sábado, 17 de marzo de 2012

Algunas pildoras para no dormir.


Eloy Isorna, 17-Marzo-2012

¡Qué pereza! Es vedad, sí que nos puede dar pereza el tener que recordar conceptos obvios que debieran servir de base para encarar de forma razonable los problemas que plantea la actual crisis y que, por el contario, no sólo son explícitamente olvidados por los que nos gobiernan, sino también por la generalidad de los medios de comunicación y por eso que podríamos llamar “la opinión de la calle”. Destacaré solo dos:

1) El trabajo es un medio de realización humana, las personas se realizan en el trabajo (además de comer de él), por ello

2) el trabajo no es pura actividad económica y no se suple con la mera “beneficencia”, “subvención” o “limosna”; el trabajo y las personas que lo realizan no son autómatas ni meros “factores de la producción”.
I

Es muy importante no dejarse “desnortar” respecto a estos principios, ni por el miedo, ni por la desinformación y propaganda, ni por las prédicas interesadas, envueltas en datos macroeconómicos de la U.E y de los “mercados”, que llegan a afirmar que es mejor un trabajo esclavizado, o en condiciones paupérrimas similares, a ninguno. ¡¡¡ Como si no existiesen otras opciones de organización social!!!; ¡¡¡Como si ese fuese ya el último recurso ante la inanición!!!. Y ello después de los derroches enormes en aeropuertos sin aviones, ciudades de la cultura inútiles e improductivas; corrupciones y enriquecimientos injustos, de personas y partidos, diversos tipos de expoliación y comportamientos similares. ¡Ah! ¡Cuántos egoísmos encasillados en láminas rugosas del corazón de las que el propio sujeto, sociedad o persona, no siempre es consciente!

Hay algunos empresarios que se lo han creído. Que piensan que las personas son meros “factores” de la producción y como tales los tratan, al igual que algunas Administraciones comienzan a considerar a las personas enfermas como meras “unidades de consumo”. Como decía una señora en TVE (telediario de las 15 horas), en relación al copago sanitario: “mejor es que nos dejen morir sin más (creo que llegó a decir “que nos maten”), así bajará el consumo sanitario”.

Es importante insistir una y otra vez en estos conceptos básicos de que hombres y mujeres son personas, y no meros” factores” de la producción ni “unidades de consumo“. Por muy obvio que pueda parecer, en la práctica no todos, y muchos políticos entre ellos, dan muestras de tenerlo claro. Por eso la Administración no puede delegar sin más, como parece que pretende hacer, la creación de puestos de trabajo en las empresas privadas y el criterio de mera utilidad no puede ser aplicado sin más a las relaciones humanas del trabajo, porque el trabajo es esencial a la persona y su propia configuración como tal; Y ¡ojo!, han sido precisamente (y no hay que olvidarlo) los criterios utilitaristas (coste-beneficio, sin alteración de la estructura social básica) los que han permitido mantener a gran parte de la humanidad en verdadera esclavitud durante siglos.


II

Sin la esclavitud (es decir, con mano de obra forzada y con ridículos costes de manutención) pensaban muchas “buenas” personas, “intelectuales” y “expertos serios” de épocas muy cercanas, que no se podía desarrollar la sociedad. Porque realmente lo que pretendían, con mucha o poca conciencia de ello, era mantener el “statu quo”, “las cosas como estaban”: Los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. (1)

Oigo y leo a significadas y significados dirigentes políticos y de “opinión” (léase también “tertulianos”) exclamar que lo importante es tener un puesto de trabajo, cualesquiera que sean sus condiciones, y también reiterar en todas partes, que hemos de ser “competitivos” en precios, que hay que dar flexibilidad al empleo (es decir al trabajo humano) y para lo cual el factor trabajo habrá de rebajar sus costes para mantener e incrementar los beneficios de las empresas (y de los empresarios).

Es decir, no solo se reduce al ser humano a mero “factor económico de la producción , sino que se establece –y los que lo dicen se quedan tan anchos– que la empresa es del empresario o, en otros términos, tan solo del capital. ¿De dónde se ha sacado eso? La empresa es de todas las personas que participan en ella y sin los trabajadores las empresas serían absolutamente imposibles.
III

Pero insistamos, ¿de quién es la empresa? ¿Qué es el trabajo humano? ¿No son los hombres y mujeres, (con unos cuantos años limitados de vida por delante, pues a todos nos espera la muerte) seres libres, con derecho a alimentarse y desarrollarse como personas, y con dignidad, que no solo debe ser salvaguardada sino también promovida, al menos, desde los planteamientos basados en los términos de nuestra Constitución? ¿Cómo es que se les reduce una y otra vez a meras “unidades productivas” o a “unidades de consumo”? ¿No tienen de derecho a vivir una vida digna más allá de la mera producción de bienes y servicios? ¿Y no ha sucedido que muchas personas han sido, están siendo, mentalizadas para que ellas mismas se consideren mero “factores” de la producción o “unidades de consumo”?

¡Si la sociedad actual no es capaz de organizarse para salvaguardar la dignidad y el trabajo realizados de las personas, habrá que rehacerla desde sus propios cimientos! Esta es la verdad, aunque suene duro decirla y escucharla.

