntaria, a no utilizar minerales procedentes de países donde los réditos de su venta van destinados a financiar guerras internas. Entre las grandes empresas que se han unido a esta iniciativa figuran las norteamericanas Intel y Apple, que desde el pasado mes de abril forman parte de ella. Paras estas grandes empresas de electrónica e informática, la adopción de estos convenios internacionales sirve para mejorar su reputación en la sociedad.
También diversas ONG han puesto en marcha diferentes iniciativas para concienciar y ayudar a estas zonas. En España, una de las iniciativas es “Movilízate por la selva“, una campaña ideada por la ONG Instituto Jane Goodall España para reciclar teléfonos móviles como una forma de proteger los ecosistemas africanos. Los teléfonos recogidos por esta y otras iniciativas se envían a empresas como Corporate Mobile Recycling, especializadas en este tipo de dispositivos, para separar sus componentes y reciclar o reutilizar algunas de sus piezas en el sector de la electrónica de consumo.
El documental danés “Blood in the mobile” (”Sangre en el móvil”) es una producción dirigida por Frank Piasecki. Esta película, que tiene una duración de dos horas, se centra en la guerra civil de la República Democrática del Congo, uno de los principales exportadores de coltán y otras materias primas utilizadas por la industria informática y electrónica.
El coltán, una aleación de los minerales columbita y tantalita, se utiliza para la fabricación de condensadores muy pequeños. Estos condensadores se utilizan, por su reducido tamaño, en todos los dispositivos que requieran una miniaturización de los componentes, como teléfonos móviles, GPS, ordenadores portátiles o videoconsolas.
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