Escrito por Jenaro Villamil el 01 mayo 2011
“La verdad es garantía de libertad”, sentenció el papa Benedicto XVI durante la homilía de la celebración multitudinaria de la beatificación de Juan Pablo II, el pontífice más popular y mediático en los últimos años de la historia católica que, paradójicamente, no transfirió ese rating a la caída constante de número de fieles y a la crisis teológica de El Vaticano. Trece millones de católicos menos se registraron en los 27 años del papado de Karol Wojtyla.
La sentencia de Benedicto XVI sonó hermosa en el discurso ilustrado y bien estructurado, como la mayoría de las homilías de Joseph Ratzinger, pero muy contrastante con el culto a la personalidad que se ha concentrado en el pontífice de origen polaco, fallecido en 2005.
El papacentrismo de El Vaticano no ayuda a liberar a la Iglesia Católica. Y el espectáculo mediático global que durante una semana se articuló desde Roma para promover la milagrería y no la auténtica fe –acto íntimo y de profunda humildad- confirma este fenómeno que el propio Juan Pablo II criticó en muchas de sus encíclicas.
La principal sombra es pretender que con la beatificación exprés –es considerada la “más rápida en la historia moderna” de la Iglesia católica- es que pretende evadir el debate pendiente sobre el legado de Juan Pablo II como principal jefe de Estado de El Vaticano.
Los trece teólogos integrantes del Observatorio Eclesiástico, enunciaron así estos puntos críticos de Juan Pablo II:
-Su tenaz oposición a los avances de la ciencia y de la historia hacia algunas normativas de ética sexual. Muchos recuerdan aún la condena de Juan Pablo II al uso del condón y de las medidas de prevención sexual en medio de la peor epidemia de SIDA que correspondió con los años más fuertes de su pontificado.
-La dura confirmación del celibato sacerdotal y su negativa a modificarlo o, mínimo, a debatirlo. En este tema, Juan Pablo II logró que la Iglesia católica retrocediera varias décadas atrás. Se transformó en un papa preconciliar, es decir, anterior al Concilio Vaticano II, el evento más importante del catolicismo que buscó transformar y modernizar la doctrina y la práctica de la Iglesia.
-Su rechazo a discutir el papel de la mujer en la Iglesia. Ni ordenación de mujeres como sacerdotisas y su reiteración del papel subordinado de la mayoría de las creyentes.
-Su muy documentado rechazo a tomar medidas de sanción reales contra los sacerdotes y obispos que cometieron abusos sexuales, así como su escandaloso encubrimiento a Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo. Nuevos documentos, revelados por la revista Proceso este domingo 1 de mayo, indican que desde finales de los años sesenta, El Vaticano supo e investigó de los abusos de Maciel y de su farmacodependencia, pero prefirió protegerlo para no perder los millones de dólares que el michoacano lograba recaudar entre los ricos.
-Sus continuas presiones en contra de la Teología de la Liberación, bloqueando a las Comunidades Eclesiales de Base y a muchos obispos mexicanos y brasileños que fueron continuamente bloqueados y regañados por el propio Juan Pablo II.
En Juan Pablo II operó una tremenda paradoja. Siendo él mismo un sacerdote disidente y crítico del régimen totalitario de Polonia, acabó reproduciendo al interior de la Iglesia católica los mismos métodos de censura y control que tanto criticó durante las décadas de dictadura comunista de su patria natal.
“En El Vaticano las críticas se ocultan y justifican a la velocidad de la beatificación de Juan Pablo II”, ha declarado la Red de Sobrevivientes del Abuso Sexual.
Y para confirmar esta apreciación, Benedicto XVI respondió hace dos días así a las críticas de la beatificación exprés de su predecesor:
“Así lo ha querido el Señor. Desde el día de su muerte su olor de santidad ondeaba el aire”.
Frente a esta frase, qué se puede decir. Si la beatificación de Juan Pablo II es un asunto de fe y de negocio mediático, la revisión de su herencia y de la crisis que aún perdura en el seno de la jerarquía católica es un acto racional y de libertad que está pendiente.
Beatificación de Juan Pablo II
El papa Benedicto XVI proclamó oficialmente este domingo beato a su predecesor Juan Pablo II durante una multitudinaria ceremonia celebrada en el Vaticano.Artículos relacionados:
- Abusos sexuales y el Vaticano
- Estrategia para levantar el ánimo y la fe en una Iglesia que está decaída
- Sobra evidencia de que Juan Pablo "sabía que Maciel era un criminal"
- Wojtyla: contexto de una beatificación
- Juan Pablo II: morto subito
No hay comentarios:
Publicar un comentario