lunes, 23 de enero de 2012

Una teología nueva.



FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, EL PAÍS, 21/01/2012


Frente a la idea secular, espoleada por Samuel Huntington en la década de los noventa del siglo pasado, de que la paz entre las religiones y las civilizaciones es prácticamente imposible y que tarde o temprano se enfrentan porque todos consideran que sólo su creencia es la verdadera, el libro de Juan José Tamayo, tan interesante y atractivo como oportuno, nos permite entender la raíz de la discordia y los caminos del encuentro y la conciliación. El capítulo ‘Guerra y paz en las religiones’, junto con el que aborda el diálogo entre civilizaciones, son particularmente esclarecedores. La “globalización” sustituyó los valores éticos, los principios democráticos, por las leyes del mercado. Y las instituciones internacionales de “todos los pueblos” por los grupos plutocráticos (G-7, G-8… G-20).

Estamos ahora cosechando los frutos amargos de aquella incomprensible abdicación moral. La ética liberadora del cristianismo es inclusiva y armoniza, en la iglesia “del Evangelio y de las sandalias”, según preciosa definición del obispo Pere Casaldáliga, la emancipación personal con el cumplimiento de los deberes que la colectividad requiere. Del anatema al diálogo; del conflicto entre religiones a la alianza; de la marginación a la lucha contra la pobreza y la exclusión. En un momento en que está claro que ha llegado a término el paradigma económico actual, este libro abre luminosos caminos del mañana. Otra teología es posible… ¡y necesaria! Este es el hilo conductor de esta obra de gran relieve: también las religiones deben cambiar de rumbo, conservando sólo sus auténticos cimientos. Deben abandonar las seguridades dogmáticas y transitar por los terrenos de la realidad presente. Es preciso recuperar el tiempo para participar, para ser ciudadanos plenos, para dejar de ser espectadores y pasar a ser autores, para poder elevar el vuelo de las facultades distintivas de la especie humana en el espacio infinito del espíritu.

La obra se completa con una excelente reflexión sobre el papel del cristianismo liberador en los procesos de colonización y descolonización de América Latina: formas de poder, alienación de colonizados y colonizadores; protagonismo de las religiones en diversos momentos históricos… para permitir, al fin y al cabo, que los pueblos americanos fueran tomando progresivamente en las manos las riendas de su destino. El libro está escrito en un lenguaje claro y asequible. 

La sociedad, la mayoría silenciosa y silenciada, está facultada, sin embargo, para diseñar el futuro que anhelamos, el otro mundo posible que entre todos debemos construir. La teología que corresponde a este objetivo supremo de la educación que libera, que da alas y permite superar vallas y cercados, es la teología de la liberación, de la igual dignidad humana, sea cual sea el color de piel, la ideología, la religión y el sexo. La teología que considera por igual al hombre y a la mujer. Por fortuna, en un momento de inflexión histórica gracias a la conciencia global, el mayor número de mujeres en la toma de decisiones y la capacidad de participación no presencial, amanece una nueva teología que proporciona asideros éticos, al tiempo que, como establece el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, “libera a la humanidad del miedo”. 

Este libro constituye una importante contribución a este amanecer ansiado.

Fuente: Atrio

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