Pero siendo realistas no es que no sea posible una sociedad justa y equilibrada, sino quehay intereses (como en su día los de los esclavistas y los negreros, ¡hablemos claro!) que pugnan por no perder poder y beneficios, y que obnubilados por la eficacia de la rueda estructural en que se mueven, son incapaces de contemplar a la humanidad como un conjunto de personas sino que solo los ven como “factores” de sus esquemas productivos, de consumo o de ahorro (no me quiero olvidar de las instituciones financieras, ni de los ejecutivos de alto copete, que por ganar sus “bonus”, mal diseñados por cierto, no han dudado en montar la mayor estafa con las hipotecas subprime y similares).

La empresa es de los que en ella trabajan. Hace años que la dilución del capital en las grandes empresas ha dejado el poder, incluso el de la generalidad de los accionistas, en situación de inanidad. Son muchas veces meros “directivos”, amparados por las “minorías mayoritarias” los que cortan el bacalao. ¿Porqué tantas afirmaciones sin diseccionar lo que está pasando en las grandes empresas, en los Bancos en las Cajas de Ahorro. Cajas de Ahorro de las que , por cierto, la sociedad se está viendo privada como consecuencia de los “desaguisados” de unos dirigentes poco profesionales y de unas autoridades públicas sin fuerza o convicción bastante para salvaguardar o recuperar (pues muchas la habían perdido) su labor social?

IV

¿Cómo no indignarse al saber que algunos “empresarios” o “propietarios de negocio”, grandes y pequeños se dirigen a los trabajadores en términos de “esto es lo que hay o lo tomas o lo dejas”, rebajando sueldos y condiciones laborales a su gusto, no ya amparados por la ley sino incluso contrariándola claramente? ¿O tener que escuchar, como hemos visto en un programa de televisión, a determinados representantes políticos dándoles el consejo, a los así mal tratados, que ahí tienen abierta la vía judicial para protestar? Pero ¿quién puede acudir a la vía judicial, sin unos sindicatos fuertes que lo amparen? ¿Qué clima se está sembrando de impunidad para todos los desmanes posibles del empleador?

Parece que IKEA está siendo investigada en Francia por espiar a sus empleados (2), pero, ¿cuantos, pequeños o grandes empresarios, utilizan hoy día las cámaras de seguridad de sus establecimientos para espiar a sus operarios e incluso amenazarles (anticonstitucionalmente) con la utilización de dichas imágenes? ?. Sí. Estoy seguro que la mayoría de la empresas no lo hacen, pero es muy probable que en el actual clima de “despido fácil” alguna pueda aprovechar la actual situación y ambiente social para hacerlo. Porque lo que es terrible es el “clima social” de demonización” de los desempleados y de los trabajadores así como de los sindicatos, que algunas culpas también tienen, pero que no por ello han pasado a ser innecesarios.

V

¿Cómo se puede llamar al silencio a los sindicatos con el argumento de que no favorecen la economía, cuando precisamente de lo que se trata actualmente, con las manifestaciones y huelgas, es el dar un grito de protesta por el ninguneo y abuso a que se están siendo sometidos los trabajadores y sus derechos conquistados durante años?

¿Dónde están los elementos de participación de los trabajadores en la dirección de la empresa que no se han querido crear cuando las cosas iban económicamente bien? ¿Dónde están los comités de vigilancia de los trabajadores de los que tanto se habló en los años sesenta y setenta del pasado siglo? ¿Dónde está el equitativo reparto de beneficios en época de bonanza económica, cuando en época de crisis han de asumirse, por los trabajadores, las partes más dolorosas del recorte y del sacrificio?

VI

La llamada exigente a la Administración –para la que no caben disculpas– es claramentenecesaria y constitucional. Dice el artículo 40 de la Constitución española:

“1 Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo.

2. Asimismo, los poderes públicos fomentarán una política que garantice la formación y readaptación profesionales; velarán por la seguridad e higiene en el trabajo y garantizarán el descanso necesario, mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la promoción de centros adecuados”.

¿Las nuevas medidas reguladoras de las condiciones laborales, tienden a cumplimentar estos principios constitucionales o los contrarios?

NOTAS

(1) Un ejemplo clamoroso de ello, que hoy se repite en “formas modernizadas” (por ejemplo, en los “talleres clandestinos”, incluso en España) fue el de los remeros forzados de las galeras: amarrados al duro banco día y noche haciéndose las necesidades en el propio lugar y alimentándose de una ración diaria compuesta por “un pan cocido y endurecido llamado bizcocho, un potaje de habas y su ración de agua” Sí comían, pero no basta eso para llevar una vida humanamente digna. (Ver EL PAÍS lunes 12-03-2012 pág. 35: “Luz sobre los prisioneros del remo”, reportaje de Tereixa Constenla).

(2) EL PAÍS lunes 12-03-2012, pág. 22 : “La fiscalía investiga a Ikea Francia por espiar a empleados”, Reportaje de Miguel Mora. París

Fuente: Atrio

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