sábado, 28 de septiembre de 2013

Católicos progresistas piden ‘tener voz’ en la reforma que promueve el Papa.



En 1995, el movimiento internacional Somos Iglesia reunió en el Vaticano a miles de personas, ataviadas con pañoletas azules. ¿El objetivo? Entregar al Papa un manifiesto de reforma de la Iglesia firmado por cuatro millones de creyentes. En aquella ocasión, “ni nos recibieron”. El pasado viernes, millones de cristianos de colectivos de todo el mundo enviaron de nuevo al Papa una carta casi con el mismo programa de entonces. Sólo que, ahora, “esperamos que haya una respuesta distinta”, explican Luis Ángel Aguilar y Raquel Mallavibarrena, dos de los coordinadores de Redes Cristianas.

Fue esta plataforma, que aglutina a unos 150 colectivos españoles, la encargada de promover y presentar hoy, en Madrid, la carta enviada al Papa. Una misiva que también se presentaba hoy en Los Ángeles, Filadelfia, Chicago, Dublín, Londres y Sidney. Está apoyada por millones de personas y cuenta con el aval, entre otros, de algunos obispos y de algunos teólogos de reconocido prestigio, como Hans Küng y Joan Chittister.

La carta va dirigida al Papa, al grupo del G-8 cardenalicio, presidido por el cardenal Maradiaga, al recién nombrado secretario de Estado, Pietro Parolín, al cardenal Ravasi, al Nuncio en USA, Carlos Maria Viganó, y al secretario del consejo asesor cardenalicio, Marcello Smeraro.

Con un objetivo muy concreto: “Que la carta se incluya en la agenda de la reunión del Consejo Asesor de los días 1 al 3 de octubre de 2013: Reconocimiento de los derechos y responsabilidades de los fieles bautizados, para que tengan voz efectiva en la toma de decisiones en nuestra Iglesia”.

O, como dice Raquel, “que se deje de medir a los cristianos por el rasero de los estamentos y pasemos todos a medirnos por el rasero del bautismo”. Porque, “según el Concilio, el Pueblo de Dios es la clave de la edificación de la Iglesia. Todos somos Iglesia por estar bautizados. Y, si se quiere refundar la Iglesia, hay que contar con el Pueblo de Dios, de lo contrario sería otra ocasión fallida”. “Tampoco pretendemos máximos. Simplemente queremos estar en la agenda y que lo que planteamos se empiece a hablar, cuando toque y de una manera gradual”, añade Aguilar.

‘No al clericalismo’

El documento comienza constatando la “pérdida catastrófica de confianza en la Iglesia” causada por escándalos de dinero, sexo y poder. A su juicio, la raíz de muchos de estos problemas “son los efectos destructivos del clericalismo”. Por eso, apoyan al Papa, en su lucha “para liberar a la Iglesia del clericalismo”.

La carta, promovida por Redes Cristianas, delimita en cinco áreas “las esperanzas y necesidades del ‘sensus fidelium’: Una Iglesia que encarne la justicia radical de Jesús en el mundo; una Iglesia que acoja el diálogo abierto entre sus miembros; una Iglesia que reconozca la igualdad fundamental de sus miembros; una Iglesia con mayor participación de los bautizados en su gobierno, y una Iglesia que se enfrente y prevenga de manera efectiva el abuso sexual”.

Según Aguilar, “si no se consiguen estos mínimos, la reforma de la curia no sería creíble, porque no es posible la reforma sin una verdadera democracia en la Iglesia. Sin romper con los poderes políticos y sin una verdadera opción por los pobres, toda compasión quedará en mera palabrería”.

Con ‘Francisco, que predica con el ejemplo’

Como integrantes de los sectores progresistas de la Iglesia, los promotores de la carta al Papa están “muy contentos con Francisco” y hasta temen que, por lo que lleva hecho y dicho hasta ahora, “puedan cargárselo”, como dice Luis Ángel Aguilar. “De hecho, ya le están lloviendo los palos desde los sectores más conservadores, porque Francisco predica con el ejemplo. Por eso, queremos hacer el contrapunto por el otro polo”.

Y por eso también esperan otra respuesta de Roma distinta a la de 1995. “Hasta ahora, estábamos acostumbrados a que nos nos respondiesen o lo hiciesen con una respuesta de trámite. Ahora, con Francisco, esperamos una mayor receptividad”, explica Raquel Mallavibarrena. De hecho, los líderes de Redes Cristianas están dispuestos a ir a Roma a ver al Papa y a los cardenales del G-8.

También esperan que los nuevos aires de Roma vayan llegando a España y “por fin, después de tantos años de censura, podamos dialogar con la Conferencia Episcopal, porque, en estos momentos, la relación con la jerarquía es prácticamente inexistente o muy mala”, explica Raquel. Y espera que, “si el Papa decide hablar con nosotros, aquí tendrían que hacer lo mismo, y comenzar ya a cambiar la estructuras y las personas”.

Preguntados por la posibilidad, pedida por algunos teólogos, de que el Papa haga cardenal a alguna mujer, Raquel Mallavibarrena dice: “No me parece mal, pero no nos conformamos con que una señora pueda llegar a cardenal”. Y Evaristo Villar, uno de los fundadores de Redes, añade que “sería una forma de que la mujer entrase en la jerarquía de alguna forma. Y hasta podría llegar a ser elegida Papa”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario