domingo, 15 de mayo de 2011

El día del Juicio Final: La religión del miedo.



Preparen su equipaje, porque de acuerdo a un pastor de 89 años que conduce un programa popular en una cadena de radio cristiana, el 21 de Mayo del 2011 se acaba el mundo. Una vez más, se acaba el mundo. Y digo que es una vez más, porque estas predicciones de que "ya se acaba el mundo" las hemos visto en muchas ocasiones durante los 2,000 años del cristianismo.

Lo evidente es que la "religión del miedo" está viva y coleteando en nuestra sociedad. A pesar de que Jesús dijo tantas veces "no tengan miedo" y cuando le preguntaron sobre este tema contesto "nadie sabe ni el día ni la hora"; aún hay quienes siguen tratando de adivinar el día final e inspirar miedo en sus seguidores. Lo que más me sorprende es que en el siglo XXI existan miles de personas que se montan en el tren de la desesperación, vacían sus cuentas de ahorros de toda una vida, se separan de sus seres queridos, abandonan sus trabajos y toman otras decisiones extremas, motivados por mensajes apocalípticos extremistas como el que estamos escuchando de nuevo en estos días. Yo sé que el mundo se va a acabar, pero la biblia no señala fecha específica, ni debemos gastar tiempo tratando de adivinarla.

Es muy triste cuando la religión se convierte en una forma de propagar miedo e incitar acciones ilógicas en los seres humanos. Es aún más triste cuando ese miedo es el resultado de la predicación de líderes religiosos – sea cual sea su denominación. Los que llevamos el mensaje del Evangelio al mundo tenemos que ser instrumentos de esperanza, no propagadores de miedo y fanatismo religioso, especialmente en una sociedad que ya sufre por una abundancia de sensacionalismo.

La verdadera y autentica religión siempre nos lleva a la paz, al amor y también nos debe llevar a usar la razón que Dios mismo nos ha dado permitiendo que nuestra fe ilumine nuestra inteligencia. El miedo siempre es muy mal consejero, especialmente en temas de la fe, ya que nuestra relación con Dios debe ser guiada y motivada por amor – no por temor. El "santo temor de Dios" del que nos habla la biblia no es miedo, sino el saber reconocer la grandeza de Dios y nuestra pequeñez ante El.

Sea cual sea nuestra creencia, la iglesia a la que pertenezcamos o la tradición religiosa de la cual procedemos, lo importante es vivir cada día como si fuera el ultimo; ofreciendo amor a nuestros seres queridos y al prójimo. El Día del Juicio está en manos de Dios y nadie sobre esta tierra sabe el día, ni la hora. En vez de gastar nuestro tiempo en el miedo que paraliza o tratando de adivinar los designios de Dios, preparémonos para el día que nos toque a cada uno estar cara a cara ante el – porque sea cuando sea – sólo Dios lo sabe.

Fuente: AolNoticias
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