Reflexión y Liberación
Diego Irarrázaval nos dice que: En José Comblin abundó la conversación con el pobre…Pensar desde la humanidad herida e inquieta, y pensar con la libertad del Espíritu, han caracterizado al querido José. En su fecundo peregrinar por nuestro continente y por el mundo, Comblin ha verificado la propuesta bíblica: “No apaguen el Espíritu, no desprecien la profecía, examinen todo, y quédense con lo bueno” (1 Tes 5:19-21). Él ha sopesado la tradición cristiana, ha criticado tantísima incoherencia e injusticia, y nos ha convocado al caminar de Jesús en medio de los pequeños de la tierra.
Con inmensa erudición (1) se dedicó a capacitar sectores marginados en Brazil a partir de 1958; en Chile enseñó en la Facultad de Teología (1962-5) y más adelante se enraizó en Talca (1972-8), hasta ser expulsado por la dictadura. Fue un profeta dentro y fuera de las instituciones. Colaboró en Medellín, en tantos eventos eclesiales, y en el inicio y desarrollo de la teología latinoamericana. Configuró la teologia da Enxada (del azadón) y asesoró Missionarios do Campo y Missionarias do meio popular. A veces colaboraba en instancias académicas y en seminarios católicos; sus energías se concentraron en movimientos eclesiales y sociales que son entretejidos desde abajo (y a quienes ha dedicado las últimas décadas de su vida).
En Chile ¿se continuará cultivando la sabiduría que desestabiliza y la erudición militante en la causa de la Vida? Fernando Castillo (1943-1997), Ronaldo Muñoz (1933-2009), Segundo Galilea (1928-2010), y José Comblin (1923-2011) constituyen manantiales de agua fresca. F. Castillo ha examinado la praxis al dialogar con comunidades populares. S. Galilea ha sido un precursor de la pastoral y espiritualidad de liberación. R. Muñoz ha indagado el significado de Cristo y de la Iglesia solidaria con el pobre, y contribuído a reconocer los carismas del pueblo de Dios. J. Comblin volcó su erudición a la causa de la liberación; ha sistematizado las grandes cuestiones de la fe católica (siendo autor de 62 libros y de 309 artículos). Cada uno de estos maestros ha sufrido golpes y descalificaciones por organismos oficiales. Ojalá que su coraje intelectual y su fidelidad al Evangelio sigan marcando el rumbo hacia el futuro (y sigan poniendo luz roja a la mediocridad y luz roja a la sumisión a autoridades).
Los entrañables maestros-profetas han pensado el acontecer cristiano en el hoy de América Latina y de este rincón chileno. Han reubicado a la Iglesia a favor de la humanidad que clama por vida auténtica (y se aparta de los ídolos contemporáneos). Con lucidez han encarado la modernidad globalizada, y han transitado por rutas alternativas. Han confrontado las pautas de cristiandad, y al interior de comunidades eclesiales han redescubierto el Evangelio de la liberación. Junto con dar gracias por sus inmensos aportes, cabe seguir adelante con su obra inconclusa.
Si sólo son conmemoradas las obras de nuestros maestros-profetas, se irán olvidando. Ojalá constituyan interrogantes abiertos, y animen la incesante creatividad en el presente y futuro teológico en Chile y en el continente. Sus obras tienen que rebrotar en el afán de los pequeños de la historia y de quienes entienden la fe al servicio de la genuina felicidad. Sus obras son inconclusas porque culminan en cielos y tierras nuevas donde Dios es la plenitud tan anhelada.
Al tener en cuenta elementos del contexto resalta la infatigable actividad de Comblin durante más de 80 años. A menudo se atribuye la ciencia teológica a grandes autores noratlánticos. La labor de especialistas repite y simplifica lo hecho en otras épocas y latitudes. En América Latina (y en Chile) Comblin ha introducido caudales de conocimientos; su sabiduría profética ha sido recreada al estar en manos de sectores marginales. La erudición compartida en la comunidad es tan saludable! Hoy predomina la comunicación desechable, los vaivenes de opinólogos, el pensar mimético. Ante esto, los escritos de Comblin son como vacunas que previenen enfermedades.
En nuestro contexto, el lenguaje cristiano pierde sentido y credibilidad, debido a estructuras caducas, y a la aguda crisis de roles eclesiásticos. Muchos sectores jóvenes se desconectan de entidades sagradas, y se fascinan con nuevos horizontes. Existe mucha búsqueda espiritual, dentro y sobretodo más allá de lo establecido. En el caminar de la gente común abunda la intuición teológica en sintonía con el Espíritu de Jesús. Sopesar hoy la fe conlleva regenerar lo eclesial al servicio de la humanización y a la integridad de la creación.
Con estas líneas me sumo a tantas instancias latinoamericanas que celebran la obra monumental de Comblin; de todo corazón hay que agradecerla. Ella permite superar la mediocridad, y la complicidad con injustas estructuras de poder. Ella enseña a pensar, e incentiva a la acción responsable en el mundo de hoy. Ella incentiva la creatividad teológica desde el Evangelio.
En José Comblin abundó la conversación con el pobre, la honestidad humana al revisar el caminar eclesial, el cauteloso entusiasmo, el talante profético a pesar de la timidez, la mirada compasiva, el pensamiento agudo e interpelador. Son como campanazos que ojalá nos sigan despertando.
También deseo recomendar dos de sus libros. Están dirigidos no a especialistas sino a quienes intentan ser cristianos responsables. En Cristianos rumbo al siglo XXI recapitula tres décadas, y anima a teólogos/as “de a pie” a generar algo nuevo (2). En El Espíritu Santo y la Liberación (como en otros escritos doctrinales) a partir de la experiencia humana se explican los contenidos bíblicos y eclesiales (3). Son líneas desde y para una fe lúcida y responsable; incentivan el pensar cristiano relevante y profético en las circunstancias actuales.
Notas:1. Ver A esperanza dos pobres vive. Coletanea em homenagem aos 80 anos de Jose Comblin, Sao Paulo: Paulus, 2003 (y lista de sus publicaciones, pgs. 735-769).2. Cristaos rumo ao seculo XXI, nova caminhada de libertacao Sao Paulo: Paulus, 1996.3. El Espíritu Santo y la liberación, Madrid: Paulinas, 1987.P. Diego IrarrázavalPublicado en revista Reflexión y Liberación Nº 89, mayo/junio 2011 - Chile.
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