jueves, 26 de mayo de 2011

Obispo de Alemania difama a la Teología de la Liberación.


El obispo Müller, de la diócesis de Ratisbona (Alemania) construye una estrategia difamatoria y pérfida contra la Teología de la Liberación.
Por Michael Ramminger. (*)
Alemania.

El primero de mayo se publicó en Alemania una declaración internacional para la “canonización desde abajo” del arzobispo Romero, esto es, desde el clamor del pueblo Las firmantes y los firmantes querían conmemorar la vida y la muerte de Romero y al mismo tiempo expresar su desilusión sobre la beatificación acelerada del Papa Juan Pablo II. “Creo que no voy a volver a Roma nunca más. El Papa no me comprende”, comentó Monseñor Romero luego de su última visita al Vaticano.

También Jon Sobrino, Leonardo Boff y Franz Josef Hinkelammert firmaron la declaración mencionada, junto a muchos grupos de solidaridad y de reforma eclesial de toda Europa.

El hecho de que uno de los signatarios (Heiner Geisler, miembro de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania y ex ministrro federal) le reprochara a Juan Pablo II la “traición a los pobres” de América Latina por su postura anticomunista, movió al obispo Müller a publicar una fuerte réplica el 11 de mayo

En ella, Müller acusó a las personas firmantes sostener concepciones dualistas y maniqueas, indicando literalmente: “¿Cuál es la raíz de esta concepción dualista de carácter maniqueo en medio de toda esta retórica de lucha, que es revolucionaria y en el mayor de los casos histérica, que hace aparecer en todo y en todos un antagonismo entre el Reino del Bien y el Reino del Mal?”, respondiéndose él mismo: “…una cristología ilegítima desde abajo”

De esa forma, no difama solamente a quienes apoyan la declaración, sino a toda la Teología de la Liberación, a la manera de la Guerra Fría, y nos trata de la misma manera como Juan Pablo II trató en aquel tiempo al arzobispo Romero.

Pero no se queda en eso. A la vez intenta presentar a Romero y a Juan Pablo II como dos ejemplos para la Iglesia Católica, de modo que no se puedan contraponer uno contra el otro. Su estrategia insidiosa en este caso consiste en la pretensión de colocar a Romero como ejemplo, sustrayéndolo de su contexto dentro de la Teología de la Liberación. De esa forma, construye una “buena” Teología de Liberación, que tiene su casa en Roma y Ratisbona, y frente a ella una “mala” Teología de Liberación, que es del diablo.

Un aspecto picante de esta estrategia: Müller se considera amigo de Gustavo Gutiérrez. Durante años visitó con frecuencia una comunidad pobre en el Cusco. Además, protegió en aquel tiempo a Gustavo Gutiérrez de J. Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

En su arrogancia, Müller no omite ninguna ocasión para aludir a esta amistad. En su página web se encuentra un video de su última visita a Brasil y Perú al inicio de este año, en el que aparece el propio Gutiérrez diciendo: “Nos hicimos amigos verdaderos...y lo que nos une es sobre todo el interés por las necesidades de los pobres. No conozco a ningún otro teólogo de Europa que tantas veces en su tiempo libre haya venido para estar entre los pobres. Admiro mucho esta actitud.”

La amistades tienen sin duda un gran peso, pero el obispo Müller instrumentaliza ésta en particular para aparecer como un verdadero teólogo de la liberación. Incluso se menciona mucho que ha publicado un libro con el propio Gutiérrez, uno de los cofundadores de la Teología de Liberación (Gustavo Gutiérrez / Gerhard Ludwig Müller, An der Seite der Armen, Augsburg 2004).

La diócesis de Ratisbona está convencida que con este libro ha dado “una contribución importante para la teología en América Latina” Al mismo tiempo, el prelado se jacta por haber recibido el título de doctor honoris causa de la Universidad Pontificia de Lima en presencia del propio Gutiérrez. Con relación a su visita a Lima, la diócesis explica que se llevaron a cabo encuentros con CIDAP y SEA, organizaciones contraparte de Misereror (poderosa agencia de la iglesia alemana para el apoyo a la misión) y con Angares (instancia de juntas de vecinos); además, con la alcadesa de Lima y con Gustavo Gutiérrez.

Se desarrollaron además varias conversaciones con el nuncio apostólico en Perú, Mons. Bruno Musaro, con el P.Felipe Fierro, fundador de la congregación misionera peruana “Reconciliación del Señor de los Milagros” así como con Mons. Miguel Carejos, presidente de la Conferencia Episcopal del Perú. También en San Salvador Müller se mostró como “amigo de los pobres y como “teólogo de la liberación”; el año pasado concelebró allí con Samuel Ruiz la misa en memoria de Romero.

¿Quién es en realidad el obispo Gerhard Ludwig Müller?

Nació en 1947 en Friburgo y desde 2002 es obispo de la diócesis de Ratisbona; fue profesor honorario de teología dogmática en Munich. En 2008 fundó el Instituto Diocesano de Benedicto XVI, comisionado por el propio Papa para publicar sus obras completas. El 20 de diciembre de 2007 Ratzinger le llamó para formar parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe; además, es miembro del Consejo Pontificio para la Cultura.

En Alemania se conoce al obispo Müller porque en muchas ocasiones se opuso a grupos que procuran una reforma centrada en una iglesia estructurada desde abajo, como por ejemplo “Somos iglesia”, así como a diversos grupos críticos en su diócesis. Se caracterizó por una postura adversa frente a profesores de religión y teólogos, a los cuales les quitó el permiso para enseñar en su diócesis.

En el ámbito de los abusos sexuales cometidos por clérigos, acusó a la prensa alemana de levantar una campaña contra la iglesia. Llama a los creyentes a mantenerse fieles a la iglesia “de la misma manera como los creyentes se mantuvieron fieles en aquel tiempo” -se refiere a la época del nazismo-

Además, hizo una reestructuración de su diócesis que implicó restricciones y reducciones en la práctica de los laicos. Incluso el cardenal Lehmann, presidente de la Conferencia Episcopal alemana de aquel tiempo, calificó a esos cambios como “un retroceso”. De esa forma, se puede afirmar con razón que en la actualidad Müller es uno de los obispos más discutidos dentro de la iglesia católica; luchó contra los consultorios para las mujeres embarazadas y su derecho de legalizar los abortos, celebró misas vestido con tradicionales ornamentos sacerdotales y con mitra, sin dejar de aludir al mismo tiempo al Concilio Vaticano II.

Müller se glorifica a sí mismo en América Latina como amigo de los pobres y de la “Teología de la Liberación verdadera”, mientras que en su propia casa lucha con rabia reaccionaria y arrogancia clerical contra todos aquellos que quieren materializar los principios de la Teología de la Liberación dentro de la iglesia alemana.

¿Porqué calla Gustavo Gutiérrez? Conozco a muchos europeos que dedicaron la mayor parte de su vida a América Latina, incluso su vida entera. Conozco a muchos que se solidarizan con la Teología de la Liberación y luchan por ella también en Alemania. Para ellos el obispo Müller no es un amigo, más bien todo al contrario. Instrumentaliza la Teología de la Liberación en beneficio de su propia política eclesial feudal y pre-conciliar, adornándose con la apariencia de la Teología de la Liberación.

Es probable que algún día llegue a tener más poder en Roma. Y no será el primer teólogo alemán que persigue a la Teología de la Liberación, considerándose al mismo tiempo un guardián de la fe verdadera. + (PE)

(*) Michael Ramminger. Instituto de Teología y Política. Alemania
Páginas web citadas por el autor del artículo.

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Fuente: ECUPRES
